Santa Fe Deportivo
·25 de outubro de 2024
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Un 25 de octubre de 1997, el fútbol argentino vivió un momento inolvidable cuando Diego Armando Maradona jugó su último partido oficial como jugador profesional. Fue en el Superclásico entre Boca Juniors y River Plate, en un Monumental colmado de hinchas que presenciaron el final de una era.
Aquel sábado por la tarde, Boca Juniors visitó el estadio de su eterno rival con Maradona como titular, en un encuentro correspondiente al Torneo Apertura. El partido se presentó como uno de los más esperados del año, pero pocos imaginaron que sería la despedida del máximo ídolo del fútbol mundial.
Maradona, a sus 37 años, salió al campo con la 10 en la espalda y todo el peso de su gloriosa carrera a cuestas. Sin embargo, tras jugar el primer tiempo, no regresó para disputar los segundos 45 minutos. En su lugar, ingresó Juan Román Riquelme, otro joven talento que más tarde se convirtió en un símbolo de Boca.
El partido terminó con victoria para Boca por 2-1, con goles de Julio Toresani y Martín Palermo para el Xeneize, mientras que Sergio Berti descontó para River. Pero el resultado pasó a segundo plano ante la emoción de ver a Maradona por última vez en un terreno de juego oficial.
Ese día, Diego dejó el fútbol profesional, poniendo fin a una carrera que lo llevó a conquistar el mundo con su magia, desde Argentinos Juniors hasta el Napoli de Italia, y logrando la cúspide con la Selección Argentina en el Mundial de México 1986.
Hoy, 27 años después, recordamos esa última función de Maradona, el hombre que le dio al fútbol argentino algunos de sus capítulos más brillantes y que, con su salida del Monumental, dejó una marca indeleble en la historia del deporte.