Madrid-Barcelona.com
·26 de novembro de 2024
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Vinícius Júnior ha empezado pronto a perder el Balón de Oro de 2025. De hecho, lo empezó a perder en la misma gala de 2024 no compareciendo y no aceptando la derrota.
El Balón de Oro premia a un deportista ejemplar por sus virtudes futbolísticas y por su calidad humana. Futbolísticamente hablando Vinícius lo tiene todo para ser considerado el mejor futbolista del planeta.
Pero en el plano personal presenta muchas carencias. Su problema es que lo transmite en el campo. E, inevitablemente, se hace antipático y cae mal a todos los que no son seguidores del Real Madrid.
Mientras no se comporte de otra manera en el campo, Vinícius no ganara el Balón de Oro | Getty Images, Madrid-Barcelona
Le guste o no, sus reacciones generan un estado de ánimo en su contra al que las ve. 25 cámaras registran todo lo que sucede en sus partidos desde todos los ángulos. Todo se ve y queda retratado.
Y lo que sucede referido a él, méritos balompédicos al margen, le deja en muy mal lugar. Lo protesta todo, lo simula todo, se encara con los rivales, se encara con el público, se encara con los árbitros, echa al público encima de los árbitros...
Inevitablemente eso influye en quienes deben emitir su voto. Futbolista buenísimo, sí. Ejemplo para los niños, no.
Vinícius tiene como norma no aceptar nada que se pite contra él | Archivo
Y menos se espera del Balón de Oro que se pelee con el mundo y que responda acusando a los demás de racistas. Portando, además, una bandera que jamás enarboló en Brasil, un país que no es el mejor ejemplo de buena convivencia entre razas.
Vinícius genera rechazo con sus actos. Y cuando nota esa reacción, recurre al racismo muy a la ligera. Probablemente obligado por el guión del famoso culebrón que está grabando para Netflix y cuyo contenido exige de momentos "brillantes" para cargarlo de interés.
Ha disparado contra España acusándola de racista, y en Madrid, la capital de España, le aplauden por hacerlo. Le ríen las gracias. Y mientras eso suceda, no tendrá arreglo, porque se retroalimenta con los halagos interesados.
No podrá ganar nunca el Balón de Oro, a no ser que alguien que le quiera bien le aconseje con sentido común. Y le indique el camino de la deportividad y el fair play que nunca ha querido seguir. En conflicto Vinícius vive mejor y es más feliz.
Es la opción que ha elegido. No debe extrañarle que su imagen genere rechazo. Y no por el color de su piel, como quiere hacernos creer en su permanente engaño consentido.
Vinícius es sinónimo de malos modos en el campo | Archivo
Javier Clemente se lo ha dicho hoy en Radio Marca. Haría bien en escucharle: "Me gustaría que no estuviera tan enfadado en el campo. Si le pegan una patada, que se aguante y se quede con la patada.
En el fútbol hay malas entradas o decisiones arbitrales equivocadas, pero si no aguantas eso, no gusta".
Y más de Clemente: "Es un grandísimo jugador, pero discute con el contrario, discute con el público, discute con el árbitro, discute con mi hermana...".
Y un consejo final: "Creo que si el chaval hiciera una reflexión sería una persona querida por todo el mundo. No es un problema de color.
No somos un país racista y eso está clarísimo. Lo que pasa es que él lo ha enfocado así porque le ha interesado y yo creo que no es bueno para él".
En el último partido que jugó en Leganés reclamó tres penaltis que las imágenes demostraron que no existieron. Y los reclamó con vehemencia, como si el resto de mortales no hubiéramos confirmado con las diferentes tomas que volvía a recurrir al engaño.
Como cuando fingió en el mismo partido un golpe en la cara que no fue más que un leve contacto en el hombro.
Aunque siempre va de víctima, exhibe un carácter pendenciero | Archivo
Ese es su problema. No está dispuesto a cambiar, a comportarse como el resto de futbolistas dejando a un lado su afición al vedettismo. Y si no cambia, seguirá siendo un gran futbolista, pero solo será recordado por los pollos que montó...
Contra todos y contra todo. No se puede estar peleado con el mundo y esperar que el mundo se rinda luego a tus pies.
En su club tampoco le ayudan. Su presidente prefiere aceptar que España es racista antes que encarar el problema. Y le invita a sentarse a su diestra en el palco ejerciendo de padre.
Pero un buen padre le señalaría sus defectos, especialmente si son exagerados, y le ayudaría a cambiar... por su bien.
Sin embargo, nadie lo hace en el Real Madrid. Ya les va bien que sea así, quizá porque tirando de victimismo es más fácil justificarlo todo.
La decisión de Florentino Pérez de boicotear la gala del Balón de Oro para mostrar su berrinche puede ser aceptada por un sector del madridismo. Pero el mundo entero circula en otra dirección y eso queda grabado en la retina de todos.
El presidente del Real Madrid es el mismo que lidera el proyecto de una Superliga que no gusta a nadie, en ningún país. Porque se identifica con la soberbia de un grande que siente por encima de los demás.
Y cuando haya que votar el próximo Balón de Oro, todos, desde el de Namibia hasta el de Alemania, recordará el episodio de soberbia de un club que no sabe perder. Y aquí se habla de deporte.
Las reacciones de la prensa de todo el mundo refiriéndose a la espantá del Real Madrid de la gala de París hablan por sí solas. Y expresan el daño que le están produciendo a la imagen del Real Madrid su presidente y su estrella.
Sus menosprecios a los árbitros son constantes... porque le dejan | Archivo
El desprecio con el que Florentino Pérez ha hablado de los periodistas de los países que no votaron a Vinícius tampoco ayuda. La imagen del Real Madrid en el mundo está por los suelos. Nunca llegó a este nivel el club que en su himno sostiene que "cuando pierde da la mano".
Dijo Florentino Pérez en la asamblea: "Sorprende que haya países en los que periodistas de países con menos de un millón de habitantes tengan voto".
¿Les quitamos el voto por no tener un millón de habitantes? ¿Qué pensarán de Florentino Pérez, el Real Madrid y Vinícius los habitantes de Finlandia, El Salvador, Namibia y Uganda?
¿Se equivocó el jurado de Namibia por votar a Bellingham como el mejor jugador del mundo?
Sheefeni Nicodemus, el periodista que votó por Namibia, ha puesto en su sitio a Florentino Pérez: "Básicamente, sospecho que son sólo palabras de alguien que está frustrado como el señor Pérez.
Es decir, siente que la gente de mi país y de los demás países mencionados no tienen un voto significativo porque somos personas inferiores. Me gustaría saber, si yo fuera de una de las principales naciones futbolísticas y no estuviera de acuerdo con su opinión, ¿cuál sería su argumento?".
Si lo que Florentino Pérez y el Real Madrid pretenden es que el próximo año Vinícius vuelva a quedarse sin Balón de Oro, lo han hecho muy bien.