
La Galerna
·15 de julho de 2025
El decálogo del oficialismo

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·15 de julho de 2025
Sí, amigos, hay un decálogo del oficialismo. O debería haberlo. Hasta hoy no estaba escrito, que yo sepa. Yo tengo el mío. Es necesario explicar por qué no compartimos la urgencia de ganar todos los años todos los títulos, según la polarizante e infantil visión del deporte de algunos influencers madridistas en las redes sociales; por qué no militamos en el nuevo credo del vinagrismo, que no tolera la derrota y tiene alergia a la adversidad; por qué no queremos ponerle precio a Mbappé, ni un lazo rosa a Vinícius para regalárselo a cualquier club de Arabia. Tampoco nos arrepentimos de no haber torturado a Ancelotti hasta hacerle quitar a Rodrygo del once. No le deseamos el fuego eterno por no haber sido suficientemente insistente, hasta rebelde, con su jefe, para obligarle a fichar a dos centrales cuando se veía venir la tragedia.
En definitiva, pensamos que no es buena idea crucificar a Florentino Pérez en el vértice geodésico de Valdebebas después de escupirle y flagelarle durante todo el viernes santo. Bastante corona de espinas tiene aguantando el pobre lo que aguanta, desagradecidos de nosotros, después de haber añadido a nuestras vidas pecadoras una década de felicidad incomparable.
Déjenme nada más comentar que cayó goleado el imbatible PSG en el Mundial de Clubes, después de cumplir el único propósito que les llevó a Estados Unidos: ganar al Real Madrid. Ya lo dijo el sabio Beckenbauer en alguna ocasión. "Para ganar la Champions (a la sazón, cualquier título que merezca la pena) hay que tener un gran equipo, un gran entrenador y ganar al Real Madrid". El PSG tuvo todo eso. Sin embargo, a pesar de que salimos del césped por la enfermería, no todo el mundo está diseñado genéticamente para la grandeza.
Luis Enrique, sin ir más lejos, pensó que era buena idea agredir a un deportista que podría ser su hijo (por edad, digo) ya finalizado el partido frente al Chelsea, en presencia de Donald Trump (seguro que no se escandalizó) y de algunos cientos de millones de televidentes que probablemente se preguntaron quién era el energúmeno. Nosotros le conocemos bien. Verbo fácil y homilías para todos los públicos en la victoria y mal perder en la derrota.
Mis diez mandamientos del kit del oficialista en julio de 2025 son los siguientes:
Los jugadores, los entrenadores, los ejecutivos van y vienen. Todos pasarán. El club continúa. Evoluciona, crece, se adapta a los tiempos, pero es mucho más grande que nosotros. Trasciende. Es un pedazo de historia, son las leyendas, es Juanito, es Di Stéfano, Puskas, Gento... son las memorias de emociones vividas que pasan de padres a hijos, de abuelos a nietos. Aún recuerdo el primer día de mi hijo mayor en el estadio. Sus ojos. Lo fuerte que me agarraba la mano mientras subíamos las escaleras. La emoción de oír el rugido de la grada. Ver a los once de blanco inmaculado dibujar otra victoria sobre el verde.
Se puede criticar al entrenador, el patrón de juego, la disposición de los jugadores, los cambios… pero rescatando algunas sesudas críticas de tuiter Real Madrid encuentro calificativos como: anticuado, trasnochado, sinvergüenza, inepto. Se señala a los oficialistas como mamadores por no estar en esa trinchera. Insultar a un profesional de la talla de Ancelotti, poner su nombre en la miniatura de un vídeo genera tráfico. Eso es todo. Sin cobrar directamente del club, hay comunicadores que cobran por denigrar al club.
Se puede criticar a los ejecutivos del club, claro, pero son los que han juntado en el vestuario la suma de talento que tenemos hoy en la plantilla por una fracción de lo que se ha gastado el Chelsea en los últimos tres años, flamante campeón del Mundial de Clubes. No me sale una crítica agria para los profesionales que nos han traído a Camavinga, Vinícius, Valverde, Rodrygo, Endrick, Mastantuono, Huijsen, apostando por ellos en la mayoría de los casos cuando eran todavía menores de edad, qué quieren que les diga. También son los que desarrollan modelos de negocio que permiten a la entidad seguir haciendo dinero y crecer para competir con los clubes estado.
