Rayo Vallecano 2-2 Girona: ‘Globetrotters en prácticas’ | OneFootball

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Unión Rayo

·18 de marzo de 2023

Rayo Vallecano 2-2 Girona: ‘Globetrotters en prácticas’

Imagen del artículo:Rayo Vallecano 2-2 Girona: ‘Globetrotters en prácticas’

Vallecas es diferente de serie, pero este sábado se volvió inexplicable. Es lo que tiene que en la casa del rock, por un día se entonase jazz. Libre albedrío a dejarse llevar y, en fin, que suene lo que tenga que sonar. Así jugó un Rayo Vallecano que entre majaderías y maravillas, abdicó de una victoria de oro. Delirio sin final feliz. Hubo desde un melocotonazo con la firma de Isi (que despertó el “¡Isi, Selección!”), a un penalti sacado en corto por Trejo (¡sí, sacado en corto!) que el propio Isi mandó arriba. Anduvo tan maníaco el Rayo que el runrún fue la melodía dominante. El “¡pero qué demonios les pasa hoy!”, himno. Y los tres puntos, víctimas del enésimo harakiri de un equipo que salió a dar espectáculo con el alma de los Globetrotters… y se botó la pelota en la cara.

Era vital ganar al Girona de Míchel I de Vallecas, hijo pródigo y ovacionado en la previa. Este barrio siempre será su barrio y esta gente siempre será su gente. Pase lo que pase. Porque Vallecas tendrá carencias (como una casa con tres muros), pero en su sencillez, el cariño hacia quien la quiso -y la quiere- es innegociable. Pero business are business. Y como no se debe confundir la bondad el pagafantismo, silbó González Fuertes y A Las Armas.


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La primera parte fue la perfecta ilustración de la locura. Pasaron tantas cosas que verla repetida se antoja altamente recomendable. Fue muy superior el Rayo, más vertical de lo que venía siendo, con más chispa y efervescencia. Ingredientes básicos, al fin y al cabo, de un equipo que sorprende por su desfachatez. Porque prefiere pedir perdón antes que permiso. Así con todo atascado, Isi se inventó un melocotonazo desde 25 metros que entró por la mismísima escuadra. Un golazo espectacular y candidato a mejor de la temporada. Una obra de arte ante la que nada pudo hacer Gazzaniga. Y que ya saben dónde ver repetida en Las Rozas. “¡Isi, Selección!”, gritó Vallecas, por si las moscas.

De la magia al ridículo

El problema fue el perpetuo: esa desconexión de segundos que cuesta un gol y tira todo por la borda. Esta vez la jugada se cocinó por la banda de Mario Hernández (de menos a más; pero se evidenció su falta de ritmo), centro al corazón del área, paradón de Dimi y el rebote, a la jaula. Obra de Tsygankov, solo y a merced. Lo que vino después fue el culmen del espectáculo: penalti sobre Álvaro García por manotazo. Muy claro. Allá fue Trejo, que disparó suave a su derecha y se lo paró Gazzaniga, pero el defensa que despejó había invadido el área, así que el VAR intervino para mandar repetir.

Y pasó lo que pasó. Con Vallecas animando a su capitán para que volviese a lanzar, este pareció hacerlo; cogió el balón, lo colocó, dio tres pasos, corrió hacia él… ¡y dio un toquecito en corto! Todo, esperando la llegada de Isi por detrás, que disparó alto. Un intento de obra de arte que acabó en ridículo espantoso. Una decisión que habría sido comprensible en un 3-1 controlado, o en una jornada 36 sin nada en juego. Pero no en el 2-1 cuando te jugabas medio sueño. “No he hablado con ellos, en general no me gusta dar charlas después de los partidos… pero lo que puedo decir es que no era algo ensayado”, dijo Iraola, con un cabreo imposible de esconder.

Oda al remordimiento

Pese a ello y con el runrún, se fue el partido al descanso. “Ahora más les vale ganar”, fue la frase más repetida por las gradas. El jaque, sin embargo, llegó a los 10 minutos de la reanudación: centro desde la banda de Mario Hernández (sustituido en el 64’ para poner a Mumin en su posición; tenía amarilla) y remate a la red de Tsygankov. Del 3-1 al 2-2. Y el Rayo se evaporó. Perdió su chispa y verticalidad. Volvió a ser ese equipo temeroso al que le cuesta un mundo generar y una galaxia anotar.

Se fue del partido, volviéndose un títere en manos del Girona, que pudo ganar. Que hasta tuvo trazas de merecerlo. Tsygankov, con un zurdazo desde la frontal, rozó el hat-trick de su carrera. En la nana del remordimiento, del saber que se había tirado por la borda algo tan ganado, murió el partido. Y con otro paradón de Dimitrievski a Castellanos. Empató un Rayo que puede irse al parón a 5 puntos de la sexta plaza. Otro harakiri inexplicable. Otra dolorosa dimisión. Y no volverá a haber Franja hasta el 3 de abril. El Rayo necesita reencontrase en ese mes más que Sabina.

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