El Peso de la Historia: Tigres Desempolva el Mítico ‘7’ para Ángel Correa y Divide a su Afición | OneFootball

MONTERREY, N.L. – Un número no es solo un número. Es un símbolo. Es un legado. A veces, es un trono. Y en el reino de Tigres, el trono del número ‘7’ ha estado sagradamente vacío por más de 40 años. Hasta hoy. La directiva ha tomado una decisión audaz y peligrosa: desempolvar la corona y colocarla sobre la cabeza de su nuevo príncipe, el argentino Ángel Correa.

El anuncio, hecho este viernes, confirma lo que era un secreto a voces: Correa, el flamante campeón del mundo, portará el dorsal que inmortalizó Gerónimo ‘Patrulla’ Barbadillo. Para legitimar la jugada, el club se aseguró la anuencia del propio Barbadillo, en un acto que busca ser visto como una cesión de poder, no como una usurpación.

Un Legado Forjado en Lealtad y Gloria

Para entender la controversia, hay que entender el peso de este número. El ‘7’ fue retirado en 1982 como un tributo a la lealtad de Barbadillo, un hombre que no solo entregó dos campeonatos al club, sino que llegó a rechazar una convocatoria al Mundial de 1982 con Perú para jugar una final con Tigres. Eso no es historia, es mitología. Y los mitos no se tocan a la ligera.

Entre tú y yo, esto es una jugada de alto riesgo. La directiva está apostando todo al futuro, arriesgándose a ofender al pasado. Están reescribiendo la historia en tiempo real, dividiendo a su propia gente: los viejos guardianes de la memoria contra la nueva generación ávida de ídolos. Es una apuesta fascinante.

🔗 Instagram

El Trono Ocupado y la Prueba de Fuego

Es cierto que el ‘7’ ha visto la cancha antes, pero solo por obligación reglamentaria en la Copa Libertadores. Nombres como Claudio Núñez o Walter Gaitán lo portaron de forma temporal. Lo de Correa es distinto. Es una designación, una coronación. Se le está entregando no solo una camiseta, sino la carga de una leyenda.

Mañana, en un evento protocolario antes de su debut contra Juárez, se oficializará la cesión. Correa saltará a la cancha no solo como un gran fichaje, sino como el heredero forzado de un legado. La directiva le ha dado el poder, pero también una responsabilidad monumental. Ahora le toca a él demostrar que puede soportar el peso de la corona, o ser aplastado por ella.

El juego por la lealtad de la afición de Tigres ya ha comenzado. Y el primer examen de Ángel Correa no será contra los 11 de Juárez, sino contra el fantasma de un gigante.

Síguenos en X, Instagram, Facebook y YouTube en @todupnews para mantenerte al día con las noticias que mueven el mundo.