Ter Stegen hitchcockiano | OneFootball

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La Galerna

·30 Juli 2025

Ter Stegen hitchcockiano

Gambar artikel:Ter Stegen hitchcockiano

Hola a todos, amigos. Podríamos escribir el portanálisis más triste y poético esta mañana, como si fuéramos Neruda delante de las primeras planas en lugar del folio en blanco, y a primera hora del día en lugar del crepúsculo. Escribir por ejemplo: “Ter Stegen se opera y el tiempo apremia”, que suena lo suficientemente poético e intrigante como para ir tirando de la frase en busca de un tono culé como de farsa melancólica pero con ribetes hitchcockianos, porque esto es una película de suspense.

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Las reminiscencias hitchcockianas tienen que ver con la intriga de saber si los doctores responsables, que serán los de la propia Liga tebiana, dictaminarán que el tiempo de recuperación de Ter Stegen es superior a cuatro meses (con lo que podrían inscribir a Jordi) o, por el contrario, inferior, con lo que tendrían que comerse el fichaje con unos calçots, aunque aún no sea temporada.


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Pensar en la que se habría liado si el Real Madrid arrebata su dorsal a una de sus leyendas, a resultas de una cuestión administrativa derivada de no tener margen financiero de maniobra, duele en el alma

Sí, lo sabemos, sería una película de un Hitchcock muy menor, incapaz ya de desatar el suspense, por cuanto de sobra sabemos que los referidos galenos ligueros (nada que ver con ninguna prenda íntima picantorra) dictaminarán precisa y exactamente lo que convenga al club cliente de Negreira, y ello a pesar de que el propio Ter Stegen ha indicado en sus redes sociales que el tiempo de recuperación será de tres meses. El post del excelente guardameta alemán nos resultó muy disfrutable por cuanto supuso una buena bofetada en el mismísimo careto de aquellos que especulan con la salud de los suyos para sacar adelante sus miserables triquiñuelas y ardides inscriptores.

En medio de todo esto, por cierto, el club cliente de Negreira ha tirado ya por la calle de en medio y a Ter Stegen le han quitado el dorsal, otorgando el icónico número 1 al mentado Jordi (excelente portero también, todo sea dicho). Es una canallada de tamaño natural, pero como quien la ha llevado a cabo es el club cliente de Negreira, y no el que ha ganado 15 Champions para gloria de España, la prensa deportiva española pasa gentilmente de puntillas por encima de la cafrada. Pensar en la que se habría liado si el Real Madrid arrebata su dorsal a una de sus leyendas, a resultas de una cuestión administrativa derivada de no tener margen financiero de maniobra, duele en el alma. Afortunadamente, el Madrid no se maneja así con sus empleados, lo que supone una razón más para seguir siendo de los nuestros.

El Real Madrid es escrupuloso con aquellos futbolistas que caen lesionados en combate luciendo la blanca, de tal modo que no puede ser más estruendoso el contraste con su eterno adversario. Lo puede atestiguar Carvajal, quien vio instantáneamente renovado su contrato al día siguiente de lesionarse de gravedad. También pueden contrastar esta realidad con Alaba, futbolista que verá respetado el contrato que firmó con el club a pesar de que al propio club, en este momento, no parece interesarle mucho contar con él.

En el Madrid, lo que se firma se cumple, y tal cosa constituye una auténtica bendición. Para el aficionado, es una señal de que está en el lado bueno de las cosas. De cara al mercado, esa seriedad supone un aliciente adicional para fichar por el (ya de por sí) mejor club del mundo.

Hitchcockianamente hablando, es posible que la película que mejor refleje la situación terstegiana sea Notorious (Encadenados). En dicha obra maestra, el malvado Claude Rains mantiene cautiva a Ingrid Bergman, quien cree estar enferma. No lo está, sino que es el propio Rains quien la está envenenando con la ayuda de su pérdida madre (la de Reins, no la de Bergman). Es fácil imaginar al pobre Marc-André recluido en su habitación, recuperándose de su lesión sin saber que el villano Jan maniobra en lo oscuro para aminorar la marcha de la misma. Un traficante chipriota le provee del veneno necesario para frenar la puesta a punto de un Ter Stegen cada vez más endeble, a resultas de los brebajes que le prepara su presidente. Es fácil imaginar a Jan subiendo lentamente la escalera con un vaso de leche en la mano, mientras la música dibuja un crescendo casi inaguantable y una bombilla dentro del vaso enfatiza el peligro del bebedizo, que el cancerbero, cada vez más débil, traga en cada desayuno por indicación de Jan.

Y así, entre Neruda, Ter Stegen y Hitchcock, como quien no quiere la cosa, vamos llegando al final del análisis de estas famélicas portadas. Os dejamos con las del resto, que no tienen gran cosa que comentar. Güler, Mastantuono y Lewandowski con ghutra.

Pues muy bien.

Pasad un gran día.

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