
La Galerna
·01 de julho de 2025
No es solo que esto pinte bien

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·01 de julho de 2025
Lo de que esto pinta bien ya lo habíamos dicho, y además es más propio de la fase de grupos, cuando la falta de familiaridad con el torneo y el raro momento de su desarrollo nos engendraban unos juicios poco apasionados, de mero ensayo veraniego. Ahora, llegados a cuartos, tras eliminar a una Vecchia Ma Forte Signora, esto ya no va tanto de decir si la cosa pinta bien o mal, sino de establecer como una verdad sólida que el Real Madrid puede ganar el Mundial de Clubes en su primera edición.
Al serlo, no puede por definición hablarse de un título con prestigio ni solera, si bien todo hace intuir que lo será a despecho de quienes se oponen, que lo hacen como la zorra mirando las uvas. Lo cierto es que el Madrid está a tres partidos de ganar un trofeo con trazas de incipiente pero máxima grandeza. La perspectiva histórica de lo que es el club blanco acarrea una vocación pionera en el éxito, y esta perspectiva puede cumplirse. Lo hará o no, pero celebremos la expectativa, que se torna factible porque (ahora sí lo diremos) esto pinta bien.
Espoleado por una fe ciega, de la que ha dado muestras en público y desde muy temprana hora, Xabi Alonso ha conseguido establecer en tiempo récord un nuevo paradigma de juego que los futbolistas están haciendo lucir con profesionalidad y entusiasmo, tanto las caras nuevas como los viejos héroes. Tiene gracia llamar viejo a Vinícius, pero al brasileño lo adorna el compromiso de los veteranos en contra de las opiniones de sus odiadores, de desesperante superficialidad (las opiniones, no los odiadores, aunque quizá también). Xabi parece obstinado en avanzar en una transformación ya ensayada. Vini no va a ser solo un gambeteador, ni siquiera el mejor gambeteador del mundo. Va a ser un maestro del pase con el exterior, de la templanza frente al portero, del virtuosismo con sentido y de la lectura de cada encuentro. Produce infinita pereza reconducir a los escépticos (máxime cuando se sospecha de sus motivaciones subliminales), pero parece que hace falta. No juega mal, simplemente es otro futbolista más redondo, más completo, y como tal más sostenible en el tiempo. Un regateador explosivo te dura con suerte unos pocos años. Este Vini va a durar mucho, y ya me relamo ante la exasperación de sus detractores, lleven la camiseta que lleven.
esto ya no va tanto de decir si la cosa pinta bien o mal, sino de establecer como una verdad sólida que el Real Madrid puede ganar el Mundial de Clubes en su primera edición
Por lo demás, Gonzalo es una realidad apabullante ya. Un tío que marca prácticamente siempre es más que una solución esporádica. Huijsen está redefiniendo la salida de balón del equipo, y está llamado a ser una leyenda pese a que sus maneras pausadas parezcan regañadas con la épica. No lo están. Trent tampoco será nunca el pecho frío que nos han retratado los agoreros, por la sencilla razón de que Xabi no le dejará serlo. Si consigues inyectar de ardor guerrero el esternón de un tipo capaz de poner el balón donde le da la gana, tendrás todas las papeletas para el éxito (¿no representaba el propio Xabi esa dualidad?).
Son los nuevos y son los de siempre. Un Valverde más ofensivo que nunca (Xabi confesó que le recordaba a Steve Gerrard) y un Tchouaméni rocoso podrían encontrarse también ante las mejores temporadas de su vida, acompañados por la alquimia de un Güler que une ya pericia con casta.
No sé si me ha notado, pero me gusta este Madrid. Y sí: puede ganar el Mundial.
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