El nuevo Nápoles ya toma forma tras el Scudetto | OneFootball

Mientras Nápoles celebra su cuarto y legendario Scudetto, el club ya trabaja a toda máquina en el diseño del próximo proyecto. Tras el desastre que supuso la temporada posterior al título de 2023 —con tres entrenadores y una decepcionante décima posición—, Aurelio De Laurentiis no quiere repetir errores.

El presidente azzurro ha dejado claro que le gustaría seguir con Antonio Conte, aunque también fue tajante: “No obligaré a nadie”. El técnico salentino, por su parte, sopesa seriamente una posible vuelta a la Juventus, lo que ha llevado al club a abrir conversaciones con un viejo conocido: Massimiliano Allegri.

La historia podría repetirse. En 2014, Allegri sustituyó a Conte en Turín y encadenó una etapa gloriosa: cinco Scudetti, cuatro Copas de Italia, dos Supercopas y dos finales de Champions. En Nápoles sueñan con algo parecido.

Y para ese nuevo ciclo, ya hay un nombre que ilusiona: Kevin De Bruyne. Los contactos con el belga comenzaron hace un mes y la operación está muy avanzada. La presencia de Lukaku, los mensajes de Dries Mertens y la labor del director deportivo Giovanni Manna han acercado posiciones.

El ex del City llegaría como agente libre, con un contrato de dos años, una suculenta prima de fichaje y un salario inferior al que tenía en Inglaterra, pero en la línea de lo que cobra Lukaku: unos 6 millones netos más variables. El dinero, sin embargo, no es lo que mueve a De Bruyne.

Su prioridad es clara: sentirse importante en un equipo competitivo y poder jugar la Champions como titular. Y eso es justo lo que le ofrece Nápoles, en plena euforia tras recuperar la corona de Italia.

Además del centrocampista belga, el club también se ha lanzado a por otro agente libre: Jonathan David. El canadiense, que anotó 109 goles en 228 partidos con el Lille, está en la agenda para reforzar la delantera, aunque hay competencia fuerte.

Y en defensa, uno de los nombres que más gusta para reforzar el carril izquierdo es Miguel Gutiérrez, lateral del Girona. Con el regreso a la Champions ya asegurado, el Nápoles se mueve rápido: toca subir el nivel y construir un equipo a la altura del nuevo reto europeo.