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·12 de dezembro de 2024
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El partido frente al Slovan de Bratislava pareció un trámite, el Atleti lo solventó con una facilidad pasmosa, con una frialdad que parecía calculada, ajustando la comodidad del resultado, los esfuerzos físicos, la temperatura de la noche. Fue un resultado cómodo, lo que a veces resulta frío, especialmente en una tarde de diciembre que termina convirtiéndose en noche, en un estadio en el que su punto más caliente anda voluntariamente apagado -estas son las nuevas formas de protesta- y frente a un rival que ciertamente, no estaba a la altura de la competición.
Abrió el marcador Julián Álvarez con un golazo de delantero de los que el Atleti venía echando en falta. Con un jugador que hace goles como ese un equipo puede soñar con cualquier cosa. No es solo por la factura del gol, es lo que hay detrás, un tipo que según recibe la pelota en el área se acomoda el cuerpo y dirige un disparo al ángulo, poniéndola allí, como todos los que alguna vez hemos jugado al fútbol pensamos que habría que hacer, pero ninguno, ni siquiera los profesionales, hacen. Julián dispara con una naturalidad pasmosa, tiene un idilio con el gol, y además hace los que hay que hacer, los importantes, los que abren los partidos, también los que lo resuelven.
MADRID, SPAIN – DECEMBER 11: Julian Alvarez of Atletico de Madrid scores his team’s first goal during the UEFA Champions League 2024/25 League Phase MD6 match between Atletico de Madrid and SK Slovan Bratislava at Riyadh Air Metropolitano on December 11, 2024 in Madrid, Spain. (Photo by Florencia Tan Jun/Getty Images)
Después fue Griezmann, otro que tal baila. Un centro llovido de Llorente que parecía no llegar a ningún lado terminó en gol porque Antoine se anticipó a un central que casi le doblaba la altura para rematar de cabeza a gol. Cosas de personas inteligentes, que saben que en la vida no pueden manejarse con la fuerza, y que al cabo, puede ser lo menos trascendente. Desde entonces, todos pensaron en una goleada como la de Praga, en seguir recuperando el déficit goleador por lo que pueda venir, pero al comienzo de la segunda mitad un penalti extraño hizo que el Slovan se acercara y aquello rompió el karma de la noche. Acudió de nuevo el principito para hacer el tercero y reponer la calma, pero ya la noche no estaba para goleadas.
Vinieron los cambios, el equilibrio de minutos y los que entraron lo hicieron como la noche, fríos, sin muchas ganas de quebrar los renglones de una historia que ya parecía escrita y más que corregida. Así, el Atleti sumó tres puntos más que le garantizan su presencia en dieciseisavos y le permiten seguir soñando con estar entre los ocho primeros. Quedan dos finales y ahí se resolverá todo.