Afición Deportiva
·23 de maio de 2025
Palencia 101 – 94 Obradoiro: al borde del principio

In partnership with
Yahoo sportsAfición Deportiva
·23 de maio de 2025
El Obradoiro cae en la prórroga ante Palencia, equipo que dispondrá de su primer matchball este sábado en su campo
La grandeza o relevancia de los nombres de una plantilla poco valen a la hora de los playoff, más aun cuando no aparecen. Barcello, ese jugador al que tanto echaba en falta el Obradoiro, apareció en el tercer partido de la serie. Sin embargo, una estrella no es suficiente si el resto de astros siguen en busca y captura. Los 27 puntos del norteamericano forzaron la prórroga, pero terminaron en la lona fruto de la fatiga y el cansancio. Los destellos de Brodzianky y Balvin se diluyen ante el trabajo coral e inmenso de Palencia, un equipo ejemplificador de que el poder hace la fuerza.
Mostró una mejor cara el Obradoiro en Palencia respecto al último duelo en Sar. Sobre todo en una primera parte en la que, por momentos, brilló en lo ofensivo y supo igualar la contienda física en lo defensivo. En la segunda le costó más, pero sobrevivió a base del buen hacer de Barcello y de segundos espadas como Jiménez o Micovic. ¿El resto de exteriores? Desaparecidos con el foco sobre un Davison falto de confianza. La situación, ahora, es límite. Dispondrán los castellanos de un matchball este mismo domingo que los gallegos tendrán que disipar para, al menos, forzar el quinto choque en Sar.
Los problemas o fatiga física mencionada por Félix Alonso en la previa no se trasladó a la convocatoria, pues repitieron los mismos doce que en los dos primeros encuentros. Leimanis, quién le `robó´ esa última alta a Rati Andronokashvili esta última semana, se quedó viendo los toros de la barrera. Misma tónica en los locales, donde Luis Gil, con sus jugadores «en el mejor momento de la temporada«, comparecía ante su afición con el objetivo de decantar la eliminatoria a su favor.
Fuente: Redes Sociales `X´ de Palencia
Sí sorprendió el quinteto inicial propuesto por el técnico leonés, quién optó por Barcello de salida en detrimento de Quintela. Al norteamericano, como demuestran sus diez minutos en pista del pasado domingo, le está costando sangre, sudor y lágrimas carburar en lo que va de serie. Sin embargo, quién más tardaría en ponerse de gala para la cita fue el tablero sobre el que calentaba el Obradoiro. Un mate de Millán Jiménez lo hizo añicos y los operarios castellanos tuvieron problemas para cambiarlo con otro debido al cableado conectado al reloj de posesión. ¿El resultado? Cincuenta minutos de retraso respecto a la hora prevista, también por el tiempo llevó ajustar la altura de la canasta.
La espera solo hizo, si cabe, aumentar el hambre de un Obradoiro que arrancó como se le pedía: con garra y mucha intensidad. El acierto (3/3 T3), fruto de los dos componentes mencionados, les ayudó a conseguir un primer parcial más que positivo 4-11. ¿La clave? Un Barcello enchufado que, más allá de anotar, generaba ventajas en cada jugada con una facilidad pasmosa, mientras que Brodziansky se convertía en su mejor aliado. Entre los dos sumaron 12 de los primeros 21 puntos locales, aunque Palencia respondería una vez pasado el ecuador del primer cuarto.
Los palentinos quizás se vieron sorprendidos por la fluidez ofensiva de los gallegos y, en defensa, no estaban todo lo intensos y atentos que precisaba el choque. Vaulet, por otra parte, fue su único salvavidas disponible en la parcela ofensiva. El argentino anotó los primeros seis tantos de su equipo, pero tuvo que regresar al banquillo muy temprano debido a las dos faltas personales que acompañaban a su nombre en la pantalla luminosa. A problemas, soluciones, debió pensar Luis Gil, pues fue a través de mover el árbol donde encontró respuestas.
Oroz, que ejercía de base, no le daba todo el ritmo al encuentro que quisiera Palencia por lo que Obradoiro no se veía tan exigido defensivamente. La entrada de Wintering lo cambió todo. El norteamericano, con una arrancada espectacular, rompía en los 1×1 de forma reiterada. Un factor que, sumado a las cinco pérdidas visitantes transformadas en puntos gratis, permitieron que un menos nueve (10-19), evolucionase a un menos dos (19-21) al término del primer envite.
