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·03 de dezembro de 2024
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El mes de noviembre se ha portado bien con el Atlético de Madrid. Un octubre ominoso terminó en el Villamarín con una derrota ridícula por parte de los rojiblancos. Ese día se tocó fondo a nivel deportivo y muchos pedían la cabeza de Simeone. Un mes después, la situación es radicalmente distinta. Existen varios factores que componen la reconstrucción del combinado colchonero. El más importante es la reaparición de una premisa clave dentro del «Cholismo»: la competencia interna.
Simeone ha repetido constantemente que un equipo es más competitivo cuanto mayor sea el nivel de competencia dentro del grupo. Está demostrado que el entrenador argentino trabaja al máximo nivel cuando sus jugadores disputan cada entrenamiento como si fuera el último. Es exactamente lo que ha ocurrido a lo largo de este mes de noviembre y en las mejores etapas del Cholo como entrenador.
Giuliano Simeone, la gran sorpresa del curso en el Atlético de Madrid. Fuente: cuorerojiblanco Vía: X
Son las claves del nuevo Atlético de Madrid. La defensa de cinco ha desaparecido por completo y Simeone ha vuelto al esquema que le hizo bicampeón nacional. Una zaga de cuatro marcada por un Galán que es intocable en la banda izquierda y un medio del campo liderado por la figura menos esperada: Giuliano Simeone. A lo largo de este mes, uno se da cuenta que no hace falta hacer prueba de paternidad a Giuliano. Ha heredado los valores de su padre: veloz, valiente y de sangre caliente. Parece contagiar a los demás compañeros con su rabia y coraje, peleando cada balón y cada disputa a un ritmo superlativo. Mientras siga así, nadie le va a quitar la banda derecha.
El nuevo esquema también ha potenciado el nivel de muchos jugadores. Lenglet en defensa parece haber encontrado su espacio junto con Giménez. El uruguayo ha dejado atrás sus problemas físicos, y eso el Atleti lo nota mucho atrás. En el medio, junto con Giuliano, Barrios ha quitado el puesto al capitán Koke, el cual se encuentra muy lejos de su mejor nivel. De Paul si tiene el día es indiscutible. Y Gallagher en banda aprovecha sus virtudes físicas por encima de sus evidentes carencias técnicas con el balón en los pies.
Por último, no se puede negar que Julián Álvarez ha terminado su periodo de adaptación. «La Araña» comienza a carburar y es el mejor futbolista de este Atlético de Madrid. Creativo y letal cuando ve portería (10 goles en 16 remates a puerta esta temporada). Imaginativo cuando juega de falso nueve, apoya a Griezmann arriba con constantes desmarques verticales. El francés sigue siendo básico en la fórmula de Simeone. El otro día en Valladolid dio un auténtico recital y marcó el gol de la jornada. Ambos futbolistas mantienen a Sorloth en el banquillo, a pesar de la enorme capacidad que tiene el noruego para convertir cuando entra desde el banquillo. Una mención especial también para Correa, que sigue siendo el ojito derecho de Simeone cuando llegan las dificultades.
Todo esto constituye el fantástico estado de forma de la plantilla. Transformaciones radicales en el esquema han dado lugar a un nuevo Atlético de Madrid. Jugadores como Giuliano Simeone han cambiado la dinámica y hacen creer de nuevo a la afición del Metropolitano. Si existe competencia interna, se da un equipo competitivo. Habrá que ver qué depara diciembre tras un noviembre de resurrección.