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·31 de agosto de 2025

Carlos Romero instaura el estado de felicidad en el Espanyol (1-0)

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Gran inicio de temporada del Espanyol, que volvió a firmar una notable actuación ante cerca de 30.000 pericos. Los de Manolo González superaron por la mínima a CA Osasuna gracias al gol de Carlos Romero en el segundo tiempo después de una primera parte que dejó notas positivas. Y como es costumbre, sufriendo y aguantando en los instantes finales. Así pues, son siete de nueve puntos y los blanquiazules se van al parón en un excelente momento de forma.

Manolo González tiró de meritocracia y demostró que, por fin, tiene fondo de armario en su plantilla. Dejó a su ariete Roberto Fernández en el banco y alineó al intenso Kike García, en su primera titularidad como blanquiazul en LaLiga. El gallego también cambió a Miguel Rubio por Fernando Calero respecto al encuentro frente a la Real Sociedad.


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El arranque del Espanyol fue eléctrico gracias a un Tyrhys Dolan que puso su chispa para asustar en el primer minuto de juego a la formación rojilla. Robo del inglés que mandó a correr a un Pere Milla que centró al pie de Kike García, al que se le marchó alto su disparo. De ataques procedentes de Milla se trató, pues sobre el cuarto de hora el ilerdense volvió a causar estragos a la defensa rojilla, tan sólida como ordenada. Dejó en bandeja de plata el cuero a Kike García, que volvió a obligar al meta de CA Osasuna a hacer galones de sus virtudes bajo palos.

Después de un tramo de tranquilidad de la formación blanquiazul con el control del cuero, pero sin profundizar, el equipo de Alessio Lisci se vino arriba y dio un paso al frente en el juego tras marrar un mano a mano: Marko Dmitrovic dejó en vano el contraataque lanzado por Víctor Muñoz y culminado por Ante Budimir. El juego se volvió rojillo, pero sin colmillo y con tan solo una falta que lanzó Aimar Oroz y que se fue arriba. Por su parte, el Espanyol sí que dejó huella de sus principales cualidades, pues volvió a aprovechar una recuperación en el centro del campo para lanzar una transición que por poco no acabó con uno de los goles de la temporada. La chilena de Javi Puado se fue alta.

La formación blanquiazul se repuso del tímido dominio osasunista para atreverse con el balón y comenzar a trenzar jugadas. El desacierto en los metros finales dejó atisbos de emoción en el estadio, pero sin alegría final. Un querer y no poder. Incluso, justo antes del descanso, Moncayola estrelló el cuero al larguero y tocó la línea de gol, pero fue fuera de juego. La fortuna estuvo de parte espanyolista.

En la vuelta de los vestuarios, el Espanyol volvió a entrar con buen pie. Manejando los tiempos del juego y buscando los huecos de la bien puesta defensa de Osasuna. Dolan firmó una frivolité para dejar en línea de fondo solo a Omar El Hilali, que puso un centro repelido por Catena. Lo que nadie se esperó fue ver a Carlos Romero aparecer como elefante en cacharrería, recoger el rechace y embocar el cuero a la cepa del poste para adelantar a los blanquiazules. Los casi 30.000 espectadores instauraron la alegría.

Urko González de Zárate y Luca Koleosho, ambos por segunda ocasión, debutaron con la elástica blanquiazul. Poco protagonismo de ambos provocado por la mejora y el empuje de los pamplonicas. Los de Manolo González estuvieron sometidos y a duras penas lograron salir de su campo para poder matar el duelo. La competitividad volvió a lucir sobre el verde del RCDE Stadium y tanto Dmitrovic, sólido en sus intervenciones, como el correoso bloque defensivo tan solo sufrieron en algún centro lateral que encontró la cabeza de Ante Budimir.

Y en el tiempo de añadido, Catena dejó sin suspiro a la afición perica durante unos segundos. El central, solo con la portería prácticamente vacía, no conectó bien con el balón y paró el meta serbio. Supo sufrir el Espanyol, que sigue en un magnífico momento de forma y dejó en casa los valiosos tres puntos. Siete de nueve y al parón. Deben disfrutarlo.


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