La Galerna
·24 de novembro de 2024
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El indiscutible éxito deportivo y económico del Real Madrid ha convertido los comienzos de las Asambleas de Compromisarios en un ejercicio de autobombo tan imprescindible como ajustado a la realidad. El vídeo de apertura es abrumador y técnicamente perfecto. 6 Champions en una década (junto a otros muchos trofeos) y récord mundial en generación de ingresos (ningún club de fútbol ha traspasado antes la barrera de los 1.000 millones) no son para menos.
La chicha debería quizá estar en la enormidad de este éxito dentro de un contexto francamente adverso de petroclubes, entidades del fútbol hostiles y encarecimiento de materias primas por la coyuntura internacional, lo que ha incrementado los costes de la transformación del estadio. El énfasis también debería estar en la aprobación de las cuentas y el resto de cuestiones sometidas al visto bueno de los representantes, votaciones todas ellas que se saldaron de manera positiva para la directiva.
Ahí debería estar lo mollar, pero de forma impepinable se traslada el interés periodístico a un salseo no necesariamente intrascendente. (De hecho, había cuestiones cruciales conformando el filtrocotilleo previo, mayormente la Superliga, la respuesta al Balón de Oro, y sobre todo la anunciada reforma societaria).
Florentino habló de un fútbol “herido de gravedad”, y los datos aportados fueron elocuentes.
1.- La liga francesa ha bajado su valoración de 1000 a 500 millones, involucrando a CVC a través de un acuerdo que está siendo investigado por la justicia, como señal de lo que tal vez debería pasar con su equivalente en España.
2.- Los ingresos televisivos del Real Madrid son los mismos que cuando tenía 6 Champions menos (la buena salud del club se logra a pesar de ese chirriante lucro cesante).
3.- El nuevo formato de Champions es un desastre. Ha aumentado el número de partidos intrascendentes, pero cada uno de los partidos que componen la competición vale mucho menos que antes.
4.- El calendario es infernal, con aumento alarmante de lesiones. La relación entre la fatiga propiciada por la acumulación de partidos y las lesiones de ligamento cruzado tan desgraciadamente al día (en el club y en otros clubes) ha sido puesta en evidencia por la ciencia. Formuló un dato demoledor: a la edad de Bellingham, Beckham había disputado 54 partidos oficiales. Jude lleva 251. UEFA y FIFA “desprecian la salud” de los futbolistas organizando un 57% más de partidos que hace diez años con el único objetivo de ganar más, sin tener en cuenta a los protagonistas del fútbol, jugadores y estamentos. El fútbol ha perdido de vista el interés de los espectadores. Hay que poner LA CALIDAD de los partidos en el eje. El ejemplo es palmario: hemos jugado contra el legendario Arsenal solamente una vez en toda nuestra historia, mientras hemos visto un Nadal-Federer en multitud de ocasiones. El fútbol no busca el interés de sus aficionados, optando más bien por perseguir el pirateo como hace Tebas, presunta solución que nada resuelve.
El punto 4 enfoca directamente sobre la Superliga. Florentino retrató a la UEFA como un Blockbuster que no vio el declive de su negocio, y a la Superliga (con la plataforma UNIFY de la mano) como un Netflix que sabe leer el signo de los tiempos, o un Spotify que entiende al cliente final.
“El momento es crítico”, recalcó Florentino.
“Hay que actuar ya”. A22, la empresa promotora de la Superliga, quiere encontrar un equilibrio que satisfaga a todos, TAMBIÉN a UEFA y FIFA”. Este último punto fue novedoso, y menos beligerante de lo esperado. El nuevo orden reservará a estos intermediarios un lugar si saben adaptarse, pero no volverán a esquilmar de ingresos a los protagonistas del negocio.
No faltaron mandobles para Tebas por el oscurantismo del dinero que entrega a los medios de comunicación. Le cito de forma no literal pero casi. “¿Cómo justifica la liga el dinero que da a los medios de comunicación? ¿A qué medios se lo da, cuánto y para qué? ¿No se lo dará a los medios que nos atacan? Creemos que sí”. Esa última frase sí es literal.
También se refirió a los ataques de Tebas sobre el patrimonio del Madrid, lo que le sirvió para introducir la idea de un cambio en la organización societaria. Por su trascendencia, escribiré sobre este punto en artículo aparte. Solo anunció la apertura de ese melón “para que el Madrid siga siendo de sus socios y proteger el patrimonio del club”. Lo indefinido aún de ese camino hará que mi próximo artículo tenga un cierto componente especulativo, aunque también valorativo.
Por último, Florentino denunció la maniobra del Balón de Oro, descalificándolo a partir del nuevo involucramiento de la UEFA en la organización. Recalcó su respeto por Rodri, “gran futbolista”, destacando sin embargo que “L’Equipe, es decir, ellos mismos, daban como gran favorito a Vini”. Denunció que, con su participación en el galardón, la UEFA “alteró el sistema de voto” y el número de votos asignado a cada país, cayéndose de pronto países importantísimos en número de aficionados, como la India. Sin la participación de periodistas “desconocidos” de lugares como Namibia, Uganda y otros países de relativa importancia futbolística habría ganado Vini. “¿Con qué criterio se elige a los periodistas?”, se preguntó en alto, lamentando también que un premio otrora tan prestigioso haya decidido unirse a la UEFA cuando los derroteros del fútbol mundial no van precisamente por los derroteros ceferinescos.
Fotografías realmadrid.com