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·26 de novembro de 2024
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El inicio de partido sorprendió por la alineación elegida por Simeone. Dos hombres más que habituales como Koke y Griezmann partían desde el banquillo en un partido clave en Europa. El Atlético se medía al Sparta Praga en un duelo donde la intensidad fue clave. Los colchoneros eran sabedores que los checos buscarían sorprender de inicio, por ello se hicieron con la posesión de balón y la presión era muy alta. Esto generaba errores en la salida del Sparta, algo que supo aprovechar el equipo del Cholo.
Fue al cuarto de hora de juego cuando Julián Alvarez robó en el medio del campo. Echó a correr el argentino, que fue derribado en la frontal del área. Una falta muy beneficiosa, centrada y que Julián Alvarez transformaba de forma maravillosa. Un auténtico golazo del argentino que ponía por delante al equipo. Una falta directa que reflejaba el buen hacer de los rojiblancos (esta noche de gris).
Con el correr de los minutos el Sparta Praga buscaba subir las líneas para evitar que el Atlético pisase con tanta frecuencia su área. Pero la presión colchonera era muy efectiva, tal fue así que en otro robo y en otra contra se pudo hacer el segundo. Julián lanzó al equipo y cedió el esférico a Sørloth, que tras recortar de forma maravillosa la pegó abajo, donde apareció Vindahl de manera espectacular. Un auténtico paradón evitó el segundo tanto que ampliara la ventaja en el luminoso.
Julián Alvarez tras golpear la falta directa que acabó en el fondo de la red | Foto: Club Atlético de Madrid
Había sido la más clara, aunque antes Giuliano la tuvo tras un centro desde la izquierda que remató desviado. El Atlético era consciente de la importancia de ganar, pero también de poder hacerlo con muchos goles y dejando la portería a cero. Por eso del golaveraje. El marcador no reflejaba el buen hacer de los de Siemone, bien plantados con un 4-4-2 y comandados por Julián. Y fue justo antes del descanso cuando Llorente colgó un centro que Sørloth dejó pasar y se coló al fondo de la red. Con suspense pero en una gran acción del noruego, se ampliaba la ventaja en el marcador justo antes del descanso.
El partido estaba siendo más que bueno, de todos. Arriba Sørloth aguantaba cuando había que hacerlo, basculaba en momentos clave e incluso lanzaba la contra. Todo ello sumado al gran trabajo a la hora de lanzar la presión. Y en una de esas acciones, se la acomodó y puso un pase perfecto a Giuliano, que tras un gran control, la pegó con la zurda y pudo hacer el tercero. La tajó Vindhal en un gran inicio de un Atlético que quería seguir haciendo goles en Praga.
Y si el juego era bueno, el resultado empezaba a ser mejor. Robó el Atlético, lanzó la contra por medio de Julián y tras una gran pared con Giuliano, el argentino anotó el tercero del equipo y el segundo en su cuenta particular. El tercero de la tarde justo después de que Griezmann entrara al campo en el lugar de un gran Sørloth.
Julián Álvarez celebra el segundo de sus dos tantos en Praga | Foto: Club Atlético de Madrid
No sufría el conjunto colchonero, que con la victoria encarrilada buscaba dejar el golaveraje a cero. Con el 0-3 en el luminoso, hacía falta un tanto más para dejarlo a cero. Y así fue. Entró Llorente por la derecha para poner el balón en el punto de penalti y Griezmann, con un control de izquierdas y un remate con la diestra, puso el cuarto de la noche. Un gran gol con aún veinte minutos por delante en tierras checas. Disfrutaba la afición desplazada, incluso los sancionados que se habían quedado en las calles de Praga.
Con cuarto de hora para el final y el partido sentenciado, Giuliano buscó en una contra a Julián, para que certificase un hat-trick. Pero no pudo ser. Justo después, ambos, junto a De Paul y Barrios fueron sustituidos. Era momento de dosificar minutos y en su lugar entraron Riquelme, Lino, Koke y Correa. Y fue este último quien robó en la medular y lanzó una nueva contra. Abrió a la izquierda para que Lino avanzara metros y colocase un balón preciso al área que Correa envió al fondo de la red. Era el quinto de la noche, una plácida por fin, que volvía a poner al equipo con un golaveraje positivo.
Todo parecía acabado, aún habiendo revertido el problema de los goles. Pero justo antes del final, Correa hizo una de las suyas de cada partido, se la guisó y se la comió y puso el sexto. Un gran gol para poner el +2 en el golaveraje y sentenciando un partido cerrado desde hace ya varios minutos. Una noche festiva para el Atlético y su afición en Praga.