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·30 de junio de 2025
El difícil arte de jugar al tenis en el césped de Wimbledon

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·30 de junio de 2025
Algunos la temen, otros la adoran y todos coinciden en describirla como una superficie "traicionera": la hierba, protagonista desde este lunes y por dos semanas en Wimbledon, invita a los tenistas a reinventarse, modificando sus desplazamientos y su táctica.
Especialidad británica, las canchas de césped son raras en el resto del mundo Europa y los especialistas se encuentran desamparados una vez pasadas las cinco semanas anuales de torneos en hierba.
"Pocos países tienen torneos en hierba porque se requiere un mantenimiento considerable para tener unas pistas en condiciones", explica a la AFP el francés Lucas Pouille, ex-N.10 del mundo.
"Todos los jugadores la descubren (la superficie) muy tarde, salvo que hayan disputado torneos en juniors", añadió Pouille, que llegó a ser cuartofinalista en 2016 en Wimbledon.
Su compatriota Loïs Boisson fue hace menos de tres semanas la sensación en Roland Garros, cuando alcanzó las semifinales pese a ser entonces la N.361 del mundo, pero perdió en primera ronda de la previa en Wimbledon.
- Saque y volea -
Los desplazamientos son "más complicados", "el rebote es bajo" y "el efecto liftado tiene también menos impacto", comentó su entrenador Florian Reynet tras la derrota de la francesa en su primer partido en hierba a los 22 años.
Muchos tenistas pasan por ese proceso y acaban jugando bien en hierba con el tiempo: No diría que de repente todo es perfecto, porque la superficie es difícil y traicionera, pero simplemente tengo más años de experiencia", admitió la polaca Iga Swaitek (actual N.4 del mundo) tras perder el sábado su primera final en hierba, en Bad Homburg.
Otra clave para tener éxito es un buen servicio, restar con agresividad y ser muy eficaz en la red. También se debe cambiar el juego de piernas, privilegiando los pasos pequeños en lugar de grandes zancadas.
Para adaptarse, los tenistas apenas tienen unos días, ya que la gira de hierba comienza inmediatamente después de Roland Garros, que pone broche a la temporada de tierra batida.
Tras dos meses jugando en polvo de ladrillo, "llegamos a la hierba y tenemos 13 días para cambiar todo, no completamente porque siempre tienes tu tenis, pero tenemos que cambiar un poco nuestra manera de jugar", reveló Coco Gauff, la N.2 mundial y ganadora del último Roland Garros.
- "Menos cardio y más muscular" -
El francés Arthur Rinderknech, que este lunes juega contra el N.3 del mundo, el alemán Alexander Zverev, destaca otra diferencia con la arcilla: "Requiere menos cardio, pero más musculo, el esfuerzo es más corto".
Por ello, los peloteos suelen ser más cortos y la duración de los partidos suele ser inferior a los de tierra, pero requiere mucha concentración.
El español Carlos Alcaraz es uno de los pocos tenistas capaces de dominar el tenis en hierba muy pronto. Cuando era junior jugó el torneo de Roehampton, cerca de Londres. "Me sorprendí un poco a mí mismo porque jugué buenos partidos", recordó el sábado ante los medios.
El vigente doble campeón de Wimbledon adora todo lo relacionado con el tenis en hierba: "El estilo de los tenistas en la pista, el sonido de la pelota, los desplazamientos. No es sencillo, pero una vez sabes cómo moverte, es como si volaras. Realmente es una superficie hecha para mí", asegura el murciano, que en el césped puede "deslizar, hacer dejadas, subir a la red todo el tiempo, ser agresivo".
AFP.
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