
La Galerna
·7 Juli 2025
Put the blame on Gonzalo

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·7 Juli 2025
Seguimos en Estados Unidos, tierra de Libertad y del Corn Palace de Mitchell, Dakota del Sur, único edificio del mundo hecho íntegramente en maíz. Extinguidos los fuegos artificiales del 4 de Julio, el verano sigue su curso entre melodías de los Beach Boys; como aquella cuya letra nos traslada desde Aruba hasta Jaima, desde Bermuda hasta Bahama, desde Key Largo hasta Montego y, finalmente, desde allí hasta Kokomo, un pequeño lugar en Florida Keys donde hay cuerpos en la arena y bebidas tropicales.
Cerca de Florida Keys no solo está Kokomo sino también el Mundial de Clubes, que también sigue su curso. De pronto hemos pasado de los partidos entre el Mamelodi Sundowns y el Ulsain Hyundai a una futura semifinal entre el Real Madrid y el PSG. Menudo viaje, oigan. Como ir de Aruba hasta Kokomo.
Este año, por cierto, se celebra no solo el Mundial de Clubes, sino el 50 aniversario del estreno de “Tiburón”, que es una película muy veraniega. Aquí en USA es costumbre al llegar el mes de julio que se organicen pases especiales de la película en el mar. Es decir: literalmente dentro del mar, ya que la audiencia no se sienta en butacas sino en enormes flotadores sobre el agua cerca de la playa, mientras la película se proyecta en una pantalla situada en orilla. Una experiencia totalmente inmersiva, como ver un partido del Barça mientras te roban el coche.
Algo así no me lo podía perder. “Tiburón” es una de mis películas favoritas y ansiaba verla con la adrenalina a tope; metido en el agua y temiendo ser zampado por un escualo. Así que allá que me fui, con mi flotador y mis palomitas. Justo en medio de la película recibí una llamada de Don Frank, editor jefe de La Galerna: que dice que deje de hacer el chorras y me vaya a buscar noticias, exclusivas e impactantes scoops sobre el Mundial de Clubes, que para eso he venido.
Vaya por Dios. Renuncié a ver por enésima vez el final de “Tiburón” y, sobre mi flotador, fui remando desde Florida hasta New Jersey. La final del Mundial se juega aquí, en lo que los neoyorkinos conocen con la seductora descripción de “el Sobaco de América.” Los de Jersey prefieren “el Estado Jardín”, por razones evidentes. Jersey es famosa por tres cosas: Bruce Springteen, Atlantic City y los mosquitos del tamaño de transatlántico. “¿Cómo sabes que has pasado demasiado tiempo en New Jersey? —reza un dicho local— Cuando el zumbido de los mosquitos empieza a sonarte como Born in the USA.” Aquí esperamos que New Jersey pronto sea famosa por convertirse en el lugar donde el Real Madrid ganó su primer Mundial de Clubes. Toquen madera.
De pronto hemos pasado de los partidos entre el Mamelodi Sundowns y el Ulsain Hyundai a una futura semifinal entre el Real Madrid y el PSG. Menudo viaje, oigan
El Real Madrid está en semifinales. Igual algunos no se han enterado por culpa de Javier Tebas, que hace lo posible por boicotear el torneo al que ha jurado odio eterno. Llevado por ese afán, el otro día don Javier publicó el calendario de la Liga a la vez que los blancos se jugaban el pase a cuartos. Estas argucias resultan casi enternecedoras. Tebas contraprogramando al Real Madrid es como intentar contraprogramar la llegada del hombre a la Luna con una reposición de “Farmacia de Guardia.”
En cualquier caso, y si don Javier lo permite, el equipo de Xabi Alonso se enfrentará al PSG de Luis Enrique, sueño cumplido de los culés para quienes el equipo parisino ejerce una suerte de representación vicaria blaugrana en el torneo, mientras que Laporta se dedica a sus cosas de Laporta. La última: querer fichar a Nico Williams sin pagar cláusula, sin garantizar su alta en el equipo, ofreciéndole como prima unas habichuelas mágicas; y que, ya de paso, les pague la multa que les ha puesto la UEFA. Nico ha dicho que antes prefiere tragarse un ventilador en marcha y ha renovado por el Athletic. Los culés se han enfadado un montón y Nico Williams ha descendido varios puestos en su escala de valores. Ya solo piensan volver a intentar ficharle gratis otras seis veces. Y luego ya se acabó: el tren del Barça solo pasa una vez en la vida… Salvo que no pretendas cobrar por subirte, entonces pasa las veces que haga falta y a la hora que mejor te venga.
