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·2 dicembre 2024
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El equipo de Flick, tras un octubre deslumbrante, ha perdido el golpe de pedal en un noviembre para olvidar en LaLiga EA Sports con un punto sumado de los últimos nueve posibles.
Después de haber encontrado el camino y la velocidad adecuada, el Barcelona de Hansi Flick se ha perdido. El inicio abrumador de temporada que llegó a su punto álgido la semana en la que el conjunto catalán ganó un miércoles al Bayern de Múnich en Montjuïc por 4-1 y al Real Madrid en el Santiago Bernabéu por 0-4 parecía que lanzaba al conjunto blaugrana a toda marcha hacia un curso para enmarcar, pero la llegada del mes de noviembre ha coincidido con un bajón inesperado. En Europa la trayectoria sigue firme tras el primer despiste en Mónaco, pero en LaLiga EA Sports el equipo ha perdido la brújula sumando un punto de los últimos nueve posibles.
La derrota del sábado ante la UD las Palmas, la primera en casa esta temporada, se une al empate en Vigo en un final de partido nefasto en el que los blaugrana dejaron escapar una ventaja de 0-2 y a la derrota en el Reale Arena por 1-0 contra la Real Sociedad.
Tras el empate de Vigo ante el Celta, Flick leyó la cartilla a sus jugadores, que parecieron hacer propósito de enmienda en el partido siguiente ante el Brest en Champions, que ganaron por 3-0. Pero el fin de semana volvieron a las andadas y cayeron en casa ante el conjunto grancanario. Al final de ese partido el que explotó fue Raphinha, el mejor jugador del Barça este curso y autor de un gol el sábado, que reconoció que “se están haciendo muchas cosas mal”, un diagnóstico que minutos más tarde compartió el técnico en la sala de prensa.
Los motivos que explican que el Barcelona haya perdido el golpe de pedal son variados. A nivel de trabajo colectivo el equipo ha perdido la chispa a la hora de presionar. Hay mucha menos intensidad y algunos jugadores que estaban excelsos en los primeros meses han bajado el nivel. Koundé y Lewandowski, que sigue marcando, pero ya no se asocia como antes, serían ejemplos claros. Y sin presión, no hay táctica de fuera de juego.
También están las ausencias de futbolistas como Lamine o Casadó, que a su edad parecen imprescindibles.
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