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La Colina de Nervión
·20 de fevereiro de 2025
Semana clave
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·20 de fevereiro de 2025
Una vez consumidas 24 jornadas del campeonato liguero, la moneda sevillista sigue estando de canto, sin que se sepa si saldrá cara, cruz o ninguna de las dos y, por tanto, permanecerá durante toda la temporada en la indefinición, que sería lo más probable. Quizá esto es lo mejor que le podría pasar al Sevilla Fútbol Club a tenor de la nefasta gestión que están realizando sus inoperantes dirigentes.
A estas alturas de la competición, la clasificación presenta una fragmentación en tres grupos, a saber: los candidatos a todo, que ocupan los puestos del 1 al 5; los equipos con opciones de descenso, que van del 15 al 20; y entre medias, aquellos que tienen más o menos posibilidades de alcanzar premio europeo la próxima campaña, entre los cuales se encuentra la escuadra nervionense, que, aunque parezca mentira, está plenamente inmersa en dicha pelea. Se trata, pues, de un grupo de nueve miembros que deberán repartirse dos o tres plazas continentales, en función de lo que acontezca cuando asomen los tramos finales de otras competiciones, ya que en esta campaña hasta el octavo puesto podría tener recompensa. Asómbrense, pero ahora mismo, la distancia del Sevilla Fútbol Club con esa plaza es de ¡un solo punto!
Por tanto, cualquier cosa es posible desde la óptica del Sevilla Fútbol Club para lo cual va a ser clave lo que depare esta semana en la que en el plazo de seis días el panorama va a quedar bastante despejado, dado que los encuentros ante el Mallorca del lunes y el de Vallecas del sábado van a ofrecer una primera definición de cuál ha de ser el futuro inmediato del equipo quee dirige técnicamente García Pimienta. Una vez almacenado todo el botín que había en juego en Pucela, como era lógico e ineludible que ocurriera, el propósito rabiosamente presente tiene que ser encadenar por primera vez en la temporada dos triunfos consecutivos y, así, sumar seis puntos de una tacada que consoliden la pertenencia a ese grupo clasificatorio intermedio.
Teniendo en cuenta que tanto Mallorca como Rayo Vallecano forman parte de dicho pelotón, estos dos partidos adquieren una mayor trascendencia cualitativa, pues se trata de dos rivales directos que no sumarán los puntos que sí sumen los de Nervión. Ni que decir tiene que añadir también al casillero de puntos los tres que se disputen ante el equipo de Íñigo Pérez sería como para frotarse los ojos y no dar crédito a lo vivido, así que no especulemos con hipótesis máximas de complicado cumplimiento.
Atengámonos, por tanto, a la más pura realidad y constatemos simplemente que, después de toda la zozobra sufrida, después de todas las vicisitudes soportadas, después de tantos desmanes cometidos por los incompetentes Del Nido Carrasco y Víctor Orta, después de tantas decisiones incomprensibles del entrenador a lo largo de los partidos, el Sevilla Fútbol Club aún se encuentra con tantas opciones como cualquier otro de alcanzar un éxito que, en ningún caso y bajo ningún concepto, puede catalogarse ahora como un objetivo para esta temporada, porque ni se dan las circunstancias ni se tienen los mimbres futbolísticos necesarios para considerar que las plazas europeas son la meta natural que correspondería a esta plantilla.
Quizá sea eso precisamente lo que más dañe el ánimo del aficionado sevillista, comprobar que, con un mínimo de buen hacer de la dirección deportiva durante el mercado invernal, se podría haber reforzado el plantel para que la consecución del premio europeo no fuera una entelequia, como es actualmente. Dejar el vestuario en cuadro con la salida de cinco futbolistas y la llegada de solo uno no es, desde luego, una declaración ambiciosa de intenciones por parte de los dirigentes, así que no se coloque en las espaldas de los jugadores una responsabilidad de la que rehúyen hasta los dueños del club.
Bien haría, por tanto, el aficionado con limitarse a disfrutar de lo bueno que le traiga la realidad y abstenerse de entrar en ensoñaciones y, mucho menos, de comprar motos averiadas. En este caso, el derecho a soñar es solo eso, un derecho, porque, evidentemente, una base sólida y consistente no tiene. Solo a partir de esta semana clave se podrá empezar a definir si la moneda sevillista tiende hacia la cara, hacia la cruz o hacia el inmovilismo. Limítense, pues, a disfrutar de la incertidumbre.
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