Orgullo Rojo
·23 agosto 2025
Estamos solos

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·23 agosto 2025
El miércoles 20 a la noche, en el Estadio Libertadores de América, nuestro club, Independiente, finalmente tuvo una certera comprobación, la misma que socios e hinchas veníamos prediciendo: estamos solos.
Los hechos a esta altura son más que conocidos, todos los que estuvimos en el estadio lo vimos y sufrimos en carne propia. Una hinchada visitante, de otro país, con el resultado a favor antes de comenzar el partido, con un gol a los 5' convalidado por el VAR, que tenía todo a su favor para clasificar y llevarse a Chile el pase a los cuartos de final de la Copa Sudamericana, decidió, desde antes que rodara la pelota, destruir lastimar, vejar a empleadas, humillarlas, tirar sanitarios rotos, caños, butacas a los hinchas locales que estaban sufriendo el partido, más preocupados durante una hora y media en esquivar proyectiles, atender heridos y tratar de llamar la atención de las autoridades para interrumpir el partido que a vivirlo como hinchas. Esos socios e hinchas también pagaron su entrada, es su club al que mantienen con su cuota social y nadie los cuidó, si no paraban el partido los jugadores y los mismos hinchas el show seguía, tanto el árbitro como la Conmebol nada hicieron para detenerlo.
Todo eso no justifica el accionar de los que viven del club y no para el club, los violentos que decidieron ir "a hacer justicia por mano propia", decisión absolutamente desmedida e innecesaria, llena de cobardía porque cuando entraron quedaban solo un puñado de hinchas chilenos que no pudieron escapar y fueron víctimas de esa violencia salvaje que, ojalá, no solo sea castigada por el club sino por la justicia argentina. Lo único que lograron es lo que todos dijimos en el momento que transcurrían los hechos: pusieron las responsabilidades de igual a igual. Así, los violentos chilenos entregaron un grupo de heridos y pasaron a ser víctimas, a partir de allí comenzó toda una campaña donde los únicos apuntados es el Club Atlético Independiente. Todo lo que intentamos por todos los medios hacer conocer, no tuvo el eco que sí consiguieron los barras de la U chilena, que salieron de la comisaría y siguieron haciendo desmanes y amenazando a todo el mundo, con la insólita comprensión de varios medios de comunicación.
Nadie se preguntó cómo es posible que los dejen volver a su país existiendo denuncias penales que deben exigir una investigación para saber quiénes de todos ellos fueron responsables de lastimar y vejar a tanta gente inocente.
Independiente está solo, no tuvo el apoyo de AFA, como lo tuvieron River o Rosario Central cuando atravesaron problemas similares, no tuvo el apoyo de la Conmebol, que también es responsable de lo sucedido por su inacción para detener el partido y habilitar la tribuna alta-ahora ellos, que son responsables visibles deberán laudar y castigar a otros-, también estamos solos porque quedamos en el medio de una pelea política. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich acusó a la policía bonaerense para tratar de poner cargas de culpabilidad en el gobernador Axel Kicillof, olvidando la suya: nadie dice que los chilenos tienen antecedentes, de hecho, un grupo de los hinchas que nos visitaron tienen prohibido ingresar a los estadios en Chile y ya participaron de vandalismo y violencia cuando visitaron a Estudiantes de La Plata, por Copa Libertadores, meses atrás. Aún así, migraciones los dejó entrar al país e ingresar a un estadio, algo que en su país ya no pueden hacer. El gobierno de la PBA también es responsable, la policía bonaerense brilló por su ausencia, pero ante la duda inmediatamente clausuró el estadio y liberó a los hinchas chilenos por "falta de pruebas" (SIC)...increíble.
Y estamos solos porque no tuvimos la solidaridad de otros clubes que miran la tabla de copas y esperan que sancionen a Independiente inhabilitándolo a jugar próximas competencias internacionales y tener un rival menos para vencer, sin pensar que esto le pudo haber ocurrido a ellos. Los medios masivos también hicieron carne con el club, y no por la crítica despiadada que merecidamente tienen ganada los violentos que se cruzaron de tribuna a agredir y lastimar, sino porque se quedaron solo con esa parte de la película y les costó horrores reconocer lo previo.
Podría decir, para ponerle mística a este comentario, que "no importa", que "somos nosotros en las buenas y en las malas", que "somos Rey de Copas y contra eso no podrán", pero no tiene sentido, apenas serviría para aliviar el decaído estado de ánimo de los hinchas del Rojo. Estamos solos frente a un problema inmenso, quizás el drama institucional más grande después del descenso de 2013, la sanción de Conmebol puede ser "ejemplificadora" al punto que nos puedan quitar la chance de pelear por algo en un futuro inmediato, aunque la lógica indique que no nos corresponde sanción deportiva porque el partido se suspendió por los desmanes violentos de los visitantes. "Que pague Independiente", todos nos desean y piden eso.
Mientras tanto los chilenos, que tuvieron el apoyo hasta de su presidente, Gabriel Boric, y de la Federación de Fútbol de Chile, que gentilmente le reprogramó el partido de este fin de semana para que los "inocentes" de la Universidad de Chile puedan acomodarese, nos acusan hasta de lo que no hicimos. Y lo pueden hacer porque la comunidad del fútbol de su país se encolumnó detrás de ellos.
Pero, principalmente y lo que no debemos soslayar, estamos solos porque aún convivimos con los violentos, los barras, a los que alguna vez le pusimos un límite cantándoles en la cara, a estadio lleno: "el club es de los socios". Nunca retomamos ese camino, hicimos todo mal, y ellos siguen estando, para lograr que aún en medio de una situación donde claramente somos apaleados, ultrajados, lastimados a la vista de todos, aun así, ellos estarán para hacer lo necesario para emparejar la situación y, por supuesto, para que sigamos estando solos.
No hagamos lo que nos hacen a nosotros, veamos, discutamos y reconozcamos todo lo que sucedió. Solo así podemos ser mejores.