¿Y la jerarquía dónde está? | OneFootball

Millonarios dependía de sí mismo para llegar a la final, pero una vez más, como ya había sucedido en la Sudamericana, en los cuadrangulares de hace seis meses y otro sinnúmero de veces, volvió a mostrar falta de jerarquía en instancias decisivas. El Embajador perdió el clásico, perdió el invicto y perdió el cuadrangular. La esperanzadora campaña llena de ilusión del Apertura 2025 terminó en un rotundo fracaso.

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Duele. Duele un montón. Quizá esta duela más que la de hace seis meses. En diciembre tocaba ganar como visitante, esta vez estábamos de locales, y esta vez, a diferencia de ese también horrible episodio de Pasto, el empate servía. Millos clasificaba con 2 de 3 posibles resultados y estaba ante su gente. Duele. Duele un montón.

Pareciera como si para Millonarios eso de depender de sí mismo fuera un factor en contra y no a favor. Es increíble. No es sino que el equipo azul aparezca con la primera opción de ganar un grupo para que, de inmediato, olvide su mística y pierda su jerarquía. Somos un equipo que se arruga en instancias decisivas, con el DT que sea y contra los rivales que sean.

Nada justifica esta nueva eliminación. La base del juego que llevó al equipo de David González a tener la primera opción de jugar la final, que era la solidez defensiva, se destruyó con dos errores en salida que costaron dos goles de Santa Fe, el primero con auspicio del VAR. Dos goles en contra en los primeros 10 minutos del partido fueron suficientes. Esta vez, los milagros de volver al juego como contra Chicó en el todos contra todos y Once Caldas en finales no aparecieron.

Y no aparecieron, principalmente, porque el equipo jugó muy mal después de eso, por más que inclinó la cancha y jugó en tierras cardenales. Los santafereños se divirtieron toda la noche cabeceando cuanta pelota les centraban los jugadores azules. Esa era la única forma de intentar hacer algo.

Al final, un golazo de Falcao para decorar un poco el marcador y la posterior finalización del partido. Lo que debía y parecía ser una gran celebración del cumpleaños 79 de Millonarios terminó arruinada. Al final de la historia, ni se le pudo cumplir «el sueño a este man» ni «fuimos eternos». Volvimos a arrugar y otra vez habrá una final en la que no estamos.

Ojalá algún día tengamos la mística y la jerarquía para entender que si el equipo depende de sí mismo para ganar algo, eso debe convertirse en una motivación para salir a ganar y no en un factor que termine jugando en contra. Estamos nuevamente eliminados, otra vez fue un papelón.

Gabriel JiménezX: @elmechu Instagram: @mechujimenez