Xabi Alonso lo vuelve a hacer. Todo lo que ha cambiado al Real Madrid | OneFootball

El Real Madrid ganó 0-4 al Tirol, en Austria, en lo que fue el último partido de pretemporada para el conjunto blanco. Xabi Alonso, que se mostró feliz y contento por el partido de su equipo de los suyos, «encendió» a la afición en lo que fue la última puesta a punto antes del inicio liguero, el próximo 19 de agosto, a las 21:00 horas en el Santiago Bernabéu, contra Osasuna.

El entrenador vasco tiene a todos enchufados, y las sensaciones antes del primer partido oficial son buenísimas. Güler y Mbappé están pletóricos, Militao ha regresado de su lesión a un excelente nivel, Carreras ha deslumbrado en su primera titularidad como jugador blanco y Rodrygo volvió a ver portería. Además, los canteranos, Yáñez y Thiago Pitarch, disfrutaron de algunos minutos en la goleada del Real Madrid en territorio austriaco.

El Real Madrid finiquitó el trámite en los primeros 17 minutos. Tras un centro de Brahim desde el costado derecho, Éder Militao remató de cabeza, en un remate sublime, para introducir con sutileza y técnica, el balón al fondo de la red. El equipo de Xabi se adelantaba en el marcador, tras varios avisos previos como el chut de Güler al larguero o la doble ocasión de Mbappé y el propio Arda. Tras el 0-1, el Madrid no se cansó y fue a por más. Sin baja el pie del acelerador, el segundo llegó después de una asistencia de Güler al Kylian, que acabó en gol del francés. No estábamos en el ecuador del partido y el conjunto blanco ya había resuelto su compromiso amistoso en Austria.

Ya en la segunda parte, el Real Madrid siguió buscando al Tirol, que dio un paso hacia atrás, y redondeó la goleada con otro tanto de Mbappé y uno de Rodrygo, en los instantes finales. A la media hora de encuentro, el técnico tolosarra movió fichas, e introdujo varios cambios: Lunin por Courtois, Carvajal por Trent, Rüdiger por Huijsen, Alaba por Tchouaméni, Rodrygo por Vinicius… algo impensable hace unos meses con Ancelotti. Es cierto que el contexto de partido es diferente, ya que se trataba de un amistoso de pretemporada, pero aún así, Alonso ya ha probado varias cosas que anteriormente Carletto no hizo.

Las diferencias de Xabi Alonso con el Real Madrid de Ancelotti

Ante todo, Xabi ha confiado desde el primer momento en Arda Güler para el centro del campo. El futbolista turco del Real Madrid se siente cómodo jugando en la base del centro del campo, cerca de los centrales con esa capacidad de liderar al equipo desde la posesión de pelota, y teniendo mucha libertad en ataque cuando el Real Madrid se ‘desmelena’ en ataque. Güler sabe que Xabi le ha dado la confianza que Ancelotti no le dio, y con minutos y regularidad, está demostrando el jugadorazo que es. El italiano, sin embargo, dijo hace unos meses que tenía que «chupar banquillo» si quería triunfar en el club madridista.

Otra de las grandes diferencias es la velocidad del juego y la intensidad del equipo a diferencia de la temporada pasada. En el curso anterior, el ritmo con balón era más lento, los jugadores realmente no sabían qué hacer, qué movimientos trazar y no conseguían desarbolar a las defensas rivales debido al juego plano que practicaban los blancos. Ahora, eso ha cambiado. El nuevo Real Madrid es capaz de presionar en bloque tras perder el balón, de replegar y de defender más junto, y no simplemente por acumulación de jugadores en el área propia.

Por último, unas de las principales y más claras diferencias ha sido las oportunidades que Xabi ha dado a los jóvenes desde el primer momento en que se sentó en el banquillo madridista. Carletto siempre ha sido muy de los suyos y de morir en el campo con los ‘pesos pesados’ del vestuario que le dieron todo. Sin embargo, Alonso confió en Gonzalo en el Mundial de Clubes, e hizo lo propio con los canteranos Thiago Pitarch y Daniel Yáñez. El tolosarra entiende a la perfección la filosofía del club, que no es otra que ganar siempre, y además, da oportunidades a futbolistas que se lo ganan en el campo. Esa es otra, por si fuera poco, Alonso no se casa nadie, por lo que la meritocracia va a primar por encima de cualquier individualidad diferencial.