Agente Libre Digital
·17. November 2024
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Tras 19 años dedicados a recorrer el mundo a toda velocidad, pone punto final a una etapa marcada por la pasión, el sacrificio y el rugir de los motores. Su legado no se mide en trofeos, sino en la inspiración que dejó en los aficionados y pilotos, demostrando que el verdadero éxito está en la perseverancia y el amor por el deporte. Aleix se despide de las carreras, pero no de la historia del motociclismo.
El piloto catalán dio su primer gran salto al campeonato de MotoGP en 2004 después de proclamarse campeón de España ese mismo año, debutando en el emblemático circuito Ricardo Tormo de Valencia como sustituto en el equipo Seedorf Racing. Durante su estancia en la categoría pequeña, que se extendió hasta 2006, las cosas no fueron fáciles: la limitada competitividad de su moto lo mantuvo alejado de los primeros puestos.
Sin embargo, hubo destellos de su talento, como en el Gran Premio de Catalunya de 2006, donde firmó su actuación más destacada al cruzar la meta en una meritoria sexta posición. Una etapa de aprendizaje que cimentó las bases de su evolución como piloto.
Fuente: SPEEDWEEK
En 2007, Aleix dio el salto a la categoría intermedia de la mano de Honda, marcando un nuevo capítulo en su carrera. Ese 2008, tuvo su primer encuentro con la que se convertiría en una pieza clave de su trayectoria: su querida Aprilia, que años más tarde le brindaría tantas alegrías.
Sin embargo, aquellos años no estuvieron exentos de desafíos; los problemas mecánicos y la falta de resultados consistentes pusieron a prueba su determinación. Pero lejos de desanimarse, Aleix aprovechó cada revés como una lección para el futuro. El momento más destacado de esa etapa llegó en 2009, cuando rozó el podio con un cuarto puesto en el circuito de Indianápolis, dejando entrever el talento que seguiría desarrollando.
Fuente: Wikipedia
El salto a la categoría reina llegó en 2009, también como una substitución de un piloto en el equipo Pramac Racing, montando una Ducati que no le permitió brillar como deseaba. Su desempeño le valió un puesto fijo en el equipo al año siguiente, pero la historia se repitió: las limitaciones de la máquina se convirtieron en un obstáculo constante. A pesar de ello, su tenacidad y talento comenzaron a hacerse notar en la élite del motociclismo.
En 2012, dio un nuevo giro a su carrera al unirse al equipo Forward Racing para competir en la categoría CRT (Claiming Rule Teams). Esta subcategoría, creada como una alternativa más accesible dentro del campeonato, reunía a equipos completamente privados y apostaba por reducir costos al permitir el uso de motos derivadas de Superbikes. En esta subcategoría, finalmente consiguió los tan anhelados resultados, coronándose como el primer campeón mundial de CRT en 2013.
Fuente: Europa Press
El regreso de la icónica marca japonesa al mundial de MotoGP como equipo de fábrica tuvo como protagonistas a Aleix Espargaró y Maverick Viñales. El piloto catalán desempeñó un papel crucial en el desarrollo de la Suzuki GSX-RR, ayudando a transformar la moto en una contendiente competitiva tras años de ausencia en la parrilla.
Durante su etapa juntos, el equipo alcanzó resultados destacados, manteniéndose dentro del codiciado top 5 en varias ocasiones. Sin embargo, el podio, ese anhelo que parecía al alcance de la mano, se resistió, dejando una mezcla de orgullo y asignaturas pendientes en su legado con Suzuki.
Fuente: Todocircuito
El gran desafío comenzó en 2017, cuando Aleix Espargaró se unió a un equipo que en aquel entonces apenas podía soñar con la competitividad. Asumió con orgullo el papel de líder, convirtiéndose en «Il Capitano». Con visión y determinación, guió a Aprilia en un proceso de transformación que la llevó de ser una aspirante modesta a convertirse en una contendiente capaz de luchar por podios y victorias.
La culminación de este arduo trabajo llegó en 2022, con un momento que quedará grabado en los libros de historia. En el Gran Premio de Argentina, Espargaró logró su primera victoria, que también fue la primera de Aprilia en la era moderna de MotoGP.
Con 32 años, Aleix rompió esquemas, convirtiéndose en uno de los pilotos más veteranos en conquistar su primera victoria, dejando una huella imborrable en el motociclismo. Aquella temporada, Espargaró cerró el campeonato en una cuarta posición, acumulando varios podios además de su triunfo, y consolidando a Aprilia como un rival temido en la parrilla de MotoGP.
Fuente: WHEELIE.GP
A los 35 años, Aleix Espargaró se despide del motociclismo en un escenario lleno de significado: el Gran Premio solidario en su circuito natal. Su carrera deportiva ha sido un testimonio de esfuerzo, resiliencia y compromiso, una trayectoria forjada con dedicación y amor absoluto por este deporte. Reconocido por su pilotaje meticuloso y técnico, Aleix no solo brilló en la pista, sino que también se ganó el respeto de ingenieros y equipos gracias a su habilidad para ofrecer análisis precisos que impulsaron el desarrollo de sus motos.
Con 339 carreras, 3 victorias, 12 podios y 7 poles, Espargaró deja un legado imborrable en MotoGP. Su pasión y constancia lo convirtieron en un referente, pero también en un ejemplo de humildad al reconocer que es momento de ceder el paso a las nuevas generaciones. Como él mismo dijo con su característico humor: «El abuelo se va«. Una despedida cargada de emoción para un piloto que definió lo que significa amar este deporte.