REVISTA PANENKA
·13 December 2024
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·13 December 2024
Fotografías de Lola Quadrada y texto de Marcel Beltran
La Élite es un grupo de punk electrónico que hace ya unos cuantos años crearon David Burgués (Diosito) y Nil Roig (Yung Prado), ambos nacidos en Tàrrega, en la provincia de Lleida. El primero es aficionado de varios equipos y a lo largo de su vida ha frecuentado estadios de todo tipo. El segundo, como reconoce él mismo, no sabe ni papa de fútbol. Pero eso no es impedimento para que en Directos al infierno, el segundo álbum que descorchan en 2024 después del lanzamiento de Escaleras al cielo, se hagan algunas menciones explícitas al balompié, como en el séptimo tema del disco, titulado ‘Carafutbol’. Ahora que sus ritmos canallas, su letras electrizantes y sus directos impactantes llegan cada vez a más gente, con una colaboración incluida en las Gallery Session con Diego Ibáñez (Carolina Durante) hace unos meses, nos citamos con el dúo en Barcelona. La idea es charlar de música, introducir una pelota en la ecuación y que sea lo que Dios quiera.
Del uno al diez, ¿cuánto os gusta el fútbol?
David: Cinco. Me encanta el fútbol, pero no le daría más nota, realmente.
Nil: Yo digo diez, aunque no tengo ni idea de qué va.
¿La música?
D: Diez.
N: Diez.
¿Y la fiesta?
N: Al principio uno, pero cuando estoy metido ya me encanta.
D: Me representa.
Bien. Ya tenemos un comienzo. Para Nil esta va a ser más complicada, pero voy a hacer la pregunta igualmente. En vuestra infancia, ¿soñasteis en algún momento con ser futbolistas?
D: Yo sí, pero por el dinero.
N: Yo no me acuerdo, pero podría ser que también lo soñara.
¿Y con ser músicos?
D: De pequeño igual no tanto, pero llegó un momento en mi vida que me dije: ‘Bua, esto sí que molaría de verdad’.
N: Sí, nos pilló más de adolescentes.
D: Creo que desde el disco de Green Day, más o menos. American Idiot. Teníamos once o doce años.
¿Jugabais al fútbol, en aquellos tiempos?
N: Claro. Todo empezó en la Unió Esportiva Tàrrega.
D: Gran equipo.
N: Somos hijos de Joan Capdevila.
D: Cada uno jugó un año diferente. Yo del mío solo recuerdo que estuve en el banquillo hasta Navidades. Primero le pregunté a mi entrenador por qué no me ponía, y me pegó cuatro gritos. Y luego le dije a mi madre que no quería volver nunca más. Esa es toda mi experiencia jugando en un equipo.
N: Yo no me acuerdo de gran cosa pero creo que también jugaba mucho en el banquillo.
¿Y en el patio del cole no jugasteis?
D: Sí, allí sí, sin parar.
N: En el patio del cole, a muerte. Fifa Street.
D: Y en la calle, también. Toda la infancia jugando. Siempre con la pelota de un lado a otro.
¿Estáis a favor o en contra de las ligas de puretas?
N: No lo hemos explorado. Pero igual tendremos que empezar con esto.
D: Sí, eso sí que me parece divertido.
N: 100%.
Si hubiera que escoger uno, tal vez por su esencia rebelde o canalla, ¿qué equipo de fútbol representaría mejor a La Élite?
N: El CF Angulària. Es el club de un pueblo de al lado de Tàrrega, unos colgados.
D: Están en Tercera Catalana, creo, ahora.
N: Es posible que el único partido completo que haya visto en los últimos tres años fuera uno suyo.
D: Y son unos inconformistas. Porque juegan en césped natural, y son el único club de Lleida, además del Club Lleida Esportiu, que tiene un campo de césped natural. De vez en cuando pasan el tractor para regarlo. Sí, es un equipo bastante cool.
¿Y de dónde os viene la conexión con el equipo?
N: Porque juega al lado de Tàrrega.
