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Alejandro Diago González·16 de abril de 2025
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Alejandro Diago González·16 de abril de 2025
Se acabó. Una de las eras más icónicas de la historia del fútbol ha vivido su punto y final en el Santiago Bernabéu. El Arsenal ha sido un merecido semifinalista en un partido excelente de los de Arteta y nefasto de los de Ancelotti.
Un Arsenal que ha mantenido los nervios en todo momento de la eliminatoria. Un Arsenal que ha demostrado ser capaz de plantear un excelente partido a todo un Real Madrid en su casa. Un Arsenal que presenta (con permiso de los otros tres semifinalistas) su candidatura a ser campeón de Champions.
La cita de hoy ha tenido varios protagonistas sobre el terreno de juego. Un protagonismo repartido del que tres actores sobresalieron por encima del resto.
De fallar un penalti a silenciar al Bernabéu. El partido de Bukayo Saka ha sido ejemplo de cómo gestionar los contratiempos y reponerse en un escenario como el coliseo madridista. Thibaut Courtois le atajó el penalti en la primera mitad, pero en la segunda, fue el faro de los Gunners en ataque. Gol para abrir el marcador y para sentenciar a los blancos.
Se le había traído para partidos como este. Pero Kylian Mbappé ha quedado señalado (y para mal) tras la cita de hoy. El francés ha sido intrascendente, inane en el juego. Y apenas ha aportado nada en el ataque. Por si fuera poco, ha acabado el partido lesionado y su participación en los próximos partidos está en el aire.
Si en la ida sorprendió con dos golazos, Declan Rice demostró en la vuelta otra faceta también necesaria y clave para el fútbol: cabeza. El jugador del Arsenal fue el cerebro del equipo y la extensión de Mikel Arteta para hacer caer al Madrid en su trampa.
📸 David Ramos - 2025 Getty Images