La segunda de las siete | OneFootball

La Copa Libertadores comenzó a disputarse en 1960, y había varios rivales fuertes en el continente. Sin embargo, como la historia manda, Independiente ya demostró su mística copera para lograr el 15 de abril de 1965 su segundo trofeo en dicho certamen, y de forma consecutiva.

En aquella histórica ocasión el "Rojo" definiría el torneo con uno de los máximos ganadores de la competencia: Peñarol de Uruguay. Pero el camino inició antes, en las semifinales, instancia en la que el "Rey de Copas" ingresó por ser el campeón de la edición anterior. El obstáculo a vencer, Boca Juniors, equipo al que venció en el primer duelo por 2-0, y con el que luego cayó por la mínima en el partido de vuelta. Tras el 0-0 en el desempate, Independiente se clasificó a la gran final. En la ida, anotaron Osvaldo Mura y Mario Rodríguez, mientras que el gran Miguel "Pepé" Santoro le atajó un penal a Norberto Menéndez.

La definición se comenzó a disputar en Avellaneda, con un triunfo 1-0 en la Doble Visera gracias al gol de Raúl Bernao. Luego, en Montevideo, el "Manya", que ya se había consagrado en las primeras dos ediciones, se impuso por 3-1 en el Estadio Centenario, con goles de Nestor Gonçalves, Miguel Reznik y Pedro Rocha, mientras que Vicente de la Mata descontó para el "Rojo".

Al haberse dado una victoria por lado, se jugó un desempate en el Estadio Nacional de Santiago de Chile, en el que el "Orgullo Nacional" no dejó lugar a dudas y goleó a Peñarol por 4-1, con tantos de Carlos Pérez, Raúl Bernao, Roque Avallay y Osvaldo Mura.

De seis Copas Libertadores disputadas, el "Rey de Copas" se había quedado con dos, y era el único equipo argentino que había levantado el título. Y a día de hoy continúa siendo el máximo ganador en la historia del torneo. Se pueden hacer muchas críticas por los momentos que el club vivió desde entonces, pero jamás bajarle el precio a los logros de Independiente, porque solo un equipo puede presumir de tener siete consagraciones como el mejor del continente.