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·15 décembre 2024
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Foto gentileza Photosport
En partido jugado en el Estadio Bicentenario de La Florida, ante una asistencia estimada de unas 10.000 personas, Colo-Colo derrotó en la gran final de la Primera División Femenina 2024 a su similar de Universidad de Chile y se consagró tricampeón de la categoría, obteniendo, de paso, su 16° título como monarca del fútbol femenino chileno.
Las dirigidas por Tatiele Silveira salieron al campo de juego con su consabido esquema 4-3-3, con Yanara Aedo retrocediendo unos metros hacia la línea defensiva con el fin de evitar la marca personal que proponía el cuadro azul. Diego Testas, el estratego de las leonas, proponía un esquema 4-4-2, defendiendo en zona, volviendo a renunciar a tener una volante 10 que armase el juego, con Melissa Bustos persiguiendo a la Maga colocolina en una especie de marca personal por todo el gramado y apostando al contragolpe con dos delanteras, Rebeca Fernández y Fernanda Araya, tratando de aprovechar los pelotazos profundos que le brindaban sus compañeras.
Luego de algunos breves minutos de estudio, las colocolinas comenzaban a atacar con todo en pos de abrir la cuenta. Ya a los 5’, Yenny Acuña exigía a la portera Natalia Campos (de muy buena actuación) a una gran tapada ante un remate cruzado muy complicado. Antes de los 30’, las albas dispusieron de cuatro ocasiones de gol, una de ellas, a los 27’, muy clara, cuando Aedo envía un maravilloso pase largo para Javiera Grez a espaldas de la defensa azul. La curicana, de primera, envía un sombrerito que supera la desesperada salida de Campos, pero el balón, caprichosamente, pegaba en el larguero ahogando el grito de gol de la hinchada alba. Universidad de Chile esperaba en su zona, tratando de achicar los espacios y estrechar la marca, dejando cada vez más aisladas tanto a Araya como a Rebeca. De hecho, solo se procuró una ocasión de gol, con un remate de Karen Fuentes que casi pilla a contrapié a la portera alba Ryann Torrero cuando corrían 28’.
A los 32’ llegaría la apertura de la cuenta. Rápida recuperación del balón en tres cuartos de cancha, María José Urrutia que cede a Javiera Grez que se saca la marca de la defensa laica, y con un remate cruzado bajo derrota a Campos. Un 1-0 totalmente ajustado a la realidad del partido, con un Colo-Colo absolutamente dominador de las acciones y que no dejaba pasar un minuto en seguir procurándose ocasiones de gol. Acuña, Rosario Balmaceda, Paloma López y Yastin Jiménez pudieron haber marcado la segunda cifra. De hecho, Campos estuvo soberbia al tapar un remate a contrapié de Jiménez, a los 38’, lo cual hubiese, literalmente, sentenciado el encuentro.
El comienzo del segundo tiempo nos mostró el intento de Testas por hacer cambiar el rumbo de la definición con el ingreso de Bárbara Sánchez por Bustos. La entrada en juego de la Chama supuso los mejores momentos de las leonas en el partido, teniendo quince minutos de dominio y que se pudo cristalizar en la igualdad, cuando Torrero estuvo fenomenal para tapar, en dos ocasiones consecutivas, remates a quemarropa de Araya y Fernández. Sin embargo, ese cuarto de hora sería el único atisbo de las azules por tratar de dar vuelta una situación, a todas luces, adversa.
A los 69’ llegaría la segunda cifra de las albas, poniendo en práctica la construcción de juego que tanto ha caracterizado al planteamiento táctico de Tatiele. Juego a ras de piso, triangulaciones continuas, transiciones sucesivas y pases cortos aprovechando los espacios que dejaba la defensa azul. Fue así como llegaría el golazo de Yastin Jiménez para hacer estallar el Bicentenario. Colo-Colo se dedicaría, desde ese momento, a administrar las acciones, sobre todo con la salida de Grez y Urrutia por lesión, apostando a generarse ocasiones de gol a través de un contragolpe veloz y profundo. De hecho, a los 81’, Acuña avanzaría varios metros en una lucida jugada personal que culminaría con un zurdazo que azotaría el horizontal.
