IAM Noticias
·05 de maio de 2025
La jerarquía de River Plate fue demasiada para no perdonar los errores de Vélez Sarsfield

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·05 de maio de 2025
River Plate goleó a Vélez Sarsfield 4-1, en el estadio Monumental, por la decimosexta y última fecha de la Zona B del Torneo Apertura. En un partido intenso y atractivo, el Millonario impuso su jerarquía y así extendió su racha invicta en sus últimos ocho partidos (cuatro ganó y cuatro empató) para ubicarse segundo en la tabla, escoltando a Rosario Central.
El equipo de Marcelo Gallardo controló el partido en el arranque, en medio de roces y faltas leves, mostrando su juego prolijo, amenazante y homogéneo. Enfrente, Vélez Sarsfield, que pasó de campeón en el certamen pasado a antepenúltimo en su Zona -y a un punto del descenso- en éste, evidenció, en parte iguales, voluntad e intrascendencia.
Y a su calidad, River Plate le cayó como anillo al dedo un agregado extra: los errores defensivos del equipo de Guillermo Barros Schelotto -con saldo negativo en este Apertura: apenas dos triunfos y cuatro derrotas, 4 goles a favor y 8 en contra-. Demasiado hándicap.
Randall Rodríguez, ocupó el arco debido a la lesión de Tomás Marchiori, dio rebote hacia adelante ante un buen disparo de Milton Casco, luego dio un segundo rebote ante un remate de Franco Mastantuono y la pelota le quedó justa al atento Sebastián Driussi para convertir por cuarto partido consecutivo, a los 13 minutos.
El empuje desordenado y sin ideas del Fortín estuvo a punto de desembocar en la igualdad con un cabezazo de Leandro González Pirez, pretendiendo rechazar en una disputa con Braian Romero, que pegó en el travesaño del arco propio.
El pibe Franco Mastantuono -el mejor futbolista de esta fase inicial del torneo- desnivelaba y con un lucido remate que rozó un poste estuvo cerca de aumentar el resultado por la derecha; por la izquierda lo hacía Facundo Colidio y por el medio, Sebastián Driussi pivoteaba y aportaba criterio y peligro. Y un poquito más atrás, Ignacio Nacho Fernández desplegaba su talento y su claridad para generar juego.
Llegó el segundo festejo local, a los 27 minutos, con un golazo de Facundo Colidio. El ex delantero de Boca Juniors y Tigre recibió un pase preciso de Nacho Fernández y entró al área a puro lujo: caño, amague, enganche para superar a Thiago Silvero y Kevin Vázquez y sacar un derechazo al segundo palo.
Un increíble error de Randall Rodríguez, dejando escurrir la pelota entre sus manos, le posibilitó a Franco Mastantuono quitársela y darle la asistencia a Ignacio Fernández, que no tuvo inconvenientes en resolver de primera desde afuera del área ante el arco libre, a los 36 minutos.
Parecía que la goleada abultada y humillante se venía encima, tanto como la inminente tormenta climática. River estaba para florearse y Vélez para el cachetazo. Pero el descuento de Maher Carrizo, recibiendo un exacto pase en cortada de Agustín Bouzat y definiendo con calidad, tras controlar y gambetear desairando a Milton Casco y Leandro González Pirez, a los 36 minutos, le agregó emotividad a un partido que seguía estando casi liquidado pero achicando la paliza.
De todos modos, antes de finalizar esta primer etapa, una acción colectiva, desplegando pases exactos y velocidad a lo largo y ancho de la cancha terminó con el zurdazo de Mastantuono que volvió a besar el poste.
El ingreso de Claudio Baeza y algunos arrebatos de amor propio pusieron a Vélez en partido, en el comienzo del segundo tiempo y bajo una lluvia torrencial. Duró apenas veinte minutos, esa reacción visitante, no el diluvio. Porque, como viene ocurriendo, los centros no tenían destinatario y el empuje fenecía al pisar el área. Y River volvió a controlar la pelota, a encontrarse con su ritmo y su juego.
Randall Rodríguez no falló en un mano a mano con el ingresado Miguel Borja y con un pie salvó el peligro. Otro que ingresó bien en Vélez fue Francisco Pizzini, que encendió una llama de ilusión con dos remates: uno pegó en el poste y el otro fue desviado por arriba del travesaño con un mano por Franco Armani.
En tiempo de descuento, Andrés Merlos, ratificó sus carencias para el arbitraje. Como es su costumbre, nada que sorprenda. Cobró penal por una estirada leve de camiseta de Valentín Gómez a Manuel Lanzini. El defensor de Vélez reclamó, se excedió en la queja y por eso fue expulsado. Llamado por el VAR, Merlos se acercó a la pantalla para ver la jugada, sin embargo no rectificó su error.
El Colibrí Borja pateó el penal y Randall Rodríguez se lo tapó. Pero el arquero uruguayo se adelantó y por eso, correctamente, el penal volvió a ser ejecutado. Y esta vez, Borja no falló: su fuerte remate significó el 4 a 1 final para el festejo de River Plate.
La diferencia entre un club que realizó un excelente mercado de pases ante otro que cumplimentó uno pésimo, quedó marcada. Ahora, River Plate continuará en dos frentes: el jueves visitará a Barcelona, en Guayaquil, por la Copa Libertadores y luego recibirá a Barracas Central por los octavos de final de este Apertura. A Vélez le queda la Libertadores, donde viene bien en contraste con el torneo doméstico: el jueves jugará ante Olimpia en el Amalfitani buscando defender la punta.