River Plate 3-1 Urawa Reds | Mastantuono deja su sello en su debut en el Mundial de Clubes | OneFootball

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Revista MadridistaReal

·17 de junho de 2025

River Plate 3-1 Urawa Reds | Mastantuono deja su sello en su debut en el Mundial de Clubes

Imagem do artigo:River Plate 3-1 Urawa Reds | Mastantuono deja su sello en su debut en el Mundial de Clubes

La perla argentina y reciente fichaje del Real Madrid, Mastantuono, brilla en el debut de River Plate en el Mundial de Clubes

El River Plate de Marcelo Gallardo partía esta noche hacia su debut en el Mundial de Clubes ante el Urawa Red Diamonds (campeón de la Champions asiática 2022), un duelo disputado en el Lumen Field de Seattle. Para River, el partido abre la llave del Grupo E un tramo que también integra Inter y Monterrey y es una oportunidad clave para afirmar sus aspiraciones de avanzar en un certamen que mezcla tradición con ambición. Franco Mastantuono, el zurdo de 17 años, afronta su última prueba con la Banda antes de enfundarse la elástica blanca. El técnico Gallardo ya lo incluyó en la lista y recalcó que sigue siendo un jugador esencial para el equipo. El desafío era doble para el joven talento: enfrentar a un rival disciplinado y ordenado, y hacerlo mientras se despide de River con la vista puesta en un nuevo horizonte.

Mastantuono muestra su talento y River, de menos a más en la 1ª parte

Comenzó River asumiendo el mando con naturalidad, como quien ya conoce los secretos del escenario. La pelota fluía desde el fondo con paciencia, y fue Franco Mastantuono quien, en su primer contacto con el balón, recibió también la primera falta del encuentro. No era casual: los japoneses, férreos y atentos, sabían bien a quién vigilar. Plantados con serenidad, buscaban su oportunidad al contragolpe, como quien espera el momento justo para lanzar un golpe preciso.


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La primera clara del partido llegaría pronto, al minuto 8: Dirussi, con un disparo cruzado, estremecía la madera y anunciaba el peligro. Y fue entonces cuando Mastantuono encendió la chispa. Desde la medular, inició una conducción serena y vertical, como si el tiempo se curvara a su paso. Cedió a la izquierda para que Acuña colocara un centro medido, y Colidio lo transformó en el primer rugido de la noche.

Con el 1-0, River se hizo dueño del balón y del ritmo. Pero los hombres de Urawa, silenciosos en apariencia, no se rendían: desde la grada, su aliento parecía un canto antiguo, y en el campo resistían con nobleza. Aunque no generaban peligro real, daban batalla. Mastantuono, mientras tanto, seguía dejando destellos: se animaba a encarar, a filtrar entre líneas, a buscar espacios por dentro con la audacia de quien ya empieza a jugar en otra dimensión.

Poco a poco, los japoneses se animaron. Se acercaron a la frontal con mayor decisión, y un gol les fue anulado por fuera de juego en una jugada a balón parado. Matsuo, ágil y desequilibrante por la banda izquierda, fue el más insistente: desde sus pies nacieron las acciones más peligrosas, incluso una que obligó a Armani a intervenir con firmeza. Así se cerró una primera mitad vibrante, donde River y su joya ese chico que parece entrenar en gravedad aumentada fueron de más a menos, pero dejaron claro que aún hay relato por escribir.

Mucho fútbol en la segunda mitad

Apenas comenzaba el segundo tiempo cuando Gallardo decidía agitar el tablero. Con nuevos rostros en el campo, River encontró el segundo tanto casi sin buscarlo: un error grosero de la zaga japonesa dejó a Driussi frente al arco, y el delantero no perdonó. Era su séptimo grito en la temporada, pero vino teñido de amargura. En el mismo movimiento del gol, su tobillo derecho dijo basta, y el goleador se marchó con gesto torcido hacia los vestuarios, dejando su lugar y algo más en el aire.

Urawa, sin embargo, no se quebró. Como en los viejos cuentos de honor samurái, respondieron con entereza. Una entrada tardía de Acuña derivó en un penalti claro, y Matsuo el más insistente, el más eléctrico lo transformó en gol al minuto 56. De pronto, el partido tenía nuevo pulso.

Matsuo, que parecía decidido a discutirle el relato a Mastantuono, volvió a aparecer: una carrera por dentro, una zancada que partía en dos la defensa de River. Tuvo que ser Pezzella quien lo frenara con falta, ganándose una amarilla que sabía a obligación. El duelo estaba en su punto más alto: ida y vuelta, errores y espacios, un campo convertido en tablero de ajedrez abierto.

Y entonces volvió a aparecer Franco. Desde lejos, desde esa distancia donde sólo algunos se atreven, soltó un zurdazo con intención, pero le faltó filo. El balón fue directo al centro, como si aún se estuviera cargando de energía, como si esta vez el Kamehameha hubiera salido a medio formar. El partido seguía abierto.

Cuando más apretaban los dragones de Urawa, cuando el ritmo se inclinaba hacia el arco de Armani y el viento parecía soplar desde oriente, fue Maxi Meza quien devolvió el equilibrio. Un córner bien servido por Acuña, preciso como un susurro, encontró la cabeza de Meza para marcar el tercero y regalarle algo de alivio al banco argentino, que comenzaba a sentir el peso del asedio.

Franco Mastantuono se quedó sin su gol

Y casi llegaba el momento soñado para Franco Mastantuono. Fue de cabeza, a contrapié, con intuición más que con fuerza: un remate que acarició la cepa del palo antes de perderse por milímetros. Era su intento por ponerle nombre propio a la noche, por dejar tallada su firma en el marcador.

Ya en los últimos compases, el chico se adelantaba unos metros. Se lo veía libre, más suelto, como si jugara a otra velocidad. Se movía entre líneas con esa naturalidad que tienen los distintos, y hasta dejó un sombrero delicado, de esos que no se ensayan, sino que nacen. River sentenciaba el partido, y Franco, que ya sabe que de estas noches le quedan pocas como jugador de River, seguía regalando belleza.

Ficha técnica

Urawa Reds: Nishikawa; Danilo, Ishihara, Hoibraten; Watanabe, Gustafson, Yasui, Naganuma; Sávio, Matsuo y Kaneko.

River Plate: Armani; Montiel, Pezzella, Martínez, Acuña; Fernández, Enzo, Castaño; Mastantuono, Driussi y Colidio.

Goles: Colidio (12´) | Driussi (47´) | Matsuo (58´) | Meza (73´)

Tarjetas: Enzo Perez (24´) | Gustafsson (34´) | Acuña (57´) | Pezella (59´) | Galoppo (90´) |

Colegiado: Zwayer.

Estadio: Lumen Field

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