El Real Madrid está en semifinales. Igual algunos no se han enterado por culpa de Javier Tebas, que hace lo posible por boicotear el torneo. Tebas contraprogramando al Real Madrid es como intentar contraprogramar la llegada del hombre a la Luna con una reposición de “Farmacia de Guardia.”
“Vivo como quiero y así seguiré” es una frase que pronunciaba Ava Gardner en “La Condesa Descalza” y que bien podría aplicarse al Fútbol Club Barcelona en general. La película, por cierto, está inspirada en la historia de la actriz Rita Hayworth quien, miren ustedes por dónde, es tía-abuela de Gonzalo, la nueva perla del Real Madrid. Y con esta fina ligazón de conceptos, volvemos al Mundial de Clubes. De Aruba a Kokomo otra vez. No me digan que no soy un genio.
A mí lo de que Gonzalo sea sobrino nieto de Rita Hayworth me parece algo sublime pero no sorprendente. Hayworth te revolucionaba la pantalla cuando enseñaba las piernas y con las suyas Gonzalo te pone cualquier partido del revés. Desde que me enteré de este parentesco no paro de buscar genes del Hollywood dorado en el resto de la plantilla del Madrid. Veo en Arda Güler la mirada de Bette Davis mientras decía aquello de “fui la Marlon Brando de mi generación”. Güler es el Modric de la suya. En Andry Lunin percibe ecos de una noche loca entre Clint Eastwood y Katherin Hepburn y en algún lugar del árbol genealógico de Vinicis Jr. figura Rosalind Russell, quien decía que “la alegría es el mejor cosmético.” En Xabi Alonso encuentro ecos de Howard Hawks, el “zorro plateado” de Hollywood. Suya es la frase “cuando hago películas tengo diez mandamientos, nueve de ellos son: ¡no aburrir!”. Diríase que ese es el mantra de Xabi desde que ha cogido al equipo de Conchaespina.
Este Madrid de retoños cinematográficos se enfrentará al PSG por el pase a la final. He acudido a la rueda de prensa de Luis Enrique, aún con el flotador que llevaba puesto durante el pase de “Tiburón”, recién llegado de subirme a remo desde Miami a Atlantic City. Le he peguntado al entrenador del PSG si para enfrentarse al Real Madrid planea una estrategia de tipo ofensivo, pero no me ha respondido. Tal vez porque le he hecho la pregunta desde fuera de la sala de prensa y gritando a través de una ventana porque no me han dejado entrar. Me han dicho que los corresponsales de verdad no van a las ruedas de prensa con flotadores de “Tiburón”. Verás qué bronca me echa Don Frank, que en un día bueno es como Luis Enrique después de recibir una notificación de Hacienda.
Decido colarme en la rueda prensa para que mi crónica no acabe de vacío. Me coloco el flotador bajo la camiseta y doy al guardia de seguridad un nombre falso.
— ¡Miente: usted no es Jan Laporta!
— Oh, my God, ¿cómo me ha descubierto?
— Porque lleva aquí diez minutos y no ha intentado fichar a nadie vendiendo los palcos VIP del Madison Square Garden.
— ¡Shit!
Hora de salir corriendo en dirección Aruba, Jamaica, Bermuda, Bahama, Kay Largo, Montego, Kokomo o cualquier otro sitio donde el Fútbol Club Barcelona puede tener una cuenta corriente a nombre de un testaferro con pito. Pero soy demasiado lento y me capturan unos sicarios de Al Khelaifi pensando que soy un espía madridista porque llevo un tiburón blanco en la camiseta.
Hace 50 años, sí, se estrenó “Tiburón”. Su rodaje fue un infierno. Durante una toma en el “Orca”, el barco en el que los protagonistas van a la caza del escualo, a la nave le salió un boquete y empezó a hundirse. Cundió el descontrol y los presentes trataron de poner a salvo los elementos y miembros más importantes del rodaje. Entonces un tipo se encaramó al mástil de “Orca” y empezó a gritar mientras se sumergía poco a poco: “¡Qué jodan a los actores! ¡Qué jodan a los cámaras! ¡Qué jodan al director! ¡¡Salvad al técnico de sonido!!”.
Algo parecido gritaba yo cuando los seguratas del PSG me acompañaban a la salida: “¡salvad al corresponsal de La Galerna!”
Devolvemos la conexión.
Getty Images
Entregas previas de nuestro corresponsal virtual en USA