Balonazos
·10 de maio de 2025
Del Balón, Papa y Santos. ¿Hay Un Milagro en la Cancha?

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·10 de maio de 2025
¡Saludos a todos los amantes del balompié y devotos del buen humor! Justo cuando la feligresía católica está de fiesta, celebrando la elección del Papa León XIV, un personaje que nos cayó del cielo este jueves ocho de mayo. Robert Francis Prevost, para más señas, el segundo pontífice americano consecutivo. Estadounidense de origen y nacionalizado peruano, en reemplazo de nuestro querido y carismático Francisco, el «Papa de los Pobres». Nos surgió la pregunta “quitasueño” para muchos: ¿será que el nuevo jerarca de la Iglesia le echa un ojo al fútbol con el mismo fervor que sus antecesores, como el propio Francisco o el legendario Juan Pablo II? ¡Averigüémoslo, mi gente!
Más allá de la biografía oficial de León XIV, la verdad es que no sabemos si es un fanático empedernido del fútbol, como sí lo eran los otros papas que mencionamos. Y eso que desarrolló buena parte de su apostolado en Chiclayo, una zona populosa de Perú donde la pasión futbolera hierve con equipos como Juan Aurich, Pirata FC o San Lorenzo de Almagro de Chiclayo. A lo sumo, se rumoreó que el nuevo Sumo Pontífice le echa un ojo al tenis y, según un chismoso, también al baloncesto. Aunque, como bien sabemos, en su natal Estados Unidos, el béisbol es el deporte rey, ¡Así pues, jonrón puro es lo que manda por allá!
Nuestro recién desaparecido –en el cargo, por supuesto– Papa Francisco, más allá de su carisma natural que arropó hasta al más ateo, tenía una afición desbordante por el club San Lorenzo de Almagro, ¡del cual hasta tuvo carnet de socio!. El Mundial de Catar 2022, ese que ganó Argentina, nos mostró a un Papa súper humano, ¡hinchando a rabiar por su selección! Y al final, se tituló campeona mundial. ¡Qué casualidad, no? En fin, Francisco, el “Papa de los Pobres”, vibraba con el mismo fervor, igual ante una sotana que ante un uniforme de fútbol, un aficionado declarado a los deportes. ¡Así da gusto tener un líder espiritual!
Pero si de futbolistas papales hablamos, el que sí fue un jugador de verdad, verdad, fue Juan Pablo II, nuestro «Papa Peregrino». En su juventud, aparte de su apego espiritual -que lo llevaría al solio papal posteriormente-, se dedicó, entre otras cosas, al fútbol. ¡Y era un portero notable en su natal Polonia con el club MKS Cracovia!. Es más, hasta vio acción en partidos con otras comunidades religiosas. En suma, como bien podría decir el dramaturgo romano Publio Terencio Africano con relación a este Papa súper mediático: “Nada humano me es ajeno”. O, mejor aún, usando un consabido latinazgo, para que el cerebro haga chispas: «Humani nihil a me alienum est». ¡Un crack, Juan Pablo II!
¿Sabías, amable lector, que hay un santo de los futbolistas?. ¡Sí, mis panas! Del amplio abanico de santos del listado católico, el santo de los futbolistas es quien menos te imaginas. En efecto, San Luigi Scrosoppi es el santo patrono de los futbolistas, ¡aunque en su vida jugó fútbol!. ¿Cómo es eso?. Bueno, la cuestión tiene su meollo: San Luigi vivió entre 1804 y 1884, cuando el deporte estaba en pañales. Pero su fervorosa e incansable labor para la Congregación de la Divina Providencia y un montón de orfanatos, en fin, en apoyo de los niños y jóvenes fue, por demás, ¡notable!. Eso llevó a que el empresario austríaco Manfred Pesek, un furibundo del balompié, lo propusiera ante el clero como el santo de los futbolistas. San Luigi fue canonizado por Juan Pablo II en 2001. ¡Hasta aquí esta curiosa historia de Fútbol, Papas y Santos! ¡Nos vemos en la próxima jugada!.
Comentarios del Fútbol Sin Pausa a @nestor_beaumont