Un lío sin salida que desespera al Real Madrid | OneFootball

Lo que parecía una posible solución de mercado se ha convertido en un problema que crece por días. El jugador está decidido a marcharse, pero su situación personal complica cualquier operación.

El Real Madrid tiene un problema de gran calado entre manos. Y no precisamente deportivo. Desde hace meses, la relación entre el club blanco y Rodrygo Goes atraviesa un deterioro alarmante. Lo que comenzó como un distanciamiento silencioso se ha transformado en una guerra fría. El brasileño, cansado de su rol secundario, quiere marcharse. Pero su entorno ha convertido esa operación en un auténtico quebradero de cabeza.

Rodrygo rompió con su agente de siempre, Nick Arcuri, antes del Mundial de Qatar. Desde entonces, su gestión profesional ha sido errática. Su padre, Eric, actúa como representante sin contar con experiencia ni estructura, y ha delegado en varios intermediarios para ofrecer al futbolista en la Premier League. El resultado es un caos total. Pini Zahavi maneja una supuesta oferta del Liverpool, mientras que Kia Joorabchian lo mueve por Arsenal y Chelsea. Incluso podrían estar actuando otros agentes de forma paralela. La subasta está abierta. Pero nadie tiene el control.

Mientras tanto, el rendimiento de Rodrygo ha caído en picado. Su último gol fue el 4 de marzo, ante el Atlético de Madrid, en la ida de octavos de final de la Champions. Desde entonces, lesiones musculares, apatía y una evidente frustración lo han apartado de su mejor nivel. La llegada de Kylian Mbappé ha sido el golpe definitivo: ha dinamitado los roles dentro del vestuario y ha empujado al ex del Santos a un lugar casi irrelevante.

En el club son conscientes del problema. Florentino Pérez no está dispuesto a regalarlo. Ha tasado su salida en 100 millones de euros. Una cifra elevada, pero asumible para varios clubes ingleses. El objetivo de esa venta sería financiar el fichaje del centrocampista que Xabi Alonso ha pedido con insistencia y que debe llenar el hueco dejado por Toni Kroos hace un año.

Rodrygo también ha perdido peso en la Selección Brasileña, donde Carlo Ancelotti le guarda plaza por confianza personal, no por méritos recientes. Su imagen pública en Brasil tampoco atraviesa un buen momento: el litigio por la manutención de sus dos hijos, nacidos de una relación esporádica, ha deteriorado su popularidad.

El extremo se ha puesto en el mercado de la peor manera posible: sin asesoramiento profesional, sin plan deportivo claro y en el peor momento de forma desde que llegó al Santiago Bernabéu. Su salida no está garantizada. Su permanencia, tampoco. Pero lo que sí es seguro es que Rodrygo se ha convertido en un caso muy incómodo para el Real Madrid.