¡En Uruguay no paran de elogiar a Washington Aguerre! | OneFootball

¡Parce, lo que atajó Washington Aguerre fue una locura! Ese man no sólo se paró firme bajo los tres palos del Poderoso, sino que se metió en la historia grande de este semestre. Con jerarquía, con carácter, con esa garra charrúa que combina perfecto con el corazón rojo de la montaña, el uruguayo se convirtió en muralla y clave total para sellar la clasificación anticipada a la gran final de la Liga BetPlay. ¡Es un crack, parceros!

Desde que se puso la del DIM, Aguerre ha sido más que un arquero: ha sido un líder silencioso pero contundente. Maneja la defensa como el que lleva años acá, y cuando el equipo más lo necesita, aparece. Ya sea volando de palo a palo o saliendo a cortar con decisión, el hombre transmite seguridad. ¡Y eso, en una final, vale oro puro, mi hermano!

Contra rivales bravos, en partidos jodidos, Aguerre fue figura. ¿Cuántos goles nos salvó? ¡Un montón, parce! Y no sólo con las manos, también con la cabeza bien puesta. Dirige, habla, ordena, y se mete de lleno en el cuento como si fuera del barrio. Se nota que siente la camiseta. ¡Y eso a nosotros nos llena de orgullo, parce!

Y ojo, que no sólo fue figura acá. En Uruguay, su tierra, lo están levantando en hombros. ¡Copó portadas, parcero! Los medios más duros de allá lo tienen como protagonista, porque saben lo que está haciendo en Colombia. Dicen que es figura del torneo, que está en su mejor momento, y que el Poderoso es más Poderoso con él bajo los palos. ¡Y no les falta razón, mi rey!

Es que Aguerre es de esos arqueros que te dan confianza hasta cuando el rival ataca con todo. Uno lo ve y piensa: “tranqui, que está Aguerre”. Y eso no se compra, parce. Se gana. Se gana con actitud, con huevos, con profesionalismo y con amor por lo que uno hace. Washington ha entendido a la hinchada, a la ciudad y al escudo. ¡Ya es uno más de la familia roja!

Ahora, con la final en la mira, sabemos que podemos soñar con el título porque tenemos un muro uruguayo que no se rinde, que se crece en las difíciles y que quiere dejar huella en el DIM. Y nosotros, como hinchas, lo bancamos con todo. Porque jugadores así no se ven todos los días. ¡Vamos con vos hasta el final, Aguerre!

Así que, mi gente, a seguir firmes con la fe intacta, con el aliento encendido y con la certeza de que nuestro arco está bien cuidado. Aguerre nos representa, parce. Y si el fútbol es de momentos, este es el momento de él… y del Poderoso. ¡Vamos que vamos, Medallo querido! ¡Esta final es nuestra!