En los minutos finales llegaría el descuento azul tras un cobro de un lanzamiento penal por la árbitra Dione Rissios, de buen cometido en la tarde de ayer, tras una innecesaria falta de Michelle Olivares Acevedo sobre Rebeca. Fernanda Araya descontaría con un ajustado remate desde los 12 pasos, pero ya no quedaba tiempo, y los dos minutos restantes fueron de manejo y administración del juego por parte de las albas quienes se quedarían con la corona de campeonas de la Primera División Femenina.
Haciendo un breve análisis del compromiso, podemos señalar que fue un partido casi perfecto el jugado por las albas. Fue la máxima expresión de lo planteado por Tatiele Silveira, un fútbol de gran fortaleza y resistencia física, que te otorga una velocidad, ritmo e intensidad muy superior a la de sus rivales, que te permite construir el juego con una panorámica diferente, aprovechando los espacios y manejando los tiempos, con un fútbol que no abusa del pelotazo y que te permite desdoblarse continuamente y triangular en forma permanente, con una excelente comunicación entre sus intérpretes. Yanara Aedo no brilló ayer en la tarde de ayer, pero uno advierte fácilmente que maneja las acciones, guía a su equipo y ejerce liderazgo e influencia sobre sus compañeras. Colo-Colo es un elenco que sabe combinar el talento de sus individualidades con su capacidad colectiva. Ryann Torrero demostró porque es la mejor portera del torneo nacional, y eso le brinda seguridad a una defensa que se muestra sólida y confiable; el mediocampo colocolino es el mismo que es titular también en la selección dirigida por Luis Mena, mientras que en ofensiva encuentras a una jugadora desequilibrante como Javiera Grez, una centrodelantera luchadora y laboriosa como Cote Urrutia y una jugadora que vino a reforzar a las albas y elevó el nivel futbolístico del equipo como Yenny Acuña. A eso se suma un banco de jugadoras suplentes que aportan juventud y dinámica. Nos dio la sensación de que la realidad del encuentro estuvo muy alejada del 2-1 final, sino que estuvo más cercana a los tres o cuatro goles de diferencia entre uno y otro rival.
Universidad de Chile nunca encontró la clave para dar vuelta la definición. Testas no supo salir de su porfía de prescindir de una volante creativa. Bárbara Sánchez y Yessenia Huenteo, que hubiesen asumido tal rol, no fueron tomadas en cuenta por el uruguayo; Franchesca Caniguán hubiese sido un aporte valioso en cuanto a jugar con doble 9, y Daniela Zamora estaba llamada a ser un pilar fundamental por las bandas. El ex DT de Nacional confió en demasía en su sistema táctico que pretendía atacar desde las bandas hacia el centro, pero en la final de ayer no anduvo su mediocampo y sus delanteras cayeron en la trampa defensiva de la última línea colocolina y estuvieron aisladas en tres cuartas partes del partido. La renuncia de Testas al finalizar el partido solo es una respuesta simple a la cada vez menor confianza que se le tenía a sus planteamientos tácticos y a la forma de encarar, no solo la final ante Colo-Colo, sino también toda la fase de playoffs, donde pudo superar con muchas dificultades las dos llaves anteriores ante Unión Española y Coquimbo Unido. Testas no entendió jamás que la Universidad de Chile es un equipo grande de nuestro balompié jugado por mujeres, y afrontó esta definición de manera timorata, sin arrojo, sin riesgo, especulando en un partido definitorio. Una final no la puedes jugar de chico a grande, y eso Testas jamás lo entendió. Tal vez porque la realidad del fútbol femenino uruguayo es así, muy distinta al nuestro.
FICHA TÉCNICA.
Estadio Bicentenario de La Florida.
Público: 10.000 aprox.
Árbitra: Dione Rissios.
COLO-COLO (2): Ryann Torrero; Michelle Olivares Acevedo, Dahianna Bogarín, Corina Clavijo, Rosario Balmaceda; Yanara Aedo, Yastin Jiménez, Yessenia López; Javiera Grez, María José Urrutia, Yenny Acuña. DT. Tatiele Silveira.
Cambios: 61’ Anaís Cifuentes x Grez (lesionada); 71’ Guillermina Grant x Urrutia (lesionada).
UNIVERSIDAD DE CHILE (1): Natalia Campos; Karen Fuentes, Denisse Orellana, Claudia Herrera, Valentina Díaz; Melissa Bustos, Gisela Pino, Llanka Groff, Mariana Morales; Fernanda Araya, Rebeca Fernández. DT. Diego Testas.