Filipe Luís se gana su sitio como futuro del banquillo rojiblanco | OneFootball

El exlateral brilla en Flamengo, donde ya ha conquistado tres títulos en solo seis meses como entrenador del primer equipo. Su perfil táctico y carácter encajan con el ADN Atlético.

El Atlético de Madrid ha comenzado a mirar al futuro con atención, y un nombre empieza a sonar cada vez con más fuerza como posible relevo en el banquillo: Filipe Luís. El exjugador rojiblanco, que dejó huella durante ocho temporadas como lateral, ha iniciado una carrera como entrenador que ya levanta pasiones en Brasil… y que no pasa desapercibida en el Metropolitano.

Desde que se hizo cargo del primer equipo del Flamengo en octubre de 2024, Filipe no ha hecho más que ganar. En apenas medio año al frente del conjunto carioca ha logrado tres títulos: la Copa do Brasil, la Supercopa de Brasil y el Campeonato Carioca. Todo ello tras firmar también la Copa Intercontinental Sub-20 cuando dirigía a la cantera. Un total de cuatro trofeos en menos de ocho meses y con unos números espectaculares: 26 partidos, una sola derrota y 24 sin perder, además de 17 encuentros sin encajar gol.

El impacto de Filipe no se limita a los resultados. Su propuesta táctica ha sido elogiada por la prensa sudamericana: uso del 4-2-3-1 como base, pero con flexibilidad para alternar con el 3-4-3 y el 4-4-2. Apuesta por un juego ofensivo, con laterales profundos, circulación rápida y presión alta. Su capacidad para adaptarse a los rivales y controlar el ritmo del partido ha sido clave en su éxito inmediato.

También ha sabido gestionar el vestuario con madurez, a pesar de haber compartido plantilla con muchos jugadores hace apenas unos meses. Flamengo confía en él a largo plazo, pero el contrato que le une al club expira en diciembre de 2025, una fecha que encaja con posibles cambios de ciclo en el Atlético.

En Madrid no olvidan ni su compromiso, ni su liderazgo, ni su forma de entender el juego. Filipe, que ya fue ídolo como jugador, podría tener reservado un regreso en un rol muy diferente… pero igual de influyente.