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El Rincón del Fútbol

·19 de abril de 2024

Real Madrid ya no es vencido ni aún vencido

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Golpeó primero pero la pasó mal frente al vigente campeón de Europa. Llegaron los penales y afloró la mística, eso que sólo pueden explicar los grandes de verdad. Bayern Münich sacó la cabeza del agua y se metió en las semifinales. Nueva edición de duelo que más veces se dio por la “orejona”.

Se habló una y mil veces del concepto de mística pero aún no se puede explicar del todo. Por suerte hay claros ejemplos y uno de ellos es el multicampeón europeo, que cuanto más se lo ve afuera del torneo, más se siente adentro de él. En el Etihad, Manchester City y Real Madrid igualaron 1-1 pero en la definición por penales el “Merengue” se impuso 4-3 y se metió entre los 4 mejores del certamen.


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El rocambolesco 3-3 de la ida en el Bernabeu dejó buenas sensaciones y promesa de buen fútbol de cara a la revancha. Por supuesto que no había nada definido y el trámite se desarrolló como muchos imaginaban: posesión absoluta del elenco inglés bajo el manual guardioleano de estilo vs. la paciencia y el golpe de nocaut en el momento indicado de los entrenados por el viejo zorro de Carletto.

Y arrancó en ganancia la visita con una rápida jugada que sorprendió a la última línea británica. Bochazo largo para Jude Bellingham, que la aguantó como pudo y la soltó para Federico Valverde en la derecha. Pase filtrado para Vinicius Jr., quien desbordó y estableció conexión brasileña con Rodrygo, libre de marcas en el segundo palo. Doble chance para el paulista porque primero tapó a medias Ederson y en el rebote el propio Rodrygo quebró el cero.

El “paciente inglés” no traicionó su idea de base y fue en busca de la igualdad. Haaland avisó que estuvo en cancha también en casa con un cabezazo que fue devuelto por el travesaño. Muy poco del noruego en toda la serie y ese déficit también incidió en el resultado final.

En el complemento no cambió demasiado la tónica porque los “Cityzens” se hicieron dueños de la pelota e inclinaron la cancha preferentemente por el andarivel izquierdo del ataque. Y recién el harto merecido empate llegó por una falla defensiva de la visita.

Minuto 75 y Jeremy Doku desbordó por izquierda para meter un centro rasante. Antonio Rüdiger quiso rechazar y no hizo más que dejarle servido el balón a Kevin De Bruyne, quien no perdonó y dejó todo como al principio. Y casi se hace justicia en el “mereciómetro” con otra aparición del belga en plena área chica pero su derechazo con el pie bien abierto se fue por arriba del horizontal.

Tiempo suplementario y con lo poco que quedaba en lo físico, el elenco de Guardiola demostró que quiso finiquitar la historia antes de los penales. Sin embargo, el resultado no se movió y hubo que decidir al ganador desde el manchón de cal.

Y otra vez la mística. Con un arquero cuyo historial en este tipo de definiciones era poco conocido y con la adversidad desde un primer momento. Julián Álvarez inauguró el camino y nada menos que Luka Modric se encontró con las manos de Ederson Moraes. Bernardo Silva tuvo todo para sacar ventaja pero pecó de confiado y casi que le entregó la bola a Lunin. Bellingham puso el 2-1 y nuevamente Lunin se hizo gigante al taparle el disparo a Kovacic. Lucas Vázquez, Foden, Nacho y el arquero Ederson acertaron. Llegó el turno de Rüdiger, que todavía estaba contrariado por su error en el gol local. El alemán cruzó el remate y una nueva página acababa de agregarse en el libro de la gloriosa historia del Madrid. Contra viento y marea, en un escenario hostil, superado en el juego y a punto de ser ejecutado. Nunca se fíen de ese boxeador que parece groggy y aturdido y está a punto de tirar la toalla. Porque cuanto menos se espera, el púgil saca esa mano inesperada y noquea a su rival. Otra noche más (y van) donde el peso de la historia está más vivo que nunca. Así gana el Madrid.

Su rival será Bayern Münich, que dio cuenta de Arsenal por 1-0 en el Allianz Arena y también sacó a relucir la voz de su experiencia. Con la casa en desorden porque tuvo que ceder el trono de la Bundesliga luego de 11 años felices y sin oposición, los de Thomas Tüchel sabían que lo único que les queda es la gloria continental.

Un empate a 2 en Londres que no cayó del todo mal en las filas germanas aunque la sensación es que pudieron traerse algo más a casa. Era el momento de dejar atrás el sinsabor doméstico y enfocarse en el único objetivo posible y la revancha llegó más rápido de lo esperado.

Recién pasados unos minutos de la hora señalada se escuchó el solitario grito sagrado, el del pase a semifinales. Leroy Sané aceleró por la derecha y al pisar la tierra prometida sacó un centro muy fuerte que fue desviado por el portero David Raya. Por la otra orilla apareció Raphael Guerreiro, quien metió un envío flotado casi al punto del penal. Llegó preciso y precioso Joshua Kimmich, que con una extraordinaria palomita sacudió la red inglesa y desató el grito bávaro contenido.

Será el capítulo número 27 entre Bayern Münich y Real Madrid por el máximo torneo europeo de clubes. El historial marca 12 triunfos “merengues” contra 11 alemanes (3 empates). La última vez que se vieron las caras justamente fue en la instancia de semifinales pero de la edición 2017-18. El Madrid se impuso 2-1 como visitante (goles de Marcelo y Marco Asensio; Kimmich había adelantado a los germanos) y en la revancha igualaron 2-2 en el Santiago Bernabeu (doblete de Karim Benzema para los españoles; Joshua Kimmich y James Rodríguez las dianas alemanas).

Por Emiliano Schiavi / @ejschiavi

(Foto Principal: @ChampionsLeague)

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