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·21 de marzo de 2022

La pizarra del Deportivo 2-1 Cultural Leonesa: sin riesgos, sin brillo

Imagen del artículo:La pizarra del Deportivo 2-1 Cultural Leonesa: sin riesgos, sin brillo

Recuperó el Deportivo de La Coruña el gol y la victoria. Pero se quedó lejos de su mejor versión ante la Cultural Leonesa. En un partido entre dos equipos con problemas, se impuso la calidad ofensiva de un Dépor sin brillo, que priorizó no asumir riesgos y que quiso ser algo más directo que de costumbre para dañar a un rival con dificultades atrás.

Nunca por dentro

Borja Jiménez volvió a los orígenes en la forma, pero no del todo en el fondo. Porque es cierto que el conjunto blanquiazul recuperó su dibujo con tres centrocampistas y extremos. Pero también lo es que apenas pretendió jugar por dentro. Su prioridad, en ese plan de minimizar riesgos, fue progresar por los pasillos exteriores. Para ello, Álex Bergantiños se incrustó casi siempre entre centrales en salida de balón, pese a que la superioridad ya existía ante la solitaria amenaza de Obolskii en la primera línea rival. Quería ser ancho el Dépor en iniciación y las caídas de Juergen Elitim a la izquierda redundaron todavía más en ese aspecto.


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El Dépor inicia con tres jugadores, Juergen muy caído a la izquierda y De Vicente como única referencia por dentro. La Cultu se dispone en 4-1-4-1, pero sus extremos no van arriba porque están pendientes de los laterales blanquiazules.

Sin Mario Soriano ni como mediapunta ni como falso extremo izquierdo y con un Quiles que ejerció más de distracción que de receptor, el Dépor apenas tuvo referencias dentro. Y si las tuvo fueron más para distraer que para recibir, como decimos. Solo un De Vicente pendiente de dar equilibrio, pero sin socios en la siguiente línea. Su intención era superar esa presión inicial de una Cultural que era agresiva en cada pase inicial y atacar por fuera, aprovechando que el equipo de Curro Torres  se plantaba en un bloque medio relativamente contemplativo y que concedía espacios a su espalda.

Ni siquiera con uno más volvió el Dépor a amasar la pelota. Tampoco ayudó a ello la entrada de Soriano. Le quemaba el balón al conjunto herculino, que apenas arriesgó en campo propio y pocas veces se asentó en campo rival a través de la pelota. Priorizó atacar los espacios y encontró opciones de gol, aunque también muchas imprecisiones.

Agresividad por fuera

No pretendió combinar demasiado por dentro el Deportivo, pero porque su intención era generar rápidamente situaciones ventajosas por fuera. Quería el Dépor correr por banda y lo consiguió sobre todo en los primeros 35 minutos. En ese tramo, las fijaciones de Quiles y WDC permitieron llegar con soltura a Villares y, sobre todo, a Héctor Hernández. En cierto modo, recuperó el conjunto deportivista la profundidad perdida por las bandas.

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El Dépor sale por fuera con Bergantiños. Quiles va al apoyo para generar dudas entre el lateral y el extremo. Lo consigue, porque Villares ataca el espacio generado con ventaja.

Así llegó el primer gol. Fue en una de sus jugadas más elaboradas, con Juergen, De Vicente y William juntándose en el sector izquierdo y Héctor Hernández preparado para correr. Recibió el vallisoletano y, sin necesidad de llegar a la línea de fondo, colocó un buen centro para llegada en carrera de los atacantes. Sotres despejó y Quiles, en una gran acción, encontró el gol desde la frontal. No fue un tanto directamente a través de un centro lateral, pero sí provocado por un envío desde el costado.

Y es que el Dépor no tuvo reparo alguno en poner a correr a sus laterales. Si necesitaba combinar primero, lo hacía. Y sino, se saltaba ese paso con envíos más directos. La prioridad era siempre atacar el espacio. Lo empezaron haciendo los defensores de banda, hasta que la Cultu ajustó bajando a los extremos al final de primer acto. Algo que, por momentos, le hizo defender con línea de 6.

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El Dépor iniciaba y si un futbolista recibía solo, lanzaba al equipo. Juergen tiene tiempo, WDC va a recibir para distraer y Héctor traza un desmarque de ruptura al espacio.

Pero el ser agresivos fue también cosa de los extremos. Sobre todo de De Camargo, como se demostró en el segundo gol. Juergen atrajo al extremo y Héctor Hernández al lateral. Se generó el hueco y William, emparejado dentro con el central, atacó el intervalo entre las dos piezas derechas de la defensa culturalista. Fue más veloz el brasileño que Fran Cruz y la cosa acabó en penalti y expulsión. A pedir de boca. El plan del Dépor de salir por fuera y trazar movimientos verticales al espacio, resumido en una sola jugada.

No romperse

La sonrojante derrota en Badajoz empezó a gestarse desde una pésima interpretación de las situaciones sin balón. El Dépor fue en el Nuevo Vivero un equipo descosido. Saltó a la presión cuando no debía y se autogeneró unas enormes distancias entrelíneas e incluso interlineales. Tenía claro el cuerpo técnico deportivista que su equipo no se podía volver a romper.

Por ello, el conjunto blanquiazul fue poco agresivo sin balón. Permitió a la Cultural iniciar desde atrás, sabedor de que si iba arriba, el rival podía buscar balones directos entre la defensa y Mackay. El Dépor se posicionó en un 4-4-2 con Juergen adelantado, pero casi siempre pendiente del mediocentro Escobar. Esa disposición le permitió no sufrir apenas ante los ataques posicionales de una Cultu con pocas ideas. No iba a robar el Deportivo, pero sí inquietaba a los centrales a través de un bloque medio y por momentos alto.

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El Dépor se sitúa en un bloque medio-alto buscando provocar errores en el pase. Pero sobre todo es un bloque compacto, con buenas distancias.

Porque más allá de su intención y su posicionamiento, la escuadra de Borja Jiménez fue compacta, sin rendijas. Tan solo inquietó el equipo de Curro Torres a partir de pérdidas como la de Lapeña en el 1-1 u otra de Juergen que acabó con el propio Lapeña cerrando bien a Percan. Pero fueron dos errores puntuales, pues apenas dañó la Cultural al contraataque. No lo hizo porque el Dépor no arriesgó con la pelota. Y cuando la perdió con aroma de peligro, había red de seguridad por detrás del balón gracias al equilibrio de Álex Bergantiños y De Vicente. Brillaron poco con balón los dos centrocampistas, pero ayudaron a dar al equipo una firmeza necesaria.

Las dudas no se van del todo tras la victoria, pues el Deportivo perdió una clara ocasión de ganar bien. Sobre todo con uno más, en un contexto propicio pero en el que el equipo herculino no se hizo con el control del partido. Pero que, al menos, no agobian tanto con tres puntos más en el casillero.

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