No se puede ganar siempre, pero sí se puede tener nobleza siempre: "enemigo en la contienda, cuando pierde da la mano". Este principio es obligatorio en cualquier país en que el equipo compita salvo en España, donde ha quedado suspendido cautelarmente desde febrero de 2023, hasta que el club cliente de Negreira reciba su justo castigo por corromper la competición y todos sus beneficiarios sean erradicados del fútbol español. Cuando éramos ingenuos y creíamos en la limpieza del deporte dimos muchas veces la mano a corruptos. Aún lo seguimos haciendo, sabiendo que lo son. No podemos evitarlo. La grandeza no se elige, ni se compra con 8,4 millones de euros. La grandeza, como el bien y como el mal, simplemente existe.
El luto es pasajero; la ilusión, permanente. Seguir a un club pertenece al universo de las emociones. Hay tantas formas de sufrir la derrota y de disfrutar la victoria como personas. Ganar es muy difícil. Todos los rivales quieren ganar. Pero la victoria es esquiva (de hecho, la de Samotracia tiene alas) y monógama. La pueden cortejar todos, pero sólo saldrá del estadio con uno. No es posible ganar siempre, pero lo hacemos más que los demás. ¿Por qué deberíamos estar tan abatidos por las derrotas? Nos duele la derrota, pero tratamos de explicarla sin dramas apocalípticos y confiamos en regresar a la victoria, porque siempre sucede, porque siempre ha sucedido. La derrota es lo que nos hace disfrutar tanto, tantísimo, cuando ganamos.
Si en algún momento del futuro el club cayera en manos de un Laporta de la vida, el oficialismo obviamente desaparecería por completo. Quienes lo gobiernan ven lo que vemos nosotros y estamos seguros de que ven, además, muchas cosas que no vemos, con las que tienen que lidiar cada día. El infiel no es totalmente consciente de la dimensión empresarial del Real Madrid. Ignora la dificultad de mezclar negocio y sentimiento, matemáticas y lágrimas, frialdad y emoción, visión y pasión, dinero y goles.
Honestamente, no entiendo la urgencia y la desesperación que lleva a cientos de miles de followers al pesimismo, la tortura, el autocastigo cuando no se gana. A sus líderes les entiendo perfectamente. El conflicto, el insulto, el desprecio, la soberbia son potentes motores de monetización en el periodismo de las redes sociales. Venden. Por eso merecen mayor respeto profesional influencers y líderes de opinión que no llevan esas herramientas en su maletín. Que un clip se grabe en directo del tirón no implica que sea espontáneo. Todos analizan las estadísticas de sus canales y saben qué hacer cuando necesitan hacer caja para irse de vacaciones.
Las expresiones acusatorias entre madridistas como mamadores, lameculos y peores son muy frecuentes en el madridismo, que, precisamente por ser universal, alberga en su interior su cuota de antimadridistas, de peluqueros, de católicos o de “chicas de imagen” que decoran las fiestas de futbolistas para poder pagar el alquiler.
En este medio se ha criticado a jugadores, al entrenador, al presidente. Generalmente con ironía, con tristeza, con frustración. A veces con dolor (las palabras de Florentino en la asamblea del club nos produjeron desazón a muchos), pero siempre anteponiendo el primer mandamiento de este decálogo. La falta de oposición a la presidencia que se constata cada vez que se convocan elecciones contrasta con el castigo diario al presidente y al club "por no fichar centrales" la pasada temporada o "por no sustituir a Kroos", atribuyendo a estos factores los malos resultados.
El problema de la falta de fútbol del equipo es debatible, pero no se soluciona presionando el botón de fichar. El equipo no ha competido en momentos clave y ha dado mala imagen en muchos partidos, aun sin errores graves de la defensa. Lo de sustituir a Kroos... en fin, díganme un par de futbolistas que le lleguen a la suela y que sean fichables.
Uno de los temas más debatidos últimamente en redes sociales es si este par de tremendos futbolistas pueden complementarse sobre el césped. El debate ha llegado incluso a la prensa "seria" en forma de análisis con una conclusión final definitiva: "se estorban". Yo, como oficialista, no lo veo tan claro. Muchos de los lectores habrán jugado más o menos seriamente al fútbol, alguno hasta habrá obtenido su título de entrenador quitándole horas al trabajo o a la familia. En el campo las cosas son muy sencillas: los buenos nunca se estorban. Se adaptan.
En este annus horribilis, Vini está atravesando (no creo que nadie lo dude) una crisis personal que arrastra desde el acoso que recibió en el primer tercio de la liga, pero muy especialmente a raíz de la vendetta contra Florentino que preparó la UEFA poniendo sus sucias manos sobre las votaciones del Balón de Oro. No ha sido el mismo desde entonces.
