La descomposición del Sevilla FC | OneFootball

En el pasado partido contra el Villarreal se destaparon todas las alarmas. El equipo jugaba de forma desabrida, con unos jugadores desganados y sin alma. Todas las noticias previas al encuentro del Sevilla FC contra el Cádiz alertaban de este hecho. Sin embargo, se ha vuelto a repetir, con más crudeza si cabe. Quique Sánchez Flores deberá actuar de forma inmediata si no quiere tener un equipo zombi en las dos jornadas restantes. Pues contra los gaditanos el conjunto hispalense ofreció su peor imagen, con jugadores arrastrando los pies ante su parroquia, mientras un equipo virtualmente descendido daba una lección de casta y coraje. Para más INRI, en el estadio Ramón Sánchez-Pizjuán. Deja este encuentro un regusto amargo a la parroquia nervionense. Y la sensación de que Víctor Orta debe acertar con la limpieza que, obligatoriamente, deba encarar en las filas rojiblancas.

Un inicio prometedor

Un Quique Sánchez Flores fiel a  su estilo alineó lo más granado de su plantilla para el encuentro en casa. Todo lo que las bajas, que en este tramo final de Liga se acumulan, le permitían. Un once de garantías que en la pizarra era muy superior a un rival casi descendido. Las noticias no podían ser más halagüeñas para la parroquia del Sevilla FC. Pero puede que tuviera razón Fernando Reges, y haya jugadores en el vestuario con la cabeza lejos de Nervión. Pero lo cierto es que el arranque del encuentro dejaba buenas sensaciones. A pesar de que el Cádiz generaba acciones de peligro, estas eran aisladas, respondiendo a los errores no forzados que concedía ese medio del campo desangelado que tienen los hispalenses.

Pero los rojiblancos dominaban las áreas y generaban peligro en las inmediaciones de la portería de Ledesma. Un buen portero que evitaba al cuarto de hora con un paradón el primero a tiro de Lukebakio. Acto seguido la grada de Nervión rugía reclamando un claro penalti a En-Nesyri, que el colegiado obvió. No está generando buenas noticias el apartado arbitral este año para el Sevilla FC. Pero lo cierto es que Quique Sánchez Flores no podía estar descontento. La zaga transmitía seguridad ante las acometidas de los gaditanos, y el aroma de gol rondaba el área amarilla. Todo parecía de cara para los hispalenses.

Sergio Ramos, con Chris Ramos en el Sevilla FC-Cádiz CF

El Sevilla se diluye

Pero todo pareció un espejismo. A la media hora el conjunto hispalense comenzaba a desaparecer del verde. El dibujo que Quique Sánchez Flores había planteado se desdibujó irreconocible, en los pies de unos jugadores indolentes. Y el Cádiz, superado el arreón inicial, comenzó a venirse arriba. El último cuarto de hora fue un vendaval cadista que bien pudo acabar con el primer tanto de los amarillos. Con un equipo rojiblanco en el campo que generaba cierta vergüenza a sus aficionados. El descanso fue un alivio para las filas del Sevilla FC que parecían olerse las malas noticias que les esperaban en la segunda parte. Las caras a  veces lo dicen todo. Y las de los sevillistas  eran un poema.

La segunda parte fue un despropósito. Solamente así se puede calificar el bochornoso espectáculo que dio el conjunto hispalense. No sabemos qué teclas tocó Quique Sánchez Flores en el vestuario, pero a pesar de que sus pupilos salieron bien asentados al campo, volvieron a descoserse a las primeras de cambio. Y en este escenario, el Cádiz siguió creciéndose. Durante un periodo del encuentro el partido fue de dominio absoluto cadista. Incapaces los sevillistas de sacudirse mínimamente el yugo de su rival. Un gol anulado por el VAR al Cádiz en el minuto 66 fue el primer aviso. Y no sería el único. Acariciaban el gol los visitantes en Nervión.

El encuentro mutó los últimos quince minutos en correcalles. Es curioso que los intercambios de golpes fuesen las mejores noticias para el Sevilla FC. Incapaces de dominar mínimamente la posesión, el equipo hispalense se volcaba en las contras, generando mucho peligro. En-Nesyri, Juanlu y Mariano tuvieron el gol en sus botas. Pero la falta de puntería se sumó a esta fiesta de la desgana. Y los gaditanos, espoleados por su imperiosa necesidad, tradujeron mejor el Himno del Centenario. Ese dicen que nunca se rinde. La noche épica en Nervión fue de color amarillo. En el minuto 96, en un largo alargue del encuentro, Guardiola batía a Nyland, llevando la saca de puntos para la provincia del sur. Otra vez unos pésimos minutos de alargue tumbaban a los rojiblancos.

El enfado de Quique Sánchez Flores

El Cádiz fue el justo vencedor en un encuentro en el que los hispalenses apenas comparecieron. El preparador sevillista se mostraba muy enfadado tras el encuentro. Algunos jugadores parecen haberse puesto las chanclas y la toalla antes de tiempo. Sin respeto para un equipo y un escudo que deberían defender. Quizá sea por eso por lo que Quique Sánchez Flores está optando por dar entrada a algunos jugadores (Joan Jordán, Mariano Díaz) amortizados en este final de temporada. Quizá a muchos otros las noticias del mercado les están llevando a pensar en horizontes lejanos al Sevilla FC. Pero las lágrimas del eterno capitán, Jesús Navas, retirado anticipadamente del verde por lesión, deberían hacer reflexionar a muchos.

La dirección deportiva también debería reflexionar tras este partido. Es evidente que la inestabilidad con la que se está envolviendo este final de temporada afecta a lo deportivo. Los jugadores del Sevilla FC no son ajenos a las noticias del mercado, máxime si se les transmite que tendrán que buscar nuevos aires en dos semanas. El juego del escondite con Quique Sánchez Flores aumenta esta sensación de vértigo. Es inconcebible a estas alturas de temporada que un conjunto como el hispalense mantenga en vilo toda su planificación. No es una actitud responsable para el que pretende establecer un periodo exitoso de mando.

Quique Sánchez Flores, pensativo antes del choque ante el Cádiz CF| Imagen: La Colina De Nervión|