Siguen los problemas para Independiente: el equipo juega mal, sólo empató en Córdoba y se lesionó Loyola | OneFootball

Este es el lapidario comentario escrito por Nahuel Lanzillota para el portal partidista Infierno Rojo, tras el empate sin goles ante Instituto de Córdoba

Esta versión de Independiente segundo semestre es un somnífero letal. Si andás con problemas para conciliar el sueño o sufrís de insomnio, mirate al Rojo y quedás frito en pocos minutos. Te duerme este equipo de Julio Vaccari que, lamentablemente dejó en el olvido el muy buen rendimiento de la primera parte del año. Es otro.

Lejos de mejorar, empeora. El empate sin goles ante un pobre Instituto fue otra actuación decepcionante del elenco de Avellaneda, que esta vez extrañó a Santiago Montiel, ausente por un estado febril. El ex Argentinos es el único que ofrece algo de rebeldía en el ataque. Sin él, el entrenador decidió incluir a Walter Mazzantti nuevamente por la derecha y nuevamente entregó un rendimiento chato. No desborda, no gana en el uno contra uno, no centra y cuando le pega al arco lo hace sin fuerza.

Para colmo, lo sacó a Lautaro Millán por la vuelta de Matías Abaldo y así mantener a Gabriel Avalos de nueve. Encima, los pitos siempre le tiran a matar. Ahora el que hizo la tarea fue Lobo Medina. De todos modos, el Diablo hace todo lo posible para no ganar. Y los cambios de Vaccari no ayudan. Todas las variantes fueron puesto por puesto, con el único objeto de refrescar piernas y no modificar ni esquema ni la búsqueda, como si estuviera conforme con el nivel.

Tarzia por Abaldo, Millán por Cabral, Pussetto por Avalos, Valenzuela por Zabala… ¿Por qué no probar formando sociedades? ¿Por qué no juntar a Millán con Cabral? ¿Por qué no apelar a un cambio de esquema, por ejemplo con un doble 9? ¿O por qué, incluso, no sacar a Avalos por un extremo y volver a probar con Abaldo de falso centroatacante para ver si así le generaba un desorden defensivo al rival?

Ni una cosa ni la otra. Sostuvo todo solamente cambiando nombre por nombre. Sin sorpresa. Sin rebeldía. A partir de los cambios de Vaccari el local puso contra un arco al Rojo e hizo figura a Rey. Más de lo mismo fue Independiente. Más de una mediocridad futbolística alarmante que hace justo su último puesto en la Zona B. De mal en peor.

LA LESIÓN DE FELIPE LOYOLA

Un duro golpe durante el partido entre Independiente e Instituto sacó a Felipe Loyola del campo de juego y puso en vilo al Rojo. El futbolista chileno sufrió una dolencia en su clavícula derecha tras un choque con Francis Mac Allister y no pudo completar los 90 minutos ante la Gloria.

La jugada ocurrió a los 38 minutos del primer tiempo, cuando el volante de Independiente fue a disputar la pelota con Mac Allister.

En ese momento, el jugador de la Gloria empujó a Loyola por la espalda, haciéndolo chocar violentamente contra los carteles luminosos. Aunque el chileno intentó seguir, pocos minutos después se resintió de la zona afectada y pidió el cambio.

El golpe no solo causó gran dolor a Loyola, sino que también generó un fuerte reclamo hacia el árbitro Lobo Medina, quien, lejos de cobrar la falta, amonestó al futbolista chileno por protestar cuando lo reemplazaban por Pablo Galdames.

En el banco de suplentes, los médicos aplicaron hielo en el hombro y la clavícula derecha de Loyola mientras en el cuerpo técnico de Independiente crecía la preocupación.

La lesión de Loyola llega en un momento inoportuno, ya que en los próximos días debe viajar con la Selección chilena para las Eliminatorias Sudamericanas.