Offsider
·5 maggio 2024
Offsider
·5 maggio 2024
El Girona doblegó al Barça (4-2), certificando su acceso a la Champions League y adelantando a los blaugranas en la clasificación, situándose como segundos, a falta de 4 jornadas.
Partido de notable alto para el guardameta argentino. Encajó dos goles en los que poco pudo hacer, pero intervino en momentos cruciales con hasta 5 paradas, 3 dentro del área. Sostuvo al equipo en la primera mitad y no arriesgó en exceso con el balón en los pies.
El mejor de la línea defensiva, aguantó el tipo y demostró todo lo que sabe hacer ante su exequipo, el cual no extrañaría que intentaran convencerle para quedarse viendo sus buenas actuaciones. Recital defensivo, solo perdió dos duelos en todo el partido. En el primer tramo de partido tuvo que hacer de lateral en la parcela ofensiva y se le vio algo más exigido.
No sufrió en exceso. Solventó con éxito las ocasiones más peligrosas y estuvo atento a las coberturas. Fue el damnificado del cambio de sistema en la segunda mitad.
No vimos su mejor faceta, la creación de juego desde atrás. La presión de los de Xavi dificultó sus conducciones y el neerlandés se vio obligado a centrarse en labores defensivas puramente. Jugó bastante escorado a banda izquierda, cubriendo las espaldas a Miguel.
Encontró los huecos por el medio y se incorporó con facilidad en ataque, eso sí, dejando algo desprotegida su espalda, por donde Lamine Yamal tuvo una autopista que supo aprovechar. Cometió un penalti absurdo e involuntario, pero se resarció anotando el tanto del 3-1. Un lateral con clara vocación ofensiva.
A diferencia de otras tardes, el de Ulldecona no encontró su mejor versión, seguramente por la fuerte presión visitante. Es el encargado de todas las acciones a balón parado, pero no estuvo fino en los golpeos de balón. Pese a ello, es imprescindible para Míchel y el equipo le necesita.
El venezolano estuvo en todas partes. Hizo de todo. Bajó a recibir, se giró, apareció desde segunda línea y tuvo varias ocasiones claras en sus botas y se vació sobre el césped de Montilivi. La definición exacta de mediocampista box-to-box.
Es un jugador capaz de encontrar los huecos y sorprender a los rivales a sus espaldas. Ayer, de nuevo demostración de inteligencia táctica, para ser el encargado de romper las líneas de presión. Entendió a las mil maravillas lo que exigía el partido en cada fase.
Era la principal novedad en el once titular en lugar de Couto, y se le vio algo falto de ritmo. Viene de lesión y es totalmente comprensible, en un encuentro tan reñido y con tanta intensidad en cada lance. Cambio obligado en el segundo acto.
Le tocó bailar con la más fea, un defensor férreo como Koundé. Fiel a su modo de ser, lo intentó siempre que pudo y fue un dolor de muelas para la zaga blaugrana.
Desde el primer minuto se le vio enchufado, quien sabe si porque enfrente tenía a Lewandowski, uno de sus perseguidores en la lucha por el pichichi. Estuvo muy atento y vio portería en una de las primeras acciones en las que interino, ganando la espalda a Cubarsí. Volvió locos a los centrales del Barça y realizó una masterclass de jugar de espaldas y bajar balones. Un golito más y ya van 19 para el ucraniano.
Girona Fc (Twitter)
Se puso la capa de superhéroe y fue el encargado de clasificar al equipo de su vida y de su corazón a la Champions League por primera vez en toda su historia. Entró, y en la primera toma de contacto con el balón, gol. Acto seguido, apenas unos minutos después, gol de bandera, con una espectacular volea desde la frontal para poner a Montilivi a sus pies. El hombre de la noche.
Entró para dar aire fresco y cambiar el contexto del partido, cuando mejor lo estaba pasando el Barça. Aprovechó la inercia del Girona tras el gol de Portu y se sumó a la fiesta de la última media hora.
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