El Real Madrid o la suerte de carecer de estilo | OneFootball

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La Galerna

·29 de abril de 2024

El Real Madrid o la suerte de carecer de estilo

Imagen del artículo:El Real Madrid o la suerte de carecer de estilo

Effenberg: “El Real Madrid tuvo suerte ante el City. Yo no me proclamaría favorito”.

Xavi Hernández: “Hemos dominado, hemos tenido buenas ocasiones, pero hemos perdido. Sólo puedo analizar el juego que hemos hecho, que hemos estado mejor que el Real Madrid”.


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Rodrigo Hernández: “Sólo he visto un equipo hoy y el Madrid se lleva una eliminatoria que hemos merecido pasar”.

Kubo: “El que ha visto el partido sabe que hemos merecido ganar”.

Ya lo ven, amigos galernautas, el Real Madrid lleva dos semanas que no hace otra cosa que ganar partidos que en realidad merece perder. Ya es casualidad; o suerte, según muchos; o los designios divinos (de un Dios que nos debe querer mucho), a saber. Porque, al parecer, el (descomunal) talento de nuestros jugadores o la astucia de nuestro cuerpo técnico son argumentos directamente descartables a la hora de explicar una victoria del Real Madrid.

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El equipo blanco viene de triunfar en el campo más difícil de Europa, de vencer en el clásico con un equipo que iba muy justito de gasolina tras la extenuante prórroga vivida en el Etihad y de derrotar a la Real Sociedad en Anoeta con un equipo plagado de suplentes. Todos los equipos juegan mejor que nosotros. Todos nos dominan a su voluntad pero encuentran imposible la tarea de abatirnos. Es buena noticia que después de tantos partidos sigan atribuyendo nuestras victorias a la buena fortuna, porque eso indica que están lejos de saber cómo derrotarnos.

Todos los equipos juegan mejor que nosotros. Todos nos dominan a su voluntad pero encuentran imposible la tarea de abatirnos

Equipos que presumen más de su estilo de juego que de los títulos que este les ha reportado vienen a explicarle al club más ganador de la historia cómo se consiguen los trofeos. Igualito que aquello de venir a explicarle a tu padre cómo se hacen los hijos. Porque, como dijo alguien (creo recordar que fue nuestro héroe de la Séptima) y enseguida el madridismo se apoderó de esa frase para hacerla su axioma: el estilo del Madrid es ganar. Por encima de estilos, metodologías y sistemas de juego. Al Madrid sólo le importa ganar. Y por eso el Madrid es un club que no muestra complejo alguno tanto a la hora de asir la vitola de favorito y dominar al rival con el balón al ritmo que marquen los Kroos y Modric del equipo como a la hora de ponerse el mono de trabajo y entregar el balón y el favoritismo al equipo rival con toda la humildad del mundo.

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Hay quién se atreve a tachar de equipo pequeño esta actitud que ha reportado —no sólo al Real Madrid, sino también a otros grandes equipos de Europa como Inter o Chelsea, por poner ejemplos cercanos— grandes triunfos en la máxima competición internacional, cuando en realidad se trata de una de las características más meritorias que se pueden encontrar en este deporte plagado de egos. Que a un equipo acostumbrado a manejar el tempo del partido, a jugar con balón, a atacar constantemente la portería rival, de repente un día le toque cambiar radicalmente su estilo de juego a uno defensivo y no sólo sea capaz de hacerlo, sino que además se convierte en una roca inamovible incluso para el mejor equipo ofensivo de Europa es una hazaña que debería ser admirada por todos.

Es buena noticia que después de tantos partidos sigan atribuyendo nuestras victorias a la buena fortuna, porque eso indica que están lejos de saber cómo derrotarnos

Creo que no se pone en perspectiva lo suficiente el valor que tiene decirle a jugadores como Kroos, Bellingham, Vinícius o Modric que hoy les va a tocar ver poca bola porque el plan es defender y estos no sólo lo acaten de buena manera, sino que además den una exhibición durante todo el partido de solidaridad, sacrificio, compañerismo y tesón. Sólo en un deporte tan podrido como está últimamente el fútbol se podría criticar algo así. Sin ir más lejos, cuando en baloncesto un equipo defensivo vence a uno ofensivo, se aplaude el trabajo del equipo rocoso. En fútbol, la contaminación es tan grande que difícilmente veremos esto como algo habitual en el futuro próximo.

