Salas contó la historia de la remera prohibida en Racing | OneFootball

A poco de haber llegado al club, Maximiliano Salas en Racing había contado una anécdota divertida que involucró a Costas. "Una vez, Costas me vio con algo rojo en Palestino y me dijo que no quería que usara nada de ese color, je", reveló en la Academia. Durante la nota concedida al diario Olé, al delantero le preguntaron si volvió a cometer algún "desliz" de aquella índole en este semestre que lleva bajo el mando de Gustavo Costas, un fanático de Racing que no quiere saber nada con lo relacionado a los vecinos de Avellaneda. "Era una remera roja aquella que usé. La tengo todavía. Pero está guardada, no la saco más. La tengo ahí, la puse abajo de toda la ropa porque si no, a veces me la puedo poner sin darme cuenta. Y acá me va a matar, ja", dijo el delantero en la Academia.

Más allá de esa exigencia particular que el propio técnico reconoció entre risas en su momento, Salas se deshizo en elogios para el entrenador que lo pidió para volver a dirigirlo luego de tenerlo en el club chileno. "Costas es extraordinario, sencillo, muy bueno. Muy tranquilo. Siempre está cerca de los jugadores", dijo el atacante en la Academia. Y ponderó la frontalidad del DT en su manejo con los futbolistas. "Te va siempre de frente. Dice la verdad. Eso está bueno para un jugador -resaltó- por más que duela lo que te pueda decir. 'No te veo bien, te voy a llevar al banco, para este partido usaré a otro', te puede decir. Por ahí un jugador está medio cargado, pero uno siempre quiere jugar. Y él toma la decisión de cuidarte. Esos son los técnicos que realmente le gustan a los jugadores, porque van de frente siempre".

Salas en Racing también se refirió a su socio dentro y fuera de la cancha en el plantel de Costas

Maxi llegó a Racing en el mercado de pases del verano y rápidamente formó una buena sociedad con Maravilla Martínez, el artillero de la Academia con 20 tantos en 24 encuentros. Pero la química entre ellos excede al campo de juego. "Maravilla es extraordinario adentro y afuera de la cancha. Adentro hace lo que tiene que hacer: mete goles y juega bien. Y fuera jodemos siempre. Nos cagamos de risa, estamos todo el día boludeando, molestando a los compañeros. Pero él más que yo, eh, ja. Jodemos, a veces tiramos papelitos uno al otro. Lo más importante es que, cuando hay que trabajar se trabaja, se trabaja. Y si se puede, se jode un rato.", expresó el delantero en la Academia.

Salas en Racing habló de la remera que tiene guardada al fondo de un cajón. Foto: Prensa Racing.

Consultado sobre cómo se complementa con Maravilla, dijo: "Cuando se mueve, genera muchos espacios que sus compañeros pueden ocupar. Y podés quedar solo, mano a mano con el arquero. Es bueno cuando el equipo está conectado con otros jugadores. Todos están en la misma sintonía y encaminados para mejorar el funcionamiento del equipo".

Sintió que había generado muchas dudas su llegada al club

También, Maxi Salas, hizo alusión al contexto en que se dio su arribo al Racing de Costas. Era un desconocido para a mayoría de los hinchas, luego de estar seis años en el exterior, incluidos el mencionado Palestino, O'Higgins de Chile y Necaxa de México. "Se cuestionó mucho mi llegada, pero yo siempre estuve tranquilo. Sabía que iba a demostrar todo lo contrario a lo que se decía porque nunca había estado en un equipo de Primera en la Argentina. La gente no conocía mucho mi nombre -admitió-, nunca me habían visto jugar casi. Era obvio que pensaran que no había que traer a un jugador que no conocían.

Maxi percibía que lo miraban de reojo: "La gente dudaba, sí, pero era algo normal, ¿no? Y que dudaran de mí me hizo más fuerte. Siempre sentí eso ante las críticas porque las tomo para bien, para mejorar, para entrenarme más. Después, ya a mi tercer o cuarto partido cambió totalmente. Y los comentarios de la gente ya fueron otros. Si uno demuestra que es un buen jugador, puede cambiar rápidamente todo".

Foto de portada: Prensa Racing