La Galerna
·30 ottobre 2024
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Después de la debacle frente al Barça, ya superados las primeras horas de estupor y vergüenza, yo soy de los que creen. De hecho, no sé si se deberá a mi afición por fabular e inventar relatos, pero creo que todo esto que estamos viviendo es parte de un plan.
Lo descubrí viendo la cara de Luka Modric durante el mal llamado clásico. Le he visto ya en varias ocasiones en las que el Real Madrid sufría serios reveses y su rictus era el espejo de lo que el equipo estaba viviendo. Sin embargo, el sábado terminó sólo algo contrariado, nada más. Quizá porque su estrategia se le fue un poco de las manos al no poder ser titular. Pero parecía tener todo bajo control. Sinceramente, pienso que el sábado pasado él ya sabía de antemano lo que iba a suceder.
Lo sospecho porque ¿qué sentido tiene si no que un jugador que roza los cuarenta y con todo ganado decida seguir un año más a ese nivel de exigencia? Lo lógico es hacer lo de Toni Kroos, retirarse en la cumbre y con un doblete bajo el brazo. Pero Luka no. Luka tiene algo en mente y no dejará el futbol hasta que lo logre.
Repasando su carrera até cabos. Llegó al Madrid para tapar vergüenzas, según dijo la prensa catalana. Aludiendo además a un presunto alto precio. Le costó asentarse como titular, pero poco a poco lo fue logrando. Y una vez con el medio del campo ofensivo del Real Madrid en su poder, comenzó a perpetrar su plan. Luka quería demostrar a aquellos que habían dudado de él que era capaz de devolver al Real Madrid hasta último céntimo de aquellos millones que el Madrid había desembolsado para que viniera. Y decidió que haría revivir a la afición blanca todos aquellos buenos momentos que el Madrid había vivido en sus más de cien años de historia.
Luka Modric tiene algo en mente y no dejará el futbol hasta que lo logre
Él de niño ya era madridista y por eso conocía los episodios más gloriosos de su equipo. También de los que la afición más orgullosa se sentía. Por eso empezó por el principio. Por devolver al Real Madrid a ser el claro dominador de Europa. Y por eso lleva seis Champions ganadas con el club blanco, las mismas que la gran leyenda Paco Gento. Una hazaña que parecía inalcanzable para todos los aficionados y que él, junto a otros tres amigos, ha sido capaz de lograr. No bastaba con reinar en la Champions, había que hacerlo evocando a otro mítico Madrid; el de las remontadas. Por eso pasó lo que pasó contra el PSG, Chelsea, City, etcétera. Luka hizo revivir a la “Quinta del Buitre” y a la de “Los Machos” y a ese factor tan determinante como el del miedo escénico del Bernabéu.
Ha ganado ligas, cuatro, pero aún no ha conseguido que su equipo vuelva a ser el perenne favorito patrio que, además de mandar en Europa, sea el que más campeonatos nacionales gane. A priori parecía el logro más fácil. Pero no contaba con otras contingencias que se han ido revelando con el tiempo y que hacen imposible encadenar dos campeonatos de liga consecutivos. Y en eso está Luka. Pero él no busca el camino fácil. En su forma de jugar no rehúye lo complicado, nunca tuvo problemas en rodearse de contrarios para salir airoso con algún regate o pase genial, por eso quiere ganar esta liga, pero no de cualquier manera.
Él sabe que otro de los episodios más gloriosos de la historia del Real Madrid fue aquella liga de 2007, la famosa del “clavo ardiendo”. Quizá fue una de las que más satisfacción dio al respetable por cómo se ganó y a quién se le ganó. Por eso sospecho que el mal juego del Real Madrid no es más que una estratagema de nuestro amado croata para podernos ofrecer un resurgir milagroso y una explosión de alegría cuando finalmente se gane de forma agónica. El Madrid tiene sin duda la mejor plantilla de Europa. Él lo sabe y quiere darse el gusto de, como decía aquel tango, “Mano a Mano”, sentirse gato maula y jugar con el mísero ratón.
Sospecho que el mal juego del Real Madrid no es más que una estratagema de nuestro amado croata para podernos ofrecer un resurgir milagroso y una explosión de alegría cuando finalmente se gane de forma agónica
Por eso me temo que aún queda por sufrir más malos resultados en la liga. Hasta que la hazaña parezca imposible. No será fácil contener a Vinicius y compañía, más aún después de la afrenta del Balón de Oro. Pero la estrategia deberá seguir su curso. Al fin y al cabo, Modric ya lleva doce años dirigiendo el juego del real Madrid, seguro que sabe cómo hacerlo.
Finalmente, la Liga se ganará y él, como capitán, será el encargado de ofrecérsela a la diosa Cibeles. Otro de los motivos por los que ha decidido dilatar su adiós. Quiere saber qué se siente en ese momento elegido para sólo unos pocos. Entonces, cuando esté besando la pétrea mejilla de la divinidad griega mientras le ata al cuello una bandera, yo le gritaré como hacía el mítico Joaquín Luqui a través de las ondas: Luka, ¡tú y yo lo sabíamos!
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