El ente organizador ha montado el fixture en base a un software desarrollado por la UBA y que contiene los siguientes condicionantes.
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Se invierten la totalidad de las localías entre los 10 últimos promedios del descenso a la hora de confeccionar el fixture.
Se invierten todas las localías entre los denominados grandes en una misma zona.
Boca-River, Racing-Independiente, Central-Newells, Colón-Unión y Gimnasia-Estudiantes tienen patrones cruzados, o sea cuando uno es local el otro juega de visitante.
Los equipos no se enfrentarán a los denominados “grandes” en fechas consecutivas.
No hay partidos entre los “grandes” en la primera o última fecha.
Para balancear viajes se arman 2 clusters (Interior lejano, con 5 equipos en cada zona) y Capital, Gran Buenos Aires y La Plata (con 7 equipos en cada zona).
Este modelo establece que cada equipo de un cluster juegue “parejo” -en cuanto a localías- contra los del otro grupo. Por ejemplo, uno de BA juega 3L y 2V, o 3V y 2L contra los del Interior.
Ningún equipo puede tener más de 2 localías no invertidas de las 11 que juega.
En las últimas 2 fechas no habrá enfrentamientos entre los 10 equipos de peor promedio (esto tomado al día 20 de diciembre de 2019).
Todos los equipos terminarán la temporada regular jugando 17 partidos de local y 17 partidos en condición de visitante (sin tener en cuenta luego el partido que disputen por semifinales).
En total, se alcanza un 92 por ciento de inversiones en las localías. Sólo 10 partidos no podrán invertirse.
De esta manera, el calendario queda configurado de la siguiente forma.