Opinión | Cura de realidad | OneFootball

Se puede hablar de grandes objetivos. De las bajas de la plantilla en general, sobre todo en la medular. De si la plantilla está compensada o no. De los milagros de Manuel Pellegrini. De estadísticas después de un parón de selecciones. De si es necesario reforzar el equipo en el mercado de invierno. Son cuestiones con mayúsculas, dignas de los titulares de los medios de comunicación deportivos y de los debates entre profesionales futbolísticos, incluidos los gestores de la entidad. Pero, quizás, el trabajo duro, el que costará grandes esfuerzos y mucha paciencia, radique en la concienciación. Según la RAE la concienciación es un proceso de crecimiento y desarrollo que busca una mayor comprensión y apreciación de una situación. Esto no se trata en las sesiones técnicas y tácticas. Porque el problema, en realidad, es llegar al gen competitivo de la plantilla y el cuerpo técnico para sacarlos de su zona de confort.

Hago esta reflexión dada la sensación de deriva deportiva que muestra el grupo, y me atrevo a decir que también el club. Respecto a la plantilla, la ausencia de un líder dentro del campo y en el vestuario es abrumante, alguien que tenga ambición por hacer cosas importante, que imponga criterio, responsabilidad y pegue dos gritos cuando sea necesario. En cuanto al club, hace tiempo que se piensa más en recaudar y sanear, que en realizar un proyecto deportivo ambicioso y ganador, y esto, contagia a jugadores y cuerpo técnico en una mediocridad preocupante. ¿Están concienciado directivos, jugadores y cuerpo técnico a donde quieren llegar? ¿Tienen claro los objetivos actuales?

Centrándonos en lo puramente deportivo, el equipo verdiblanco compareció y compadeció en Valencia el pasado sábado. Mas allá de una primera parte igualada, donde los verdiblancos en ningún momento tuvieron el control del partido ante un valencia que jugó con más corazón que cabeza. Primera mitad que invitaba al sesteo tanto por el juego como por la hora del partido. La segunda mitad, sobre todo los diez primeros minutos, fue una aberración futbolística y de errores groseros en clave bética, donde recibió tres goles en un abrir y cerrar de ojos ante un equipo que llevaba treinta días sin competir. Preocupante la actitud con la que los heliopolitanos salieron del vestuario, impropio de jugadores profesionales que aspiran a estar en la zona alta de la clasificación. Parece que la necesidad y el ambiente “festivo en las gradas” tras la desgracia valenciana hizo que la plantilla se contagiara y desconcentrara para sacar a los “ches” del barro clasificatorio.

Muy largo se le presenta al club lo que queda de año, tanto con las lesiones actuales, como a los rivales próximos a los que se tiene que enfrentar. El horizonte más reciente debe ser llegar vivo al mes de enero, donde posiblemente reaparecerá Isco, y se abre el mercado de fichajes, aunque el CEO del club Ramón Alarcón (de este personaje da para hablar largo y tendido…) dijera hace unos días que con la plantilla actual era suficiente para los objetivos marcados y no sería necesario acudir al mercado… habría que preguntarle por esos objetivos, o recapacitará visto lo visto y dirá que fue un ¿“lapsus linguae”?.