IAM Noticias
·28 aprile 2025
El Triplete es menos tabú

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Aunque la prudencia ha sido la política en el Barça esta temporada, Flick ha conseguido que nadie lo vea inalcanzable. El cambio de mentalidad del vestuario ha sido radical.
Sonó el Viva la Vida de Coldplay en Sevilla. Y fue inevitable para la afición azulgrana no recordar el Triplete de 2009, que también empezó con la Copa. Entonces, con la victoria 4-1 ante el Athletic en Mestalla. Algo similar se olisqueaba este sábado en Sevilla. “Corréis mucho”, le dijo Laporta a los periodistas cuando le preguntaron por la posibilidad conquistar Copa, Liga y Champions. A renglón seguido, sin embargo, se dejó ir. “El Inter es un gran equipo, pero nosotros somos mejores”. Laporta, pues, se ve como muchos culés en Múnich.
La imaginación de Lamine, la increíble firmeza con 18 años de Cubarsí. El liderazgo de Iñigo Martínez, el talento de Pedri, los goles en laCopa de Ferran. El misil de Koundé. Todo suma, pero todo tiene un kilómetro cero. En este Barça, se llama Hansi Flick. “Cuando llegué aquí, mi primer objetivo fue crear un buen ambiente en el vestuario. Se trataba de conseguir que los jugadores diesen su mejor versión”, explicó en la rueda de prensa este sábado en La Cartuja. Salvo raras excepciones, es lo que ha conseguido Flick. Todos parecen jugadores más completos con el alemán, que ha mejorado el valor de la plantilla del Barça en casi 140 millones de euros.
El trabajo de Flick, además, ha sido integral. No sólo ha puesto bien en el campo al Barça, con una defensa que es un espectáculo marcando la línea (los dos goles del Madrid fueron a balón parado, aspecto a mejorar contra el Inter) y jugando con ambición y hambre, hacia arriba, lo que le permite hacer tres goles de media por partido. Físicamente, el equipo ha resistido a todas las vicisitudes de la temporada. Pero se diría que el cambio más grande, radical, ha tenido que ver con el aspecto mental. El Barça, que esta temporada había remontado partidos increíbles (un 4-2 en Lisboa, un 2-0 en el Metropolitano o un 1-3 del Celta), hizo el más difícil todavía. Le levantó un 1-2 al Madrid cuando el partido ya circulaba en los últimos minutos. Los jugadores han recuperado la fe en lo que hacen. Han crecido en autoconfianza. Hace un año, el Barça era un equipo capaz de caerse al primer golpe, que se despidió de la Champions roto después de la roja a Araújo. Cinco días después cayó en el Bernabéu, en un partido que también estaba ganando en el minuto 73, pero en el que se hizo papelillos. Mentalmente, el equipo ha virado en una roca. “Después de Dortmund, ya estaban convencidos de que ganarían esta final. Es el entrenador el que los tiene que frenar en ocasiones”, desveló Joan Laporta este sábado.
El presidente, como Deco y su cuerpo técnico, es consciente de que la plantilla tiene recorrido, pero que las oportunidades en el fútbol están para atraparlas porque las condiciones pueden cambiar por más que el futuro sea prometedor. De ahí la fe y el hambre de ganar el Triplete que convertiría al equipo en eterno. Sin Balde ni Lewandowski aún, el Barça se enfrenta a otros diez días infernales, con partido este miércoles ante el Inter, viaje a Valladolid el sábado y vuelta de la semifinal en Milán el siguiente martes. Todo, antes del Clásico que podría decidir el campeonato de Liga. Salta la vista que el Barça está notando el cansancio, pero donde no le llegan las piernas está alcanzado la cabeza. Y el vestuario no puede quitarle la vista a la final de la Champions del próximo 31 de mayo.
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