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Si fuera tan sencillo esto de cambiar el plan, digo yo que lo harían también el resto de equipos con la misma eficacia que el equipo vikingo. Hace dos años, nos vimos las caras ante el mismo City avasallador de hace un par de semanas y hasta el 87, que tuvo Grealish la última, estuvo atacando. Después de esa ocasión, los citizen se echaron atrás para hacer eso que critican al Madrid. ¿Saben ustedes cuánto tiempo consiguieron contener al equipo blanco? Exacto. Ni dos minutos. Igual tiene algo de mérito lo que hace el Madrid. O igual tuvo mala suerte el City. Debe de ser esto último.

Equipos que presumen más de su estilo de juego que de los títulos que este les ha reportado vienen a explicarle al club más ganador de la historia cómo se consiguen los trofeos

En cuanto al clásico, ya dijo Kroos que si hubieran estado al 100 % les habrían podido meter 4 al Barcelona, y la verdad es que, aunque parece una sobrada, tampoco es muy difícil de imaginar. El Madrid jugó con lo justo y apretó cuando tenía que apretar. Prueba de ello es que la ventaja en el marcador le duraba muy poco al club negreiro. Aunque el aficionado blanco pudiera pensar que el Barcelona dominó más y que su presión era muy eficaz y nos incomodaba, a mí no se me quita la sensación de que esto formaba parte del plan de Carletto y los suyos: dejar que Xavi pensara que su presión estaba funcionando para que siguiera ejecutándola igual de envalentonado y dejara los espacios que tanto aprecian los Rodrygo, Vinícius y Bellingham en ataque. Aunque hubo muchas pérdidas, realmente sólo se sufrió a balón parado y por la banda de Yamal hasta que salió Fran García.

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Contra la Real, el plan, también llamado suerte, de Carletto volvió a funcionar. Esta vez con los suplentes. El dominio estéril de los de Alguacil apenas inquietó de veras la portería de Kepa salvo en un par de acciones esporádicas, mientras que el equipo del italiano sí que sabía encontrar las cosquillas al equipo rival cuando atacaba. Para los amantes de las estadísticas, el Madrid tuvo una ocasión de “gran probabilidad” por ninguna de la Real.

Si fuera tan sencillo esto de cambiar el plan, digo yo que lo harían también el resto de equipos con la misma eficacia que el equipo vikingo

Lo que estos rivales denominan como suerte yo lo defino como conocimiento del juego, y aunque Carlo cuenta con mucho detractores, incluso dentro del propio madridismo, nuestro entrenador de fútbol sabe un rato. Hace mucho escribí un artículo llamado “¿Qué es jugar bien?” en el que defendía y defiendo que un equipo juega bien cuando sobre el campo pasa lo que a este equipo le interesa que pase. En estos tres últimos partidos tan afortunados del Real Madrid, me juego el pescuezo (porque poner la mano en el fuego por algo en este país es deporte de alto riesgo) a que en dichos encuentros han sucedido más cosas que deseaban Carletto y los suyos que las que deseaban los técnicos rivales, pero como según estos últimos, que por cierto perdieron, sus respectivos equipos dominaron al Madrid, pues supongo que estaré equivocado y pongo mi pescuezo a su disposición.

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No nos queda otra, pues, que regocijarnos de la buena suerte del Madrid. La verdadera, no la que nos quieren otorgar condescendientemente quienes no nos guardan aprecio alguno. La verdadera suerte del Madrid es no tener un estilo al que renunciar cuando vienen mal dadas. Nuestra verdadera suerte reside también en la gran planificación llevada a cabo por nuestra inexistente dirección deportiva, que ha plagado nuestra plantilla de jugadores que son tan brillantes a nivel cualitativo o físico como a nivel de mentalidad ganadora.

La verdadera suerte del Madrid es no tener un estilo al que renunciar cuando vienen mal dadas

Nuestra suerte es haber inculcado una cultura interna de club en la que se mezclan valores tan dispares como la grandeza y la humildad como si fueran hermanos gemelos. Nuestra suerte es haber sido capaces de transmitir esa misma cultura al exterior hasta el punto de que los mejores jugadores del mundo prefieren rechazar contratos mucho más lucrativos para venir a vivenciar el significado de este club. Nuestra suerte es ser capaces de convencer a todos los jugadores, miembros del cuerpo técnico y aficionados del Real Madrid de todo el mundo de que en este club, como reza uno de nuestros lemas, se lucha hasta el final. Porque hasta el final, amigos, hasta el final, va el Real.

Getty Images.

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