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La Galerna

·28 de agosto de 2025

Vinícius y el negocio del escrache

Imagen del artículo:Vinícius y el negocio del escrache

Convivimos con una moda peligrosa: convertir a cualquiera en meme. Si cincuenta tuiteros de dudosa calaña se unen para señalar a alguien, acabarán por capitalizar la agenda pública. Esto atraerá a los medios de comunicación, ávidos de clics, visitas, visualizaciones, dinero de la publicidad. De nuevo, y como siempre ocurrió, el escrache siendo combustible de un capitalismo homicida.

Hay quienes, desde hace tiempo, quieren matar a Vinícius Jr. Mediáticamente la mayoría, aunque otros vayan más allá y le amenacen colgando un muñeco con su camiseta de un puente. Curiosamente, a estos no se les señala tanto, a estos delincuentes no se les ponen doscientas cámaras todo el día. Sin embargo, sí se colocan focos alrededor de la víctima para poder escudriñar cada uno de sus gestos, aunque sean de innecesaria venganza, como decir ‘a Segunda’ a un club señor como el Real Oviedo y a la mayoría de sus maravillosos aficionados, que no deben ser representados por quienes se pasaron horas llamando a Vinícius, entre otras lindezas, puto mono y puto negro.


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Con el fuego encendido y con un jugador del Madrid quemándose, todos hacen negocio: de nuevo más clics, más visitas, más visualizaciones, más dinero de la publicidad para medios y tuiteros de, repito, dudosa calaña y procedencia.

El incendio se ha propagado. El antimadridismo ha contagiado a cierto madridismo que afirma estar cansado de Vinícius Jr. Ese madridismo, ligeramente acomplejado, por qué no decirlo, le ha colocado al brasileño ya no sólo el cartel de transferible, entendible tras una temporada floja, sino también de prescindible, que no es lo mismo.

Hay motivos para estar cruzados con él. Pero todos son deportivos: escaso esfuerzo sin balón, poca involucración en el apartado defensivo, mal estado de forma, pérdida de chispa, desacierto en el último pase… El brasileño arrastra unos meses complicados sobre el césped, momento ideal para que las garrapatas azucen la hoguera: si Vinícius Jr. no está bien, si se siente presionado, dañado, dolido, descentrado, peor para el Madrid.

El incendio se ha propagado. El antimadridismo ha contagiado a cierto madridismo que afirma estar cansado de Vinícius Jr

Hasta cierto punto, se entiende al antimadridismo. Si los de Xabi Alonso no carburan al cien por cien, mejor para el resto. Pero no comprendo a los madridistas alineados con la salida a cualquier precio de un Vinícius que ha sido santo y seña, emblema de una época exitosa del club tras la marcha de Cristiano Ronaldo, perseguido desde que el Madrid pagó 45 millones para colocarlo en el Castilla y desde que se hicieron virales algunos vídeos con sus errores de finalización frente a la portería.

El meme estaba hecho: mal el Madrid si firma a un chaval de 18 años y si no es diferencial de inmediato. Su color de piel fue lo siguiente en incorporarse al chiste, y cuando se quejó el problema ya fue definitivo. La persecución que sufre desde hace muchos años es intolerable y me apena que los tentáculos hayan traspasado la frontera. Quizá tengamos al antimadridismo en nuestra propia casa.

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Hace un tiempo, Vinícius Jr. dijo en una entrevista que en España teníamos que replantearnos la gravedad de un insulto racista en un campo de fútbol si optábamos a acoger el Mundial 2030. La conversación social a partir de entonces no fue en qué debíamos mejorar, sino en silenciar y en atacar al jugador.

Hubo quienes, torticeramente, le colocaron entrecomillados falsos como “España es racista”. Vaya. ¿Quién podría imaginarlo en un país que acumula centenares de denuncias por insultos y cánticos racistas en estadios de LaLiga desde que hay registros, en el que más de veinte están dirigidos al propio brasileño, y en el que la noticia principal postpartido en muchos medios de comunicación es que “Vinícius responde” y “Vinícius provoca”, pero no que “a Vinícius le llaman puto negro” o “a Vinícius le llaman puto mono”?

Será entonces que lo primero se vende mejor que lo segundo.

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