¿Es Courtois el mejor portero de la historia del Real Madrid? | OneFootball

Una rotura de ligamentos seguida de una fractura de menisco en un tipo de dos metros de altura tumbaría a cualquiera y, seguramente, lastraría de forma muy notable su vuelta a los terrenos de juego, poniendo incluso en peligro su carrera deportiva, como ha pasado con otros porteros en los últimos años.

No es el caso de Thibaut Courtois, el gigante belga. Lesionado de máxima gravedad el pasado mes de agosto, con dolencia extra en el menisco cuando estaba a punto de reaparecer en abril, su retorno a los terrenos de juego ha sido, sencillamente, memorable. No cabe otra forma de calificarlo.

Ancelotti lo tuvo claro en cuanto el cuadro médico del Real Madrid le dio el OK. Lo empezó a poner. El resultado ha sido inmejorable: 5 partidos disputados, 0 goles encajados en Liga, donde realizó un total de 19 paradas, y titularidad en la final de la Copa de Europa, su primer y único partido en la Champions League de este año, con intervenciones salvadoras, portería a cero y la 15 levantada.

Un regreso de esta índole solamente esta a la altura del mejor portero del mundo. Y posiblemente, de uno de los mejores de la historia, donde compite de igual a igual con leyendas de todos los tiempos como el mítico ruso Lev Yashin, la ‘araña negra’; el italiano Dino Zoff o, echando la vista atrás y perdidos ya en la bruma de los tiempos, ‘El Divino’ Zamora, al que pocos o ninguno hemos visto jugar, pero que forma parte del santoral de los arqueros por lo que las crónicas cuentan.

En clave madridista, no tengo duda de que Courtois es el mejor portero que ha vestido la camiseta del club y eso, hablando del Real Madrid, es mucho decir.

Su competidor más directo es uno de los más recientes en el santoral blanco: Iker Casillas. Para muchos, Iker será el más grande de todos los tiempos, pero, en mi opinión, Courtois le saca varios cuerpos.

El belga es un portero sin fisuras. No por su palmarés, que es tremendo tanto a nivel particular (Trofeo Yashin, Guante de Oro del Mundial, Trofeo Zamora…), como general (doce títulos ganados con el Madrid, entre ellos dos Copas de Europa), sino por sus prestaciones como cancerbero.

Estamos hablando del paradigma del portero moderno. Alto como un ciprés, domina a la perfección el juego aéreo, uno de los puntos débiles históricos del Real Madrid. El terror de los llamados durante mucho tiempo ‘penaltis-córner’ se ha disipado con Courtois bajo los palos.

Como arquero de última generación, maneja los pies. No es Toni Kroos, pero tiene un buen nivel. No comete fallos, que es lo básico, y posee un buen desplazamiento del balón en largo. Además, en el uno contra uno es prácticamente infalible y bajo los palos sus números son excepcionales: 142 goles encajados en 170 partidos en el Madrid, un equipo que juega al ataque y siempre mira más la portería contraria que la propia.

El miedo escénico es otro de sus puntos fuertes. El rival interioriza que enfrente tiene a Courtois. Y eso marca. Intimida.

No es lo mismo encarar a un portero de los muchos buenos y excelentes que hay a nivel mundial que tener enfrente al gigante de Bree. Ha conseguido lo más difícil, que el jugador adversario tenga que pensar por dónde hacerle daño y eso, en el fútbol moderno, son décimas de segundo que portero y defensas siempre ganan. Hacer dudar al punta rival es vencer.

La historia de Courtois en el Madrid aún tiene tiempo de hacerse más grande. Llegó en el 2018, pero su punto de inflexión fue un partido de la fase de grupos de la Copa de Europa en Estambul ante el Galatasaray. El Madrid y Courtois llegaron tocados ese día al ‘Infierno turco’. Fue el renacer del belga. Su actuación marcó un antes y después.

Desde entonces, su figura ha crecido hasta hacerse inmortal. Es el mejor portero del mundo, sin duda alguna.

¿Y de todos los tiempos? Eso se lo dejamos a nuestros mayores, a los que han visto jugar a prácticamente todos los grandes. Ellos tienen la palabra.

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