La decisión que debe tomar Alejandro Restrepo con Aguerre | OneFootball

¡Parce! Lo que pasó el sábado en el Atanasio todavía nos tiene con el corazón apretado. Washington Aguerre, nuestro arquero, cometió un error que terminó costándonos los tres puntos contra el América. Sí, fue un gol que nos dejó fríos y que le quitó el brillo a un partido que teníamos controlado. Pero ojo, esto no es para caerle encima ni para prenderle fuego al rancho, porque esto es fútbol y aquí también se aprende con los porrazos.

Aguerre venía con buena energía, con ganas de meterse en la historia del Poderoso, y aunque este chasco nos dolió a todos, el man también es humano. ¿O qué, pues? ¿Acaso nunca la hemos embarrado? Es fácil pegarle al que se cae, pero lo bacano es ser familia y levantarlo. Por eso, parce, en vez de señalar, es momento de respaldar. Así como gritamos los goles, también hay que abrazar en la mala.

Ahora bien, este miércoles el Poderoso se va pa’ Ibagué a medirse con Tolima, y ahí es donde Alejandro Restrepo tiene que mostrar su temple. El profe sabe que estos cuadrangulares son una batalla mental, y cambiar de arquero ahora mismo sería mandar un mensaje raro. Hay que confiar en el proceso y demostrarle a Aguerre que estamos con él. ¡No es momento de dudar, es momento de creer!

Mirá que Restrepo no es ningún novato en estas vueltas. El man sabe cómo trabajar el grupo, cómo mantener la cabeza fría en momentos calientes. Él conoce a su plantilla, sabe quién está mentalmente fuerte y quién necesita respaldo. Y créanme, parceros, Aguerre necesita confianza, no linchamiento digital. Este equipo se construye con aguante, no con tweets destructivos.

Si algo tiene este Medellín es corazón, y en momentos como estos es cuando se demuestra de qué estamos hechos. A Aguerre hay que darle la oportunidad de redimirse, de pararse firme bajo los tres palos y decir: “Aquí estoy, papá. No me caí, me levanté”. ¡Eso también es parte del juego, loco! Y qué mejor manera de hacerlo que en un partido bravo como el que se viene contra Tolima.

Así que parceros, este miércoles no juguemos con la calculadora ni con el rencor. Juguemos con el alma. Vamos a Ibagué con la fe intacta, sabiendo que todavía hay mucha tela por cortar en estos cuadrangulares. Que el tropiezo no nos nuble la vista, porque el camino sigue, y esto apenas comienza. ¡El Poderoso no se rinde, nunca!

Cerremos fila, parce. Apoyemos con fuerza, con amor y con esa pasión que solo un hincha del Medellín puede entender. Aguerre se equivocó, sí. Pero también se puede reivindicar. Este equipo es familia, y la familia no se abandona en la tormenta. ¡Vamos todos juntos, que esto es con el alma, con el corazón y con toda la buena vibra pa’ traer los puntos desde Ibagué! ¡Vamos DIM, carajo!