D: Eso es. Está justo al lado de las piscinas a las que vamos en verano.
N: Así, cuando vas ahí, además de bañarte, también puedes ver un poco de match.
¿Estáis pendientes de la actualidad futbolística?
D: Yo sí. Soy del Barça a muerte y lo sigo. Hay que reconocerlo. Es así. Y luego también apoyo a otros equipos. Me gusta el Celta, que como está en otra parte de la tabla también me permite vivir el fútbol de un modo diferente. Y luego también me gusta mucho el Lleida, y estoy enterado de cómo va la cosa por ahí. Por último, en Inglaterra, a veces miro a un equipo que se llama Mansfield, al que le tengo mucho cariño, y, aunque no sé ni en qué liga está, a veces miro cómo han quedado.
¿De dónde te viene la afición por esos equipos?
D: Con el Barça y el Lleida, de toda la vida. Al Celta lo sigo porque mi novia es de Vigo, y tenemos colegas que son de su hinchada; me representan mucho sus valores, creo que es un club super humilde, que lucha un montón por estar donde está, que tira mucho de la cantera y que reivindica el gallego, con una afición de izquierdas, de gente trabajadora. Además de que me flipa siempre su camiseta. Lo del Mansfield viene porque de chaval iba mucho a Inglaterra y me llevaban a su estadio.
N: Yo no tengo ningún equipo preferido porque no tengo ni idea.
¿No has tenido equipo nunca, Nil?
N: Bueno, de pequeño era del Barça, pero por obligación. Porque todo el mundo era del Barça, y si tú no hacías lo mismo… Pero sin más.
¿Y ver un partido por el gusto de verlo?
N: Nunca. De hecho, me pone muy nervioso.
[David se ríe]
N: Lo único que me gusta del fútbol es la gente a la que le gusta el fútbol. Tienen una pasión tan fuerte, que los admiro. Me gustaría tener una pasión para algo que fuera como la que ellos tienen para el fútbol. Pero no se ha dado.
¿Hay algún jugador, histórico o actual, al que le tengáis un cariño especial?
N: A Cristiano Ronaldo. Por los videos estos de Tik Tok en los que sale una voz como la suya, hecha con Inteligencia Artificial, dándote las buenas noches y mensajes motivacionales. Me encanta, el ‘Bicho’.
D: Yo a Oleguer Presas. Y a Eric Cantona. Por lo mismo. Porque son jugadores que son más personas que futbolistas.
El séptimo tema de vuestro nuevo disco, Directos al infierno, lleva por título ‘Carafutbol’. En la propia letra de esa tema no hay muchas pistas que aclaren de dónde viene el concepto.
D: Habla de un colega nuestro que en su momento era el típico que le decías de ir a cenar y te contestaba: ‘Eh, no, tío, que juega el Barça’, no sé qué. ‘Tenemos que ir a un sitio donde pongan el partido’, tal. Y viene de eso. Porque le empezamos a llamar ‘carafutbol’. Al final, es la palabra con la que acabamos describiendo a toda la gente, no ya que le guste el fútbol, sino que tiene esa fijación tan bestia por el juego. Pero solo fútbol por fútbol, sin nada a cambio, ¿sabes?
Entonces, entiendo que por vuestra parte nunca habría ningún problema si os coincide un bolo con un partido importante.
N: Bueno, tú has hecho alguna vez lo de ponértelo, ¿no?
[Risas de David]
D: No. A ver. Lo hice solo una vez. Y si hay alguien del Barça que esté leyendo esto me va a entender. Era la pretemporada posterior a uno de los peores años de nuestra historia moderna. Después de que volviera Xavi y tal. Yo estaba, durante aquella pretemporada, absolutamente desquiciado y loco para que ganaran un puto partido, y entonces sí, jugaban ese día y le dije al técnico que si marcábamos o pasaba algo importante, que me fuera comentando. Pero bueno, ahora la verdad es que ya no lo haría nunca.
