Verdolito también lamentó la partida del Papa Francisco | OneFootball

Parce… hoy no es un día normal. Hoy el mundo se puso en blanco y negro, como cuando Nacional pierde en la final… pero peor. Se nos fue el Papa Francisco, el man del barrio Vaticano que supo hablarle a todos con ese tonito porteño, de calle, pero con alma divina. Ese man era un crack, una mezcla rara entre un líder espiritual y el parcero que te invita un tinto pa’ que no te rindás.

No fue solo un Papa, fue el más humano de los humanos. El primero en decir «yo también la embarro», el que le dio voz a los que nunca la tuvieron, el que caminaba entre curas y calles, entre misas y multitudes rotas. Era de esos que no necesitaban trono pa’ ser rey porque su poder estaba en la forma en que te miraba a los ojos y te decía verdades sin disfraz.

El Papa Francisco fue como ese técnico sabio que no se metía al camerino a gritar, sino a escuchar. El que rezaba por los hinchas del alma, por los pobres, por los que estaban en la tribuna popular de la vida. A ese man le dolía el mundo, parce… y se notaba. Con él se nos va una voz que incomodaba a los poderosos y acariciaba a los invisibles. Una voz que hacía falta.

Hoy el cielo tiene nuevo capitán. Seguro llegó calladito, como siempre, sin mucho aspaviento. Pero allá arriba, donde también está Andrés Escobar hay fiesta, aunque acá abajo haya luto. El Vaticano, ese estadio gigante de mármol y silencio, está en silencio de verdad. No hay goles, no hay cantos… solo rezos quebrados. La Curia llora, y nosotros con ella, como cuando se te va un abuelo que era más papá que el papá.

Gracias, Francisco, por no dejarte corromper por el sistema, por ser más del pueblo que del palacio, por hablarnos sin filtro, como un buen percero. Te fuiste, pero dejás legado, como los grandes ídolos que no necesitan estatuas porque viven en cada corazón que tocaste. Descansá en paz, viejo parcero del alma. El Verde del Vaticano hoy también está de luto.