Caparrós no es mago pero vuelve a sumar | OneFootball

Ni Joaquín Caparrós ha conseguido inyectar el gen competitivo, mínimo exigible a una plantilla cortita de calidad, aunque volver a sumar un punto ya es oro

El regreso de ‘Batman‘ a Nervión motivó al sevillismo con la vuelta de mordiente en el equipo, del pragmático lema de la casta y el coraje del que no se ha visto ni un atisbo en la involución que se alarga y ya es normalidad. Ni eso ha conseguido Joaquín Caparrós y no es porque haya cambiado el utrerano en su paso por Armenia. Por lo pronto, su seña de identidad ha comenzado con el 4-4-2, pero faltó garra. Era lo necesario, y quizá llegará, porque en cuatro entrenamientos ni Guardiola transforma un equipo y ‘Jokin’ no es de llevar encima una varita.

Sorprendió apostando por la cantera, con la primera titularidad de Ramón Martínez en Primera División, además de alinear a Peque para acompañar a Isaac Romero, que parecía que era lo que le faltaba al lebrijano para volver a ver portería pero ni con esas. Líneas más juntitas, fútbol directo y pelotazo arriba. Pronto llegó el gol con una jugada made in Caparrós: balón de Nyland a Carmona, se apoyó en Lukebakio y este al hueco con Agoumé para centrar un balón a la olla que rematara Peque. Cuatro pases y para adentro.

Se olvidó de la pelota el Sevilla, no la quiso y replegó en constante espera del fallo para salir en tromba. Sufrió atrás y no es menos efectivo si no es porque el equipo deja mucho que desear. Hay que mirar al palco y a la dirección deportiva por ello. Tanto Pedrosa como Ejuke quedaron señalados por una jugada calcada en el primer aviso de Guridi y en el gol de Kike García. Impasibles, anestesiados. En ambas ocasiones se encuentran Jordán -que hizo un gran partido-, Tenaglia y Carlos Vicente para conectar a placer con los atacantes en el área. Ejuke desperó a Caparrós y lo sustituyó, que de haber tenido a Kike Salas en el banquillo, sin lugar a dudas lo habría acompañado Pedrosa en el cambio.

A pesar de que la primera parte no fue mala, la segunda terminó por abrumar a los presentes en el Ramón Sánchez-Pizjuán. El cambio de Saúl, lejos de conseguir el efecto deseado de mantener la pelota en el centro del campo, mató al equipo. Ni un minuto más debería el ilicitano llevar la camiseta del Sevilla Fútbol Club. Todo lo contrario para Suso, defenestrado por García Pimienta, que en media hora penetró, pidió la pelota y tuvo el gol en el 94′. Lo más potable incluso con un físico que da lo justo para un ratito de fútbol.

Suso doblando a Juanlu. Fotografía de Fernando Vázquez

No quieran un fútbol de toque, ni esperen ver en las próximas jornadas un cambio drástico que se acerque al juego fino para el deleite de los más exquisitos. Marrullería y no perder como estilo innegociable. Que aunque quieran ahora beatificar a García Pimienta, un solo partido le ha bastado a Joaquín Caparrós para cortar la racha de cuatro derrotas consecutivas. A seis del descenso y con una hucha de 37, solo le faltaría a este Sevilla sumar un puñado más para superar la barrera de los 40 y poner fin a una temporada que ha pasado de la tranquilidad a la agonía.

La Filigrana SVQ | Miguel Palomino Gómez