¿Creéis que es equiparable lo que sientes por tu equipo de fútbol a lo que sientes por tu grupo de música favorito? Quizá a partir de ahí, Nil, es más fácil hacerse una idea de qué es lo que sienten los primeros.
N: Bua, al contrario, lo entiendo menos. La gente que es superfan de un grupo no me cae bien. Porque lo bonito de la música es ser fan de la música en general. Pero la peña que solo le gusta un grupo y lo lleva hasta según qué extremo… Yo que sé. Los que van a muerte con Bad Bunny, por ejemplo. Es como… Joder, qué aburrida tu vida, ¿no? Siempre lo mismo.
D: Y es verdad que eso, siempre que se ha dado en la música, ha acabado mal, como un sinsentido. Y también es aplicable al fútbol, a lo que ocurre con ciertas rivalidades que se van de las manos. Si eres un fan muy bestia de algo, acabas siempre metido en un absurdo.
¿Y notáis ese fenómeno fan con La Élite?
N: Siempre decimos que no nos damos cuenta de eso.
D: Sí, no somos muy conscientes.
N: Alguna vez puede acercarse alguien a pegarte una chapa y tal… Pero no es lo habitual. Y no lo pensamos mucho, tampoco.
D: También creo que nuestro público, en general, es peña bastante guay.
N: Sí, y no nos idealizan mucho, pero porque no pueden, porque somos dos colgados.
D: Exacto. Y si alguien nos idealiza mucho, es que está completamente colgado él.
El bar es un concepto que aparece frecuentemente en vuestras canciones. Y el bar y el fútbol siempre han ido de la mano. Dejando a un lado el caso enfermizo que comentabais de vuestro colega, ¿os mola ver los partidos en el bar?
D: Sí, de adolescentes quedábamos bastante. Para ver la Champions, sobre todo, entre semana.
N: Es verdad. Algunos de los últimos partidos que vi fueron los de Champions del Barça ese año en el que lo ganaron todo. Ahora que lo pienso, seguro que dejé de ver partidos por culpa de ese equipo. Porque, después de aquello, ya no se podía ver nada más.
D: A mí me pasó también. Tuve unos años, después de tantos títulos seguidos, en los que dejé de ver el Barça. Una resaca emocional importante. Pero sí, volviendo a lo que decías, antes, para ver los partidos gratis, nos juntábamos unos cuantos en el bar. Nos pillábamos una cerveza para todo el partido. Y te hablo de cuando todavía se podía fumar dentro de los sitios. Es que era mucho mejor ver los encuentros así.
¿Y al estadio vais?
D: Yo sí. Me mola ir a campos diferentes. Hace poco estuve en el del Leganés viendo al Celta, precisamente. Pero lo que más me gusta es quedar en casa de algún colega, con peña que es futbolera pero que a la vez es cool, ponernos el partido y que sea un momento de desconexión. Después ya nos iremos de fiesta y nos olvidaremos. Pero ahora, no; ahora toca momento fútbol.
¿Esa desconexión la alcanzas también escuchando o haciendo música?
D: Sí, completamente. Esto es muy simple. Siempre hay evasión en las cosas primitivas. La música, al menos la nuestra, que no es muy compleja, también está para eso. Esa sencillez te permite sacar cosas tuyas.
¿Qué contestaríais si algún día algún equipo os pide que le hagáis el himno?
N: Ya nos lo pidieron en Tàrrega, de hecho. También que les patrocináramos las camisetas. Pero es que tendría que estar prohibido, esto. Si no puedes poner marcas de alcohol o de tabaco, cómo vas a poner en tu camiseta nuestro grupo de música, que es peor que las dos cosas juntas.
Tenéis buena relación con Carolina Durante. Con Diego Ibáñez, de hecho, grabasteis una Gallery Session. Ellos son del Madrid, por lo que tengo entendido. ¿Hay mucho pique por ahí?
D: Con Diego solo hablamos para picar al otro. Yo cuando veo que al Madrid le meten un buen palizón, lo primero que hago es abrir a Diego. Y él ha venido haciendo lo mismo en estos años duros que hemos pasado.