Una vez igualada la contienda, el choque se transformó en un toma y daca constante que no registraba parciales mayores a los cinco puntos. Barcello seguía siendo la principal arma visitante, mientras que Wintering y Kunkel eran las locales. De ahí, de la obsesión o mayor dedicación defensiva hacia esos jugadores, aparecieron dos segundos espadas, uno por bando, concienciados en ser protagonistas. Y, es que, Obradoiro no esperaba que dejar liberado a Dimitrov en el exterior pudiese ser un factor de riesgo, pero lo fue.
El búlgaro desangró a los de Félix Alonso desde dicha zona, propiciando el primer tiempo muerto del leonés una vez Palencia se puso por delante por primera vez en el partido (41-40). Millán Jiménez se enfundó dicho disfraz en los visitantes, aprovechando esas concesiones de las que disponía. Un triple suyo, precisamente, permitió al Obradoiro irse por delante camino a vestuarios (46-47). ¿El talón de Aquiles de los visitantes? Los quince puntos concedidos en segundas oportunidades o tras pérdida. Pues, salvo matices, las sensaciones transmitidas eran muy diferentes a las de los dos partidos anteriores: la lucha física se había igualado y los exteriores no eran meras chicanes móviles en ataque.
El asueto, al menos en los primeros instantes, no trajo consigo cambios significativos en la dinámica del choque. Es más, recordó al inicio del enfrentamiento en cuanto a referentes se refiere, pues Vaulet y Barcello volvieron a coger el testigo del liderazgo. Sin embargo, con el paso de los minutos y el descanso del `10´, Palencia comenzó a imponerse en ambos sectores de la cancha. Oroz, otro que no destaca por su eficiencia de tres, ponía contra las cuerdas a Obradoiro a algo menos de cuatro minutos para el final de cuarto (61-56).
Fuente: Redes Sociales `X´ del Obradoiro
La diferencia, desde dicho momento, osciló entre los siete y los dos puntos. Y, es que, el Obradoiro, colapsado por completo en ataque a excepción de Millán Jiménez, igualó las fortalezas atrás. Sin embargo, nuevos errores y pérdidas ciertamente incomprensibles les salían muy caras, les impedían poner la paridad en el marcador. Una ventaja, la del Palencia, que alcanzaría los seis puntos a falta del último envite gracias a un triple sobre la bocina de Wintering (68-62). Tres puntos hirientes en lo psicológico.
Le tocaba al Obra tirar de casta, de coraje y de mucha cabeza. No pensar en el más allá, en lo que podía suponer una derrota y simplemente quedarse en el ahora. ¿La solución? Alex Barcello, director de orquesta. El `20´ ejerció de base, de generador y de lo que hiciese falta para darle la vuelta a la tortilla y, a cinco minutos para la conclusión, recuperar el dominio en el marcador (74-76). ¿Lo restante? Una batalla a cara de perro en el que la moneda pudo caer para cualquier lado y finalmente lo hizo de canto, pues se fue a la prórroga. Dispuso Palencia de una última posesión para ganarlo después de que el Obradoiro se mostrara infalible desde la línea de tiros libres, pero el tiro forzado de Wintering fue repelido por el hierro.
Curioso fue el quinteto con el que se jugó las habas Félix Alonso, con Micovic de `4´ en vez de Brodziansky. Y, es que, el serbio les daba mucha más movilidad, algo necesario después de que Barcello consiguiera salir ileso de los constantes 2 contra 1 que le presentaba Palencia. La prórroga era, de nuevo, una moneda al aire que se decidiría por detalles y cómo sales a ella es uno de los más decisorios. Obradoiro, quizás por la relajación de haber conseguido llegar allí, salió algo más atenazado y espeso. Kunkel, brillante a base de fogonazos, les dejaba claro que él no sentía presión alguna.
Parcial de 5-0 de arranque que dejaba a los gallegos al borde del precipicio una vez más. Amenazó con meterse de lleno en la pelea a través del héroe sin premio, pero Vaulet, con un triple desde la esquina, los mandó a la lona. No sería por oportunidades, pues los picheleiros dispusieron de varios tiros liberados y Wintering se dejó varios tiros libres por el camino. El destino parecía decidido y el pabellón castellano se vino abajo con los suyos. Y, es que, Palencia dispondrá del primer match ball este domingo en su casa.
Para informarte minuto a minuto del deporte desde otra perspectiva, SIGUENOS en nuestras redes sociales: