
La Galerna
·07 de junho de 2025
La segunda mayor campaña de marketing de la historia

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·07 de junho de 2025
Buenos días, amigos. ¿Se puede afirmar con rotundidad que la campaña por el Balón de Oro a Lamine Yamal es la más abrumadora (y bochornosa) de la historia del deporte mundial?
Confesamos que lanzábamos la pregunta de manera retórica, pero ahora nos damos cuenta de que podría no serlo. Tal vez la campaña más abrumadora (y desde luego la más bochornosa) de la historia sea la que hace tan solo un año se inició para impedir que Vinícius Jr. ganase el Balón de Oro.
En realidad son la misma campaña, por supuesto. Dos fases del mismo proceso. Tiene su lógica, y la historia así lo demuestra, derrocar primero a los ídolos establecidos (o a la promesa de los mismos) para situar en su lugar a los ídolos propios, los ídolos deseados. No se pueden erigir becerros de oro sobre pedestales donde ya hay una estatua, o donde se piensa que va a erigirse una.
Si nos ponemos a elegir, la primera fase de la campaña es éticamente más repugnante que la segunda, muchísimo más de hecho, por cuanto apareja en muchos casos el abrazar cosas tan execrables como el racismo. La segunda fase, en comparación, tiene casi un punto naïf. Consiste solo en aupar hasta los altares a un excelente futbolista (y promesa de uno mejor todavía) por encima de otros muchos que atesoran (todavía) más méritos que él, y haciendo caso omiso a los criterios antes establecidos para negar el Balón de Oro al jugador de la fase anterior.
Ved aquí el argumento que el periodista David Bernabéu utilizaba la temporada pasada para negar a Vinicius el preciado galardón individual.
¿Acaso cumple Lamine Yamal actualmente con alguno de esos criterios? No ha ganado la Champions, no marca goles semana tras semana y, de hecho, hay en Europa 571 jugadores que han marcado más goles que él. En España, solo en España, hay todos estos, incluyendo a sus propios compañeros de equipo Lewandowski y Raphinha. Ya sabemos que marcar goles no lo es todo, pero hombre, para ser Balón de Oro tendrás que haber marcado por lo menos unos cuantos, ¿no? Ni siquiera pedimos los 30 que dice David Bernabéu. Pero es que ved la tabla, ved.
Lamine está el 24, por debajo de Lukebakio o Stuani. Otra absoluta inconsistencia de la campaña es que Lamine no es ni siquiera oficialmente el mejor jugador de la liga, como tampoco lo es de la Champions.
¿Qué competición debe valer entonces a Lamine la distinción de mejor jugador del mundo? ¿La Copa del Rey? ¿O acaso un torneo menor como la Nations League, que España está en disposición de ganar este fin de semana? Porque lo que al parecer no sirve para determinar quién va a ser el mejor jugador del Mundo es al parecer el Mundial de clubes que comienza a disputarse en pocos días en Estados Unidos. Allí da un poco igual lo que hagan todos, ¿verdad?
Es una cosa loca, amigos. Nos produce más pasmo y estupefacción que cualquier otra cosa, e insistimos que con esto no pretendemos negar su gran calidad con el balón. Simplemente, toda la historia está grotescamente sobredimensionada.
Os dejamos testimonio perplejo de esa sobredimensión en las portadas del día, en particular en las portadas cataculés.
Pasad un buen día.
TODAS