Mbappé es un futbolista descomunal. Probablemente el único goleador vivo que podrá acercarse remotamente a los registros de Cristiano. Que combinen o no, que puedan o no jugar juntos, discúlpenme, no es un debate serio. Tengo la certeza de que Xabi nos lo mostrará pronto. Afirmar que Mbappé es un problema es como decir que lo era Cristiano por su egoísmo frente a la portería rival. Además de meter 450 goles, Cristiano dio 95 asistencias en la Liga, por 104 de Figo y Alves, 99 de Benzema y Raúl o 98 de Xavi Hernández. ¡Sorpresa!
Supone un esfuerzo intelectual no menor estar todo el día defendiendo obviedades, pero la insistencia y tenacidad del antimadridismo militante, exógeno y endógeno, nos empuja a la labor cotidiana de sacarles de su contumacia en el error.
El presupuesto de ingresos del club no deja de crecer. En apenas dos años hemos pasado de los 831 millones de la temporada 2022/23 a una expectativa de 1300 millones de euros para la temporada 2025/26. Les remito a la imagen del añorado Miguel Gila en su descripción de las técnicas de investigación de su detective para encontrar al asesino que se dejó una colilla cerca del cadáver y a su sagaz y brillante conclusión: "aquí han fumao". ¿A qué creen que se puede deber ese aumento de los ingresos? Les doy una pista: sólo díganme qué activo ha puesto en valor el Real Madrid desde 2023.
Florentino no tiene enemigos sólo en el fútbol. Como Amancio Ortega o cualquier empresario de éxito semejante nacido en España, tiene que lidiar con la política y con los políticos. Ruido Bernabéu no es más, ni menos, que eso. Les propongo un juego: ¿cuántos de ustedes que viven en otras zonas de Madrid y que asisten cinco o seis veces al año al estadio cambiarían su vivienda (no hablamos de precio) por una equivalente a dos manzanas del Bernabéu?¿Podrían soportar durante los meses de verano el ruido de media docena de conciertos entre nueve y doce de la noche? Yo sí.
El único club sobre el que hay consenso en el antimadridismo de ser favorecido por los arbitrajes es el único que quiere cambiar el sistema y que lo pide oficialmente a las instituciones. El CTA se ha revelado como un órgano esencialmente prevaricador, la palanca que decide el campeón, quién va a Europa y quién no, como se viene constatando durante años, con VAR y sin VAR. La tecnología del VAR se utiliza como coartada, con valor de neutralidad irrefutable, para justificar una decisión y su contraria ante un mismo hecho. Las evidencias se van amontonando a lo largo de los años.
Hasta el árbitro iraní que ha pitado la final del Mundial de Clubes ha mostrado un tímido sesgo para tratar de animar una segunda parte deslucida por el resultado. El hombre trataba de recuperar la final discretamente, resucitando a un PSG muerto en el campo y muerto en el banquillo, sin mala fe. Si no eres del Chelsea, hasta lo puedes llegar a entender. Business.
Lo de España ha sido bochornoso durante décadas. Pero es que después de explotar el caso Negreira ha ido a peor. Sabiéndose observados, no han tenido escrúpulos para despachar la liga 2025 en tres infaustas jornadas con decisiones delirantes. Dicho esto, nuestro equipo no ha merecido ganarla, pero habría podido hacerlo con decisiones ecuánimes en los dos escenarios clave de cada domingo, donde invariablemente se han sucedido espectáculos arbitrales incalificables.
Real Madrid TV hace lo que no hacen los medios que deberían preocuparse por el producto del que viven, que es mostrar la realidad; pero claro, el producto del que viven no es la información sino el ecosistema de subsidios de Tebas sin el cual bastantes tendrían problemas para sobrevivir.
Que no se confunda el lector: el término "oficialista" se refiere principalmente a los seguidores de Florentino Pérez, su obra y a los herederos y sucesores que él designe en el futuro. Es el líder que ha llevado el club a la excelencia empresarial y deportiva. Admirado por todos los clubes del planeta, ha creado modelos de negocio que se estudian en universidades de todo el mundo y es temido por los ejecutivos que parasitan las instituciones del fútbol en beneficio propio, tanto en España como en Europa. Una persona que ha continuado, actualizado y agigantado la visión de Santiago Bernabéu, a quien le debemos el regalo de formar parte de la institución deportiva más exitosa de la historia. Del resto de mis colegas de La Galerna no puedo hablar, pero en mi propio nombre puedo decir, una vez más, que Florentino es el hombre vivo al que más quiero, después de mis hijos.
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