Aviso serio en Vallecas para el Barça | OneFootball

Un césped castigado, la presión del mercado y un rival encendido ponen en guardia al Barcelona (21.30 h.).

El equipo azulgrana busca esta noche el pleno de puntos en el arranque liguero, un reto mayor tras la victoria del Real Madrid y el tropiezo del Atlético. Pero la visita a Vallecas, siempre incómoda, llega esta vez rodeada de factores que la convierten en un examen delicado.

El Barça se planta en Madrid con varios frentes abiertos. El “caso Fermín”, las últimas inscripciones en LaLiga, el estado físico de Gavi y, como advirtió el propio cuerpo técnico del Rayo, un césped en malas condiciones. Todo ello en la víspera del cierre de un mercado que Hansi Flick definió como “loco”. Un cóctel que convierte este partido en lo que muchos llamarían una auténtica trampa.

El técnico alemán, fiel a su estilo, evitó escudarse en excusas. “No valen”, repitió en la previa, pese a reconocer que espera la resolución de las altas de Wojciech Szczesny y Roony Bardghji, así como que la salida de Fermín no se produzca. A ello se suma la baja confirmada de Gavi, que sigue con molestias en su rodilla operada, además de las ausencias de Marc-André ter Stegen y Marc Bernal.

Enfrente, un Rayo Vallecano que se presenta ante su público después de un inicio de curso con luces y sombras en Liga, pero con el gran impulso de haberse clasificado para Europa tras 25 años. “Vallecas te pone la piel de gallina”, avisó su entrenador Íñigo Pérez, convencido de que el empuje de la grada puede marcar la diferencia. El esfuerzo de sus aficionados, que siguen haciendo cola nocturna en las taquillas para comprar entradas, es un reflejo del vínculo único entre barrio y equipo.

Los precedentes tampoco invitan a confiarse: en las últimas cinco visitas, el Barça solo pudo imponerse dos veces. La más reciente fue hace justo un año, con el gol decisivo de Dani Olmo en su debut. En total, el Rayo solo perdió cinco partidos en casa la pasada temporada. Vallecas nunca regala nada y esta noche, con el césped castigado y el ambiente en ebullición